Tres años después de Oración, el batería y percusionista uruguayo aborda un nuevo proyecto, arropado esta vez por sus colaboradores más cercanos. Tan Cerca consigue un delicado equilibrio entre el jazz más urbano y el flamenco con aroma a sal en su búsqueda incansable de la fusión natural de ambos estilos, sin olvidar las peripecias vitales del protagonista que se reflejan en su música. Guillermo McGill, aun más cerca.
Guillermo McGill charló con Sergio Cabanillas, Enrique Farelo y Carlos Lara el pasado 10 de abril de 2008, 17:00h., en directo en el programa Universos Paralelos de radio Onda Verde, Madrid 107. 9 FM.
SERGIO CABANILLAS: En relación al nuevo trabajo, la primera diferencia que se observa es en la formación. Has cambiado tu banda internacional por un grupo nacional de colaboradores a quienes conoces desde hace muchos años. Recuerdo a varios de ellos tocando en tu grupo en la edición de 2004 del Festival de Boadilla; de esa formación conservas a ambos guitarristas: Josete Ordóñez e Israel Sandoval. Se ha incorporado al proyecto Martí Serra, saxofonista…
GUILLERMO McGILL: … badalonés, que si no lo digo me mata…
SERGIO CABANILLAS: … y Josep Pérez Cucurella en el bajo eléctrico, lo que supone otra diferencia respecto a trabajos anteriores. El concepto de la grabación parece diferente en cuanto a la forma y también los contenidos, cuéntanos cómo has enfocado este nuevo disco.
GUILLERMO McGILL: En esa etapa que has citado del Festival de Boadilla, hicimos varios conciertos con Israel [Sandoval] y Josete [Ordóñez], y después empecé a trabajar bastante tiempo –hasta justo antes de grabar el disco– con el cuarteto en sí: Martí [Serra], Josep [Pérez Cucurella] e Israel. Cuando empezamos a trabajar sobre el disco, iba a nombre del “Guillermo McGill Cuarteto” porque era la base del proyecto, pero en el estudio se empezaron a grabar temas y temas con Josete, con lo cual se vio que era inevitable que esto acabara siendo un quinteto. De hecho, la base sonora viene de la mezcla entre los timbres de la guitarra flamenca y la guitarra eléctrica, y, por otra parte, la mezcla de Israel Sandoval y Josete Ordóñez como personas, por la información que tienen, la afición, el carácter tocando. Josete es un guitarrista flamenco que lee acordes, que está familiarizado con todo tipo de música.
SERGIO CABANILLAS: Luego es un guitarrista flamenco con una formación adicional.
GUILLERMO McGILL: Sí, encontrar alguien tan versátil en el flamenco no es fácil. Lo será dentro de poco. Los músicos de veintitantos años ya son gente que escucha mucho de todo…
SERGIO CABANILLAS: … como José Manuel León, por ejemplo…
GUILLERMO McGILL: … El Bola [Agustín Carbonell], José Antonio Rodríguez… la punta de lanza –armónicamente hablando– es Cañizares…
SERGIO CABANILLAS: … sin olvidar a Gerardo Núñez.
GUILLERMO McGILL: Por supuesto, Gerardo lleva tocando con Perico [Sambeat] un montón de tiempo.
SERGIO CABANILLAS: De modo que el concepto de partida de este trabajo ha sido muy diferente del de Oración.
GUILLERMO McGILL: Sí. Aparte del cambio de sonoridad, contar con el grupo que tenía [en Oración] requería mucha concentración, mucho esfuerzo, para poder hilar tres o cuatro conciertos seguidos, y eso me desgastaba mucho, la verdad. Lo que quiero no es dedicarme a buscar conciertos, sino hacer música, y aparte del cuarteto –con el que trabajo muy bien, en lo musical me satisface plenamente– está el fichaje mutuo de Contrabaix, que son los productores del disco y también son managers, otro miembro más del grupo. Es una fórmula en la que tengo mucha esperanza.
