El último fin de semana de noviembre se celebrará en Valencia el Congreso Internacional: El Jazz en España. Una cita en la que tendrán lugar una gran variedad de actividades: ponencias, mesas redondas, conciertos, exposiciones, proyección de películas y documentales. En él participarán músicos, periodistas, representantes de la industria del espectáculo relacionados con el jazz, historiadores y expertos en el tema. Sin embargo, al igual que sucede con cualquier selección, es complicado que esta satisfaga a todo el mundo. En algunos casos puede haber una justificación clara para la no inclusión de un determinado participante o aspecto en un encuentro como este, aunque para este congreso es difícilmente comprensible que en las mesas redondas, ponencias y conferencias no aparezca una sola referencia al papel que Internet tiene en el jazz en la actualidad. No es comprensible que mientras una mesa redonda va a estar dedicada al jazz y a los medios de comunicación, en ella no haya ninguna mención directa a Internet.
Si se repasa la evolución de la relación entre el jazz e internet durante las dos últimas décadas, se pueden observar varias fases. Tras un tímido comienzo en España allá por 1996 con la aparición de Jazzred (que estuvo activa hasta 1999), y previo a la progresiva universalización del acceso a Internet en España, comenzaron a funcionar las primeras páginas web en las que distintos especialistas en jazz se hacían eco de artistas que eran obviados, incluso por los medios de prensa especializados, y que con los años han demostrado tener ese potencial que se supo ver desde Internet. Posteriormente el jazz en internet en español ha ido evolucionando paralelo a las formas de relación en este medio. Junto a las páginas webs han estado los foros, y después las redes sociales: MySpace en primer lugar, y posteriormente Facebook y Twitter, especialmente. A la vez tuvo lugar la explosión de la blogosfera con la irrupción de múltiples blogs especializados. Finalmente medios de comunicación escritos, mientras dejaban de estar en los quioscos, pasaban a estar presentes exclusivamente en la world wide web.
En toda esta enumeración nos encontramos con ambas caras de internet en cuanto a temas tan candentes como son los relativos a los derechos de autor: por un lado está el hacer llegar a los aficionados la información sobre músicos y músicas; también la posibilidad de la descarga ilegal y gratuita. Sin embargo esto está fuera del ámbito de quien pone en marcha un blog, página web, foro, o abre un hueco a las redes sociales: es una cuestión personal y particular de cada uno de los que comienza con alguna de estas iniciativas.
A lo largo del tiempo una característica es que en esos medios se trata de información que no tiene su espacio ni en los medios generalistas (que se están convirtiendo en un páramo donde reina el tópico), ni en los especializados en cultura. De este modo internet es un sitio en el que desde hace más de una década se pueden leer entrevistas, reseñas de discos y conciertos, informarse diariamente con noticias, e incluso escuchar programas de radio actualizados semanalmente… Por ejemplo, RNE tiene un potente servicio de podcasts para que los aficionados podamos escuchar a Cifu cuando nos convenga, y no a las horas en las que suelen arrinconar a sus programas. Pero el tema del tratamiento del jazz en la radio pública habrá que dejarlo para otra ocasión. Volviendo al tema, si uno repasa quiénes son los autores que aparecen en esos medios, se encontrará con que periodistas que colaboran en otros medios ajenos a internet tienen sus blogs y páginas webs particulares. Tampoco es extraño encontrarse con músicos que tienen sus webs y que utilizan tanto las listas de correo, como las redes sociales para informar de sus conciertos y actividades; que intentan sacar adelante sus proyectos por medio del micromecenazgo (algo que Internet facilita enormemente), o que dejan que los demás puedan apreciar su música (¿les suenan plataformas como YouTube o vimeo?) gratuitamente, o incluso adquirirla (¿y Bandcamp?). Internet también ha posibilitado la puesta en circulación de grabaciones publicadas exclusivamente en formato digital. Finalmente, un vistazo a las revistas de jazz impresas (que casi han desaparecido) y al espacio que este ocupa en los medios de comunicación, quizás debiera hacer reflexionar acerca el papel que Internet ya tiene en el panorama actual del jazz como un medio de comunicación más.
Utilizando unos y otros servicios, moviéndose por los distintos canales que Internet proporciona, están muchos de los participantes en este Congreso. Y sin embargo, se echa en falta la presencia de ningún participante en condición de especialista en jazz en ese enorme medio en constante evolución. En esta aproximación formal al jazz en España, una vez más, parece que en ciertos ámbitos todavía se va con un enorme retraso.
© Pachi Tapiz, 2013
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