26è Jazz Festival Granollers
Joan Sanmartí “Codi Personal”
- Fecha:Viernes, 29 de enero de 2016
- Lugar: Casino Club de Ritme (Granollers)
- Componentes:
Joan Sanmartí, guitarras, composiciones y arreglos
Txema Riera, ógano y Fender Rhodes
Joan Vidal, batería y piano de juguete
Roger Santacana, vibráfono y marimba
Blai Navarro, acordeón
Aitor Sáez de Jáuregui, percusión
Joey Baron “Drum Solo”
- Fecha:Viernes, 05 de febrer de 2015
- Lugar: Casino Club de Ritme (Granollers)
- Componente:
Joey Baron, batería
Jean Toussaint Quartet
- Fecha:Vierne, 12 de febreo de 2016
- Lugar: Casino Club de Ritme (Granollers)
- Componentes:
Jean Toussaint, saxo tenor
Albert Sanz, piano
Masa Kamaguchi, contrabajo
Stephen Keogh, batería
Comentario:
41o 37’ N, 02o 18’ E, son las coordenadas de Granollers, localidad donde se ha celebrado el primer festival de jazz, y músicas afines, de este año en Cataluña, y uno de los primeros, cuando no el primero también, del estado español. Punto inicial de la interesante cadena de festivales y ciclos jazzísticos y músicas improvisadas de la provincia de Barcelona, BCN impro fest, Festival de Jazz de Terrassa, Cicle de duets a Centelles, Festival de Jazz de Vic, Festival de Jazz de La Garriga, Cicle de Jazz de l’Ametlla del Vallès, para terminar, el primer semestre, a inicios de julio con el mediático ViJazz Penedès. Sin olvidar que el Jamboree, con su programación diaria, parece celebrar un festival cada mes.
Joan Sanmartí que desde hace varias ediciones ha sido el responsable de la propuesta anual del festival al frente del JazzGranollers Ensemble, en esta ocasión pidió una excedencia para presentar en otro formato, más reducido, una serie de piezas de su autoría, escritas a lo largo de varios años y grabadas en diferentes trabajos discográficos a su nombre.
“Codí Personal” (Código Personal) fue el título de la propuesta que incluía temas como “Tribal implosion” y “Dels equilibris” (del disco Scandal /2005), “South” (Quatre portes de Fes / 2007), “Que han dicho los otros” y “Beginning of the end” (1967 / 2010) o “Cruïlla 1551” (Cruïlla / 2014).
Apostó por una formación singular, vibráfono, acordeón, batería, órgano, guitarra y percusión, jugando ampliamente con los timbres, texturas y colores.
Una propuesta interesante pero todavía tierna, que necesitaría su correspondiente rodaje, para apreciar en su justa medida todo el trabajo, especialmente los arreglos, sutiles y complejos, del guitarrista.
Esperemos que no suceda como en sus trabajos precedentes al frente del ensemble jazzgranollerense que conllevaban la fecha de su defunción al término de su estreno. Con sólo dos excepciones, la del homenaje a Carles Benavent (que se ha revivido recientemente) y la grabación en formación reducida de Cruïlla.
Justo una semana después, el viernes 5 de febrero, y en el mismo espació del Casino, una de las joyas de este festival, el solo de batería de Joey Baron.
Baron posee una aura pausada, tranquila, que la transfiere directamente a quién le rodea. Hombre de movimientos pausados y de rostro alegre. Una tranquilidad y buenas formas que dejó bien patentes en la casi hora y media que dedicó a calibrar, seleccionar y ensamblar los diferentes componentes que iban a formar su batería. Una batería constituida por distintos elementos –platos, cueros y alfombra- provenientes de los set percusivos de David Xirgu, Ramon Prats, Alfons Bertran y Joan Vidal.
Elementos que fue percutiendo con las baqueteas, escobillas, mazas, manos o dedos, buscando el sonido más adecuado en cada caso.
El resultado de aquel proceso lo disfrutaríamos pocas horas después, con una sala repleta de público y un número destacable de baterías, de tendencias bien dispares, de la escena catalana.
Una actuación que fue desde el juego sonoro atmosférico hasta las coordenadas de ritmos bien concretos, con una facilidad de puro hechizo a la hora de hacerlos caminar. Desde las formas más especulativas, de acento plenamente contemporáneo hasta el blues de cámara a la hora del bis. Una selección de seis piezas autónomas, seis narraciones con su inicio y final, pero que conjuntadas formaron un todo sumamente coherente y excelentemente musical. Formuladas desde diferentes perspectivas y seguidas con una expectación y silencio de los que se cortan con bisturí.
Una propuesta arriesgada con un resultado excelente tanto en lo musical como en la respuesta del público. Una de aquellas propuestas que dejan huella fehaciente en quién las ha vivido y aporta su buen prestigio a los responsables de su programación.
El viernes siguiente, 12 de febrero, asistimos al segundo concierto de ámbito internacional, con el trabajo del saxofonista, nacido en las Isla Vírgenes y residente en Londres, después de pasar por Nueva York, Jean Toussaint, miembro de los Jazz Messengers de Art Blakey, con los que grabó tres trabajos discográficos.
En Granollers estuvo bien arropado por Stephen Keogh a la batería, Masa Kamaguchi al contrabajo y, muy especialmente, por la pianística de Albert Sanz, que derivó, en sus partes solistas, hacia coordenadas tan interesantes como diferentes.
El cuarteto interpretó siete temas, cuatro de ellos incluidos en el último y décimo disco del saxofonista, Tate song (2014), dos composiciones propias “Mood Mode” y la semi balada “My Dear Ruby”, la joya de Milton Nascimiento “Vera Cruz” y el estándar “Thse foolish thing”. Completaron el repertorio con tres temas de Wayne Shorter -otro ilustre mensajero y destacable navegante de mares bien diversos y remarcables- “Look At The Birdie” sumamente parkeriano, la balada ”Sleeping dancer sleep on” y el dinámico “Ping Pong. Tres temas que Shorter había grabado con Blakey en los albores de los años sesenta.
Un concierto de aires más canónicos que los dos precedentes e ideal para los amantes del jazz post be bop y pre vanguardias.
Texto y fotografías: © Joan Cortès, 2016