CARLOS LARA: El disco está formado por nueve temas, siete de los cuales son composiciones tuyas. Una de las que no lo son es “A Remark You Made”, de Joe Zawinul en su época con Weather Report, que abre el disco. ¿Cómo elegiste este tema?
GUILLERMO McGILL: Es un tema que formaba parte de nuestro repertorio desde el principio. Yo hice una semana en el [Café] Central, justo después de grabar Los sueños y el tiempo con Chano [Domínguez], Javier Colina, Julian Argüelles y Jordi Bonell, y con ese grupo ya tocábamos éste tema, hace nueve años. Con aquella formación me sonaba demasiado parecido, no lo más adecuado para grabar aportando algo al punto de vista de [Joe] Zawinul con Weather Report, con esa fuerza, con Wayne Shorter aportando esa melodía… para grabarlo otra vez tienes que tener buenas razones.
SERGIO CABANILLAS: Y en este caso, las razones son rítmicas, en tanguillo…
GUILLERMO McGILL: Exactamente, encontré esa fórmula a partir de un matiz que había en un tema que grabamos con Marc Miralta en New York Flamenco Reunion, el “Bésame mucho”, que tenía esa cadencia de tanguillo lento que me gustaba mucho. La mezcla está con la mandola que ha grabado Josete [Ordóñez].
ENRIQUE FARELO: El disco casualmente –o no tanto– se llama Tan cerca. ¿Quieres acercarte con este nuevo sonido a un público más mayoritario?
GUILLERMO McGILL: Me han hecho muchas veces esta pregunta, y poco a poco me voy acercando a la respuesta. Tiene que ver con la cercanía personal a la gente con la que trabajo y con la que convivo estos últimos años, y a una mejora en la calidad de mi comunicación con todos ellos: con los músicos, con mi gente, con mi familia, con mis alumnos.
SERGIO CABANILLAS: También se presta a un juego de palabras con la cercanía de flamenco y jazz.
GUILLERMO McGILL: Sí, también eso se va acercando y depurando. El objetivo ideal es expresar una sola cosa, y para eso hay que valerse de las mejores armas de cada mundo, y cuanto menos chirríen, mejor. Ese es un camino que no está totalmente logrado porque ni los músicos de jazz han comprendido al cien por cien el flamenco ni los músicos de flamenco han comprendido al cien por cien el jazz.
ENRIQUE FARELO: ¿Tiene más peso la melodía en este trabajo que en los anteriores?
GUILLERMO McGILL: Sí. Por eso hay más canciones. En esta fase tengo el gusto de acercarme más a lo que es una canción.
ENRIQUE FARELO: En este disco he encontrado algo de “flamenco-bolero”, por así decirlo, sobre todo el último corte, en cuanto a la letra y el sentimiento…
GUILLERMO McGILL: ¿Conoces ese tema? Lo cantaba Shirley Horn: “Here’s To Life”. Los standards americanos muchas veces tienen mucho que ver con los standards caribeños, incluso la temática. Es el otro homenaje que hay en el disco, un brindis por la vida. Canta el optimismo, el sentimiento positivo que ella tenía, es lo que a mí me emocionó, porque estaba muy enferma, justo antes de morir, y seguía actuando al piano, sentada en su silla de ruedas, con mucho dolor en su cuerpo pero cantando esta canción que es preciosa.
CARLOS LARA: Llama también la atención la utilización del zapateado en “Tu marina soledad” y la búsqueda de un camino verdadero en tu música.
GUILLERMO McGILL: Bueno, se trata de profundizar en los caminos posibles que se pueden iniciar simplemente con una idea. Aquí se llevan a cabo una serie de cosas que profundizan en ello con la integración, no sólo la utilización de un elemento del flamenco, sino la integración con todos los demás. Siempre digo que la música, para comunicar, tiene que responder a una unidad, hay que cuidarlo y que los elementos de un grupo se comuniquen muy bien entre ellos para que eso ocurra.
