45è Voll-Damm Festival Internacional de Jazz de Barcelona
Christian Mcbride Trio
Fecha: Sábado, 16 de noviembre de 2013
Lugar: Conservatori del Liceu
Componentes:
Christian McBride: contrabajo
Christian Sands: piano
Ulysses Owens: batería
Wadada Leo Smith’s Golden Quartet
Fecha: Martes, 26 de noviembre de 2013
Lugar: Conservatori del Liceu
Componentes:
Wadada Leo Smith: trompeta
Anthony Davis: piano
John Lindberg: contrabajo
Anthony Brown: batería
Daniel Humair Quartet
Fecha: Miércoles, 27 de noviembre de 2013
Lugar: Institut Français
Componentes:
Daniel Humair: batería
Emiles Parisien: saxo soprano
Vincent Peirani: acordeón
Jérôme Regard: contrabajo
Comentario:
En el auditorio del Conservatori del Liceu de Barcelona, Christian McBride con su trío ofreció una actuación redonda, de gran musicalidad, un calificativo que les encaja perfectamente y que estuvo presente a lo largo de toda la noche, en cada uno de los senderos y direcciones por los cuales fueron derivando.
Ofrecieron un repertorio basado en buena parte en los temas del disco “Out Here” (2013), más un recuerdo al trompetista Freddie Hubbard, uno de los mentores iniciales del contrabajista, así como otro a uno de los grandes tótems de la historia del jazz, el pianista Thelonious Monk, con su “I Mean You”.
Una selección temática que de alguna manera se constituyó en un pequeño y singular viaje por buena parte de la música negra del siglo XX, desde el swing, “East of the Sun (and West of the Moon)”, pasando por el bebop, el hard bop, la balada, “I Have Dreaming” -con McBride jugando con el arco-, hasta el soul, “Who’s Making Love”-.
La interpretación de “My favorite Things” destacó por encima de los demás temas, interpretado a modo de pequeña suite, con breves fragmentos que partían del silencio para volver a él, desde la delicadeza y gusto por el fraseo melódico hasta a las aproximaciones, bien claras, a las disonancias y al free. Un tema que justificaba por sí solo el concierto.
McBride estuvo acompañado por Ulysses Owens a la batería y Christian Sands al piano, presentes en sus últimos trabajos discográficos, dos auténticas fieras jazzísticas, de gran dominio técnico, amplitud de miras y gusto musical.
Tres músicos que les gusta, y de qué manera, construir sus solos y diálogos a partir del silencio como estructura.
En los círculos jazzísticos de la capital catalana, formado por aquellas aficionados, que más allá de los festivales, coinciden o coincidimos en las programaciones estables y en diferentes ciclos jazzísticos de la ciudad o en sus cercanías, más o menos próximas, es bastante habitual comentar, criticar las diversas programaciones, especialmente en lo que hace referencia a la repetición de ciertos nombres, de las líneas demasiado ortodoxas y conservadoras de buena parte de las programaciones, así como de los virajes hacía otros estilos musicales más comerciales, y que se encuentran a faltar propuestas más motivadoras, innovadoras y arriesgadas.
Los pasados 26 y 27 de noviembre, dentro del festival, se presentaron, en diferentes escenarios, la primera en el “Conservatori del Liceu” y la segunda en el “Institut Français”, dos proyectos de gran calaje, cualidad y calidad, de las que deberían motivar y entusiasmar, desde el aficionado medio hasta al más exigente y crítico.
El primero lo presentó Wadada Leo Smith’s Golden Quartet y el segundo Daniel Humair Quartet, estadounidense uno y francosuizo el otro. Los dos capitaneadas por dos músicos de mentalidad bien abierta, de notable y coherente trayectoria, elaborada a lo largo de sus buenas décadas. En ambos casos el público asistente a duras penas ocupaba un tercio de los aforos respectivos, muy alejado de lo que debiera corresponder a las ínfulas culturales de una ciudad como la capital catalana.
