13 Festival de Jazz de Girona 2013

Fecha: Domingo, 22 de setiembre de 2013
Lugar: Els Jardins de la Mercè, Girona
Grupo:
Walk Tall
Giles Estoppey: piano
Enric Peina: guitarra
Giampaolo Laurentaci: contrabajo
Ramon Prats: batería
Fecha: Viernes, 27 de setiembre de 2013
Lugar: Casa de Cultura Auditori Josep Viader, Girona
Grupo:
Marco Mezquida Trio
Marco Mezquida: piano y composiciones
Marko Lohikari: contrabajo
Carlos Falanga: batería
Fecha: Viernes, 27 de setiembre de 2013
Lugar: La Mirona, Salt, Girona
Grupo:
Girona Jazz Project
David Pastor, trompeta
Carles Pineda, saxo alto
Albert Comalera, saxo alto
Xavi Molina, saxo tenor
Gorka Garay, saxo tenor
Jordi Casa, saxo barítono
Francesc Ubanell, guitarra
Alexandre Carbonell, piano
Joan Motera, contrabajo
Xavier Hinojosa, batería
Domingo, 29 de setiembre de 2013
Lugar: Els Jardins de la Mercè, Girona
Grupo:
Karol Green & Santi Careta
Karol Green, voz, loops y percusión pequeña
Santi Careta, guitarra y “loops”

Comentario:

A unos escasos doscientos metros de la “Porta de les Beates” (Puerta de las Beatas), de la muralla antigua de Girona, se encuentra el restaurante, bar, sala de exposiciones y de conciertos, “Els jardins de la Mercè”, al cual se accede cruzando unas antiguas caballerizas. Este ha sido el punto de partida del bucle formado por los cuatro conciertos a los que hemos asistido en la presente edición, la decimotercera, del Festival de Jazz de la ciudad.

Un festival que en buena parte sigue fiel a los principios de las últimas ediciones. Festival de pequeño presupuesto, con una considerable parte de sus actuaciones de carácter gratuito y el resto con precios realmente populares, en esta edición entre tres y doce euros (con algunas ofertas de dos entradas al precio de una).

Una programación basada en tres puntales. El primero, con una o dos estrellas de ámbito internacional (en ediciones anteriores, entre otros, han actuado, Ron Carter, Romano-Sclavis-Texier, The Bad Plus, Medeski, Martin & Wood, Joachim Khün –compuso el tema “Girona” con el cual abre su disco con Rolf Khün titulado Lifeline-, Carla Bley & Steve Swallow, Ken Vandermark, Brad Meldhau o Benny Golson, en esta ocasión, el a veces insufrible, Kenny Garret). Como segundo puntal, algún proyecto de la Girona Jazz Project (en años anteriores con propuestas y direcciones de Guillermo Klein, Carles Margarit o Ze Eduardo) en esta ocasión en una versión reducida, capitaneada por el trompetista David Pastor (durante estos últimos meses lo hemos podido escuchar en varias formaciones de gran formato, al frente de Original Jazz Orquestra en la talla gigante de Huellas de Jorge Pardo, así como solista de la Jamboree Big Latin Band, con o sin, el trompetista y conguero, Jerry González). Como tercer y último puntal, la programación de proyectos jóvenes, más o menos nuevos, de la escena catalana.

El primero de los cuatro conciertos mencionados, correspondió al del grupo helvético-catalán, Walk Tall, que presentaban su primer trabajo discográfico, Alright Again (2013). Con la sala central, de “Els jardins de la Mercè”, totalmente abarrotada de público, siguiendo muy atentamente la propuesta de este nuevo cuarteto. Se mueven por distintas coordenadas, aunándolas todas ellas con acierto y credibilidad, unas partituras con claros componentes de la música clásica, el jazz y el rock, con sus correspondientes improvisaciones. Destellos de clásica de trazo melódico, nada recargados ni empalagosos, de remarcable fluidez, principalmente provenientes del pianista, Gilles Estoppey, que a su vez es quién más temas aporta al proyecto. El rock con las descargas bien musculadas del guitarrista Enric Peinado (miembro del grupo Nelson Project), bien arropados y propulsados por el contrabajista, Giampaolo Laurentaci, y la multiestilística del infatigable batería, Ramon Prats (Agustí Fernández Liquid trio, Agustí Fernández-Mats Gustafsson-Ramon Prats, Duot o Pandora –su proyecto más personal-). Fueron apenas sesenta minutos, mal contados, durante los cuales desgranaron la práctica totalidad de los temas de su disco.