SERGIO CABANILLAS: ¿Qué aporta Ana Salazar al proyecto?
GUILLERMO McGILL: Pues mira [señalando a su hijo Miguel, risas generales].
SERGIO CABANILLAS: Efectivamente, aporta uno de los títulos de los temas…
GUILLERMO McGILL: Ana es una artista que viene del flamenco, pero que en su vida ha ido escuchando –y muy seriamente– otros tipos de artistas de otros lenguajes, de jazz, muchos de música brasileña, instrumentistas de otros ámbitos distintos al vocal, incluido todo lo que hay en casa: música búlgara, música hindú… de todo tipo. Eso crea, como en el caso de Josete un bagaje como aficionado muy amplio, algo fundamental para mí. Cuando doy clases y vienen alumnos de jazz preguntándome sobre ritmos de flamenco u otros aspectos del flamenco, lo primero que les recomiendo es que se compren algunos discos y sean primero aficionados para saber qué quieren de eso, para concretar ese deseo de aprender algo nuevo y que no sea simplemente una anécdota. Ese bagaje se nota en Ana. Cuando canta “Por la vida”, aun teniendo elementos de flamenco, nunca suena sobreexpresado, y consigue que la letra salga más, que quede más clara utilizando sus recursos, sin caer en el mal gusto de exagerar el lado flamenco.
ENRIQUE FARELO: ¿Podríamos decir que en Tan cerca son dos elementos muy importantes un personaje del que no hemos hablado, Israel Sandoval, que representaría la parte más jazzística y Ana Salazar la parte más flamenca y que eso proporciona una fusión perfecta en el disco?
GUILLERMO McGILL: Yo creo que sí. Además son muy amigos en lo personal, nos llevamos muy bien. Israel también toca en el grupo de Ana y en Claros del alma, su disco, y hay una labor de años, de acercamiento en el lenguaje, de comprensión, de intentar cada uno buscar su sitio.
CARLOS LARA: Una pregunta general: tocar batería y percusión ¿te proporciona más elementos para trabajar el ritmo?
GUILLERMO McGILL: Me da muchos más colores. Aunque en el disco no me gusta exagerar o sobreproducir, en ciertos momentos hay bodhrans, hay darbukas, shakers, palmas… y curiosamente el único solo que hay es de cajón. Ciertamente me proporciona más margen, y esos timbres son muy útiles como referencias de lenguaje, puedes dirigir hacia dónde quieres ir con cada tema. Esto se combina muy bien con Josep [Pérez Cucurella], el bajista. Él está en medio, tanto por el instrumento que toca como por sus conocimientos. Sabe muchísimo de jazz, de flamenco, de funk… es muy fácil tocar con él, y a día de hoy me resulta imprescindible.
SERGIO CABANILLAS: Ése es otro de los cambios evidentes en la instrumentación, la entrada del bajo eléctrico.
GUILLERMO McGILL: Da otra pegada al groove, y por ahí lo acerca mucho más al rock y al funk.
SERGIO CABANILLAS: Otro aspecto de tu trabajo –y una constante en tus discos– es su orientación al combo, no al lucimiento personal.
GUILLERMO McGILL: Exacto. Para mí las cosas son válidas cuando yo oigo un mensaje claro de parte todo el grupo, y como batería lo que hago es escuchar el conjunto desde arriba. Me parece de mal gusto ostentar de lo que uno sabe, sea lo que sea.
ENRIQUE FARELO: ¿Cómo se ha trabajado el disco en el estudio?
GUILLERMO McGILL: Se ha grabado en directo. Ensayamos una mañana y grabamos esa tarde y el día siguiente. Hubo una buena labor de mezcla, y en cuanto a recordings, están el zapateado, la voz de Ana en los dos temas cantados y la mandola, aparte de algunos elementos adicionales de percusión. La risa de éste [señalando a su hijo Miguel] también fue recording, hubo que hacerle cosquillas, porque no quería.
