45è Voll-Damm Festival Internacional de Jazz de Barcelona
Sophie Le Roux
Exposición: Le jazz au bout des doigts/Portraits
Fecha: Martes, 05 de noviembre de 2013
Lugar : La Galerie de l’Institut Français
Sylvain Cathala Trio
Fecha: Martes, 05 de noviembre de 2013
Lugar: Institut Français
Componentes:
Sylvain Cathala, saxo tenor
Sarah Murcia, contrabajo
Christophe Lavergne, batería
Kurt Rosenwinkel New Quartet
Fecha: Miércoles, 06 de noviembre de 2013
Lugar: Luz de Gas
Componentes:
Kurt Rosenwinkel, guitarra
Aaron Parks, piano
Orlando Le Fleming, contrabajo
Jochen Rueckert, batería
Miguel Zenón Quartet
Fecha: Miércoles, 13 de noviembre de 2013
Lugar: Conservatorio del Liceu
Componentes:
Miguel Zenón, saxo alto
Luis Perdomo, piano
Hans Glawisching, contrabajo
Henry Cole, batería
Acs: Geri Allen, Terri Lyne Carrington & Esperanza Spalding
Fecha: Jueves, 15 de noviembre de 2013
Lugar: Palau de la Música
Componentes:
Geri Allen, piano
Terry Lyne Carrington, batería
Esperanza Spalding, contrabajo y voz
Comentario:
El martes 5 de noviembre, en la galería del “Institut Française”, se inauguró la exposición fotográfica, “Le jazz au bout des doigts/Portraits”, de la fotoperiodista Sophie Le Roux, presente en la sala, como también los estaban los componente de Sylvain Cathala trío.
Una exposición formada por 45 piezas, de 40x50cm, todas en blanco y negro. Catorce de ellas corresponden a planos cerrados, de detalles de manos, y el resto de retratos de diferentes jazzistas, con un amplio predominio masculino, como es evidente, por suerte cada día menos, en este campo musical. Mayoritariamente son fotografías realizadas durante las actuaciones, aunque hay algunas, pocas, de fuera de los escenarios, las de Chucho Valdés y Femi Kuti, o incluso de estudio, la del pianista Jacky Terrasson o la del armonicista Olivier Ker Ourio. La foto más antigua, realizada en 1987, es la de Stephane Grapelli. El grueso de la exposición corresponde al período 2006-2013, la más reciente la de Erik Truffaz realizada el julio pasado. Las fotografías fueron tomadas en clubs de París (New Morning o Le Petit Journal de Montparnasse) así como en dos festivales de jazz franceses, el de Samois-sur-Seine y el de Vienne –donde fue la fotógrafa oficial entre 2006 y 2011-.
Quisiera destacar, especialmente cuatro fotografías, dos de “doigts” y dos de “portraits”. Entre las primeras, la de las manos sobre el piano de Carla Bley, donde quedan bien reflejados los 73 años de la artista –la foto fue tomada en el 2009-, y la mano izquierda de Lalo Schifrin en el momento de empezar a girar la partitura del tema “Donna Lee” –foto del 2007-; de los retratos, uno de Ravi Coltrane, observando atentamente, por encima de las gafas, las hojas de una partitura, y el del trompetista Ibrahim Maalouf, agachado, con el rostro cabizbajo y ladeado, y la trompeta totalmente horizontal, frontal a la cámara, sujetada con la mano derecha, formando una cruz.
Una hora después de la inauguración de la exposición, a las 21:00, en el auditorio del mismo Instituto se presentaba una de las pocas propuestas europeas, más allá de las catalanas, del presente festival de jazz. La del trío del saxofonista francés Sylvain Cathala, formado hace ocho años y con un par de trabajos discográficos en el mercado, Moonless (2009) y Flow & Cycle (2012). A lo largo de este período el grupo ha mantenido la misma formación, Christophe Lavergne a la batería y Sarah Murcia al contrabajo (no hace mucho comentábamos, en Tomajaz, su interesante trabajo, Nhaouls’s, con la laudista y cantante palestina Kamilya Jubran).
El trío interpreta composiciones originales compuestas por el saxofonista. Se mueven en unos marcos de concepciones próximas, con todas sus variantes y peculiaridades, al del trío belga Aka Moon; del flautista de Guadalupe, residente en Francia, Magic Malik; del saxofonista estadounidense, de origen hindú, Rudresh Mahanthappa o a los del también saxofonista Steve Coleman, por no citar el grupo Print, creado por el propio Cathala hace diecisiete años y con cinco trabajos discográficos.
Una propuesta compleja, de escritura e improvisación, que implica una escucha atenta y cómplice, de líneas quebradizas y cortantes, con tempos rítmicos muy marcados y enrevesados, melodías ondulantes y sinuosas. Un trío perfectamente conjuntado, donde el trabajo individual se encauza para un mayor y mejor resultado de grupo.
Interpretaron unas cinco piezas, intercalando composiciones del primer trabajo discográfico, “Black dance” y “Entremêlés” –composición dedicada a Magic Malik-, con las del segundo, “Hope”, “Constantine” y Wittelsbach –part1”.