Cinco días después, el viernes, en la Casa de Cultura Auditori Josep Viader, el joven pianista menorquín, Marco Mezquida, sin duda, uno de los músicos más promiscuos y solicitados de la actual escena jazzística catalana, ya sea en dúo ( con el flautista Pablo Slecnik, la cantante Celeste Alias, el batería, en funciones de vibrafonista, Marc Miralta, y en igual formato con, el también batería, Jorge Rossy), en trío (en Insòlit trio, con el contrabajaista Juan Pablo Balcazar o con el batería Gonzalo del Val), en cuarteto ( con la cantante Rocío Faks, Albert Cirera i els tres tambors, Marc Miralta o el saxo alto Marcel·lí Bayer), en quinteto (con la contrabajista Giulia Valle o el saxofonista Gabriel Amargant) o en sexteto (con el batería y compositor Joan Vidal). Su impronta se puede encontrar en veintitrés discos, cinco de los cuales a su nombre, con tan sólo veintiséis años.

En la pequeña Jazz Cava de Vic todavía se recuerda, muy gratamente, el excelente piano solo que ofreció en la inauguración del festival de jazz de la ciudad del 2011. El próximo tres de noviembre, en la barcelonesa cava de la “Plaça Reial”, y dentro del primer “Jamboree Jazz Club Festival” lo podremos escuchar en la presentación de su primer piano solo, La hora fértil, grabado el pasado mes de abril.

En el Auditorio de Girona, Marco Mezquida al frente de su trío, presentó buena parte del material de Mi amigo Marko. Disfrutó de un piano de cola, un Steinway, pero padeció la acústica de resonancia eclesiástica, característica de la sala. Destacaron, especialmente los temas de corte más pausado, de interpretación sumamente lírica (“Dama de nit”, “My lady loves me in e-flat”, “Alice”, o el vals para el gato “Taiko” ), así como el tema resultante del maridaje, palabras textuales del pianista, de un exquisito caldo vinícola DO Montsant y las resonancias de Radiohead.

Media hora después de haber finalizado la actuación del trió, a unos tres kilómetros, en la localidad vecina de Salt y en la sala pequeña de “La Mirona”, con un aspecto e iluminación próximo a un “envelat” (entoldado típico de las fiestas mayores de los pueblos de Catalunya), continuaba la noche jazzística del festival.

Una versión reducida del Girona Jazz Project, en esta ocasión, con sólo la sección de saxos más la rítmica y la colaboración especial del trompeta David Pastor. Ofrecieron una selección de temas de la época del Bebop, correspondiente al ideario del grupo estadounidense Supersax (fundado en el 1972, especializado en los arreglos y armonizaciones, para quinteto de saxos, de los solos de Charlie Parker).

A pesar de lo desangelado del espacio, donde los guardias de seguridad del interior, cerca del escenario, que se iban turnando, gozaban de una iluminación mayor que la de los músicos, el GJP dejó buena muestra de sus capacidades y dinámicas así como un notable engarce en la media docena de temas que interpretaron, “Bebop”, “A night in Tunissia”, “Groovin’ high”, “Lover man”, “Cool blues” y “Blue’n’boggie”. Con solos bien adaptados a las líneas de los temas, entre los que destacaría los del saxofonista tenor Gorka Garay, los del guitarrista Francesc Aubanell así como los David Pastor a la trompeta.

Para cerrar el bucle personal, regresamos el domingo por la noche a “Els Jardins de la Mercè”, en está ocasión para escuchar el concierto seleccionado para el cierre del festival. Una propuesta en los contornos más exteriores, cuando no totalmente alejados, del estilo que da nombre al festival, pero no por ello de menor interés, la del dúo Karol Green & Santi Careta.

Santi Careta, con su vitalidad manifiesta, jugando, creando y recreando con su guitarra, pedales y loops, sus peculiares entornos sonoros, volvió a dejar muestra palpable de sus múltiples y variadas capacidades, más allá de cualquier etiqueta reduccionista (como ya habíamos podido gratamente disfrutar en anteriores propuestas, muy especialmente en el dúo con la cantante Celeste Alias o en el cuarteto Jazz Machín).

Karol Green, a la cual desconocía totalmente, resultó ser una agradable e interesante sorpresa, por el dominio de su voz, que puede pasar sin ningún esfuerzo, del soul, de tintes oscuros y texturados, a las líneas más cristalinas del folk nórdico europeo, también por la capacidad de síntesis de lo expuesto y la desenvoltura con su estación de “loops”. Un trabajo de complejidad manifiesta, con varias capas simultáneas elaboradas y aunadas sobre la marcha, expuesto con la mayor sencillez, aparente, naturalidad y gusto, donde la improvisación no resulta un invitado ajeno. Un perfecto cierre de festival.