SERGIO CABANILLAS: Uno de mis temas favoritos del disco es “Tensky”, del bajista y compositor irlandés Ronan Guilfoyle. Cuéntanos cómo es tu relación con él.
GUILLERMO McGILL: Ronan fue una persona clave en mi carrera. En torno al año 1989 nos invitaron a dar clases en un seminario en el conservatorio de La Haya donde iban profesores de muchas escuelas de jazz de todo el mundo. Allí coincidimos mucha gente ypara mí fue clave conocer, por una parte, a Dave Liebman, y por otra, a Ronan. A partir de ese momento estuve muchos años tocando con él, tanto aquí como en Irlanda. Es una persona que sabe muchísimo de ritmo –de hecho toca música de la India con músicos hindúes–, es muy buen compositor de música contemporánea de cámara ymuy buen profesor. Tiene un libro que es un clásico del estudio del ritmo en la improvisación. La primera vez que tocamos juntos, en un quinteto con música original suya, estaba Julian [Argüelles], Herb Besson –primer trombón de la Toshiko Akiyosi Jazz Orchestra– y Kenny Wheeler. Él también ha tocado con John Abercrombie, con Paolo Fresu…
SERGIO CABANILLAS: ¿Y por qué este tema concreto de su repertorio?
GUILLERMO McGILL: Es un tema que yo tocaba con él hace años, en esa época, y recuerdo que me lo pasaba muy bien tocándolo. Es un tema en diez pero es muy natural, no se nota que es en diez.
CARLOS LARA: La selección de temas para un disco ¿se hace difícil? ¿Sobran temas en tu repertorio para próximos trabajos?
GUILLERMO McGILL: Sí, pasa mucho. En mi caso, cada disco que grabo pretendo que refleje un momento vital para que sea honesto. Para eso, siempre vas componiendo casi a diario. Cuando tienes en mente el proyecto del disco, haces más, y de entre los que haces exclusivamente para eso y los que llevas un tiempo intentando cuadrar sacas el repertorio. También eliminas cosas. En general, los buenos salen de un tirón, su estructura general y los motivos principales, y requieren poca variación o ninguna, son los más redondos.
CARLOS LARA: ¿Estás satisfecho con este disco?
GUILLERMO McGILL: Sí, mucho. Además tengo mucha ilusión con el material, con la gente con la que estoy trabajando en este momento, y con el camino iniciado con Contrabaix.
ENRIQUE FARELO: A la hora de componer ¿utilizas algún ritual?
GUILLERMO McGILL: No tengo ninguno. Por ejemplo, “La sonrisa de Miguel” está hecho en la T4 [Terminal 4 del Aeropuerto de Madrid Barajas], esperando entre dos aviones, y otros están hechos en casa, muy concentrado y con mucho trabajo.
ENRIQUE FARELO: En cuanto al libreto del disco ¿quién ha hecho las fotografías?
GUILLERMO McGILL: Me alegro de que me hagas esa pregunta [risas]. Aquí hubo un conflicto con los productores del disco y el diseñador. Esta foto me la hizo Ana y yo la retoqué un poquito. Era una foto en color hecha en una playa de Cádiz con un gesto que se corresponde mucho, a mi parecer, con el contenido del disco. La otra posibilidad era una foto muy buena con un plato y un gesto serio, algo más visto.
SERGIO CABANILLAS: Sólo nos queda hablar de los planes de futuro.
GUILLERMO McGILL: Tenemos un concierto el 31 de mayo, en el Auditori, en Barcelona, y el disco de Ana, Claros del alma, lo presentamos en Clamores el 22 de este mes [abril de 2008]. En este trabajo las guitarras flamencas están grabadas algunas por Josete [Ordóñez] y otras por José Luis Montón, Juan Carlos Aracil a la flauta, Israel Sandoval, Víctor Merlo toca el bajo en la mayoría de los temas –Josep [Pérez Cucurella]