Kurt Rosenwinkel en la capital catalana tiene una considerable parroquia de seguidores, muy especialmente entre el mundo de las seis cuerdas, como quedó claramente de manifiesto el pasado seis de noviembre en su actuación en Barcelona, en un día y en una hora de jornada futbolística, de “Champions League”, que merma muy considerablemente la afluencia de público a cualquier evento cultural.
Rosenwinkel venía con material nuevo, hacía prácticamente un año que había publicado Star of Jupiter, con el pianista Aaron Parks a los teclados y la sección rítmica del último cuarteto de Branford Marsalis, Justin Faulkner a la batería y el contrabajo Eric Revis, que como mínimo colabora con el saxofonista desde el año 1999. Revis también es uno de los tres infatigables motores del interesante trío Tarbaby (que en los últimos años lo hemos podido disfrutar con los refuerzos del saxofonista Oliver Lake así como del joven trompetista Ambrose Akinmusire). Una sección rítmica, y muy especialmente el contrabajista, que no deja indiferente a nadie. Dicha sección, desgraciadamente, no recaló en Barcelona, y fueron substituidos por el meritorio Orlando de Fleming a las cuatro cuerdas y por el poco variado, a lo largo de toda la noche, Jochen Rueckert a la batería.
Muy posiblemente si hubiéramos tenido la sección original estaríamos hablando de otro concierto, mucho más variado y dinámico, pero también es cierto que no deja de ser una mera especulación.
Para uno, y muy probablemente nada compartido por los seguidores del guitarrista estadounidense, con unos diez trabajos a su nombre, a medida que iba transcurriendo el concierto con temas como “Welcome Home”, “Deja Vu” o “Under it all”, todo me resultaba, cada vez, más parecido a lo anteriormente escuchado, a pesar de los destacables juegos de los dos solistas así como su remarcable compenetración.
A unos escasos nueve meses de la presentación de Rayuela en el club Jamboree, notable proyecto inspirado en la obra homónima de Julio Cortázar compuesto a partes iguales con el pianista y compositor francés Laurent Coq, Miguel Zenón regresó a Barcelona, en esta ocasión con su cuarteto oficial, Luis Perdomo al piano, Hans Glawischnig al contrabajo –con los que viene colaborando desde su primer CD, Looking forward (2002)- junto con Henry Cole a la batería –que empezó a formar parte del cuarteto en Awake del (2008), después de substituir a Antonio Sánchez-, en esta ocasión para presentar una buena parte de los temas de su nuevo trabajo discográfico, que grabarán a inicios de 2014, con títulos tan explícitos como “Identidades”, “Mi casa”, “Tradición y cultura” o “Misma lucha”.
Unos temas en los que se puede apreciar una raíz más melódica, ya anunciada en el homenaje al escritor argentino, maestro de la literatura y amante del jazz. Una propuesta, como ya es habitual en el compositor y saxofonista puertorriqueño, cuyo resultado es denso, complejo y compacto, de los que se necesita de más de una audición para poder apreciar los diferentes elementos y urdidos que la componen, con diferentes planos simultáneos, de líneas quebradizas conjugándose con otras más sinuosas.
Un cuarteto que demostró nuevamente que funciona a la perfección, con una nueva e interesante propuesta, que no pudimos disfrutarla plenamente por los problemas de sonorización de la sala con los baterías de fuerte pegada, musculosos y de ritmos trepidantes. Una sonorización que nos recordaba aquellos conciertos, de la transición –cada vez menos modélica-, realizados en polideportivos.
En el escenario del Palau se dieron cita tres genuinas jazzwomens de calidad totalmente contrastada. Las tres componentes de ACS forman parte del proyecto Mosaic (pensado y formado por féminas de todo el mundo, independientemente del color de su piel, cantantes e instrumentistas relacionadas con el jazz y la música negra, aunque en algunos de sus directos también ha habido colaboraciones masculinas), dirigido precisamente por la baterista Terry Lyne Carrington.
Una remarcable versión de Mosaic se presentó, sin Allen, ni Spalding, en el Festival ViJazz Penedés del dos mil doce, siendo uno de los grandes conciertos del año, con una Dianne Reeves sorprendente y desbordante, que cautivó a propios y a extraños.
Cuatro días antes de la actuación del trío, se cumplió, en el mismo escenario y festival, el veinte aniversario del concierto de la pianista, Geri Allen, dentro del cuarteto formado por Dave Holland al contrabajo, Jack DeJohnette a la batería y la voz solista, singular, de la gran Betty Carter.
El concierto que nos ocupa muy bien podría haberse denominado “Wayne Shorter Soongbook”, donde el saxofonista, que el pasado agosto celebró su ochenta aniversario, fue el auténtico leitmotiv musical de la noche, no en vano la señora Carrington fue baterista del maestro del saxo.
Un concierto con pocos temas, pero de largo desarrollo, con momentos para todo, donde la vigorosa propulsión baterística, enlazada con la sonorización del espacio, dejaba en demasiadas ocasiones en un segundo plano el interesante quehacer de la pianista. De buen seguro que de haberse celebrado en un espacio más reducido, más próximo a las características de un club, o con una sonorización más equilibrada, con mucha más presencia del piano y menos de la batería, hubiera mejorado la percepción de lo que estaba sucediendo en el escenario, que en bastantes momentos daba la sensación, personal, de estar en una jam session de altos y notables vuelos.
© Texto y fotografías: Joan Cortès, 2014
1 comentario