El trompetista y compositor Wadada Leo Smith, de 72 años, era la primera vez que actuaba en Barcelona, vino acompañado de su Golden Quartet, para presentar el interesante proyecto, en versión y formación reducida, Ten Freedom Summers (Cuneiform, 2012). El proyecto original fue grabado en el 2011, recogido en cuatro cedes que abarcan casi cuatro horas y media de música, contó con la colaboración de los diez integrantes de Southwest Chambre Music así como de sus Golden Quartet y Quintet. En Barcelona interpretaron, entre otros, los temas que abren los discos uno y tres, “Dred Scott: 1857” y “The Freedom Riders Ride”.
La concepción de la obra, es plenamente contemporánea, de asimilación compleja, con una considerable parte escrita, más las improvisaciones correspondientes así como conducciones, más bien esporádicas, del líder del proyecto. En el piano el interesante Anthony Davis, que iba dejando remarcables contrapuntos que aportaban un color y timbres bien distintos, y alejados, de los cuartetos jazzísticos que estamos acostumbrados a escuchar habitualmente, un concepto de piano y sonido próximos al de la música de cámara. Arropados por el sonido redondo y seguro del contrabajista John Lindberg (que también ha participado en el interesante y recomendable Occupy the World –Tum, 2013-, de Wadada con la orquesta finlandesa TUMO, formada por veinte instrumentistas, entre ellos el saxofonista de Atomic, Frederik Ljungqvist). A la batería, el único miembro del cuarteto que no participó en las grabaciones, Anthony Brown, que amplió notablemente el concepto de su instrumento hacia el campo más abierto de la percusión.
A lo largo de toda la actuación se fueron proyectando imágenes de video, capturadas en directo, más o menos distorsionadas siguiendo la cadencia musical del cuarteto y fusionadas con algunas fotografías de época -en blanco y negro- relacionadas con el proyecto, a cargo de Jesse Gilbert.
Fue una de aquellas actuaciones de las que perduran, bastantes horas después de haberse terminado, en la cabeza uno y que se van engrandeciendo de forma paulatina, y a la vez tienes la sensación de no haberlo podido terminar de asir plenamente.
Al día siguiente, el miércoles 27, otro septuagenario, en esta ocasión el batería y pintor suizo Daniel Humair, dirigiendo su último cuarteto, en el “Institu Français”, en el mismo escenario que en la edición anterior, pudimos disfrutar, el que para algunos fue la mejor propuesta del festival, “L’Œil de l’Éléphant”.
Un cuarteto intergeneracional, con el trabajo discreto, efectivo y detallista de Jérôme Regard al contrabajo, y el de dos auténticos “enfants terribles” de la actual escena francesa, el saxofonista soprano Emile Parisien y el acordeonista Vincent Peirani, ganadores respectivamente del premio Django Reinhardt –músico francés del año-, en las ediciones de 2012 y 2013, dos jóvenes músicos que el próximo marzo publicaran su primera propuesta en dúo Belle Époque (ACT).
Un cuarteto en excelente sintonía, con una paleta amplia, variada y colorista. La música clásica emparejada con la popular -desde el vals “mousette” hasta la del norte de África, incluso con algunas pinceladas de aires irlandeses-, la escritura con la improvisación, el jazz con el free –pasando por el blues, swing y el bop-, melodías exquisitas diluyéndose en disonancias y al revés.
Fueron dejando algunas de las perlas que forman su único disco hasta la fecha, totalmente recomendable, Sweet & Sour (Laborie, 2012), “A unicorn in captivity” de la saxofonista soprano Jane Ira Bloom o “Shubertauster” del acordeonista del cuarteto, así como del tema de François Jeanneau “Arphia” correspondiente al disco Akagera que grabaron, en formación de trío, con Henri Texier en 1979.
Habrá que seguir pidiendo y apostando por propuestas de este tipo. Esperando una mayor coherencia entre la crítica y la praxis de los aficionados, en una ciudad como Barcelona que cuenta en la actualidad con tres escuelas superiores de música. Posiblemente, también, podría ayudar lo suyo, en los tiempos actuales, una orientación más económica en los precios de las entradas.
Texto y fotografías: © Joan Cortès, 2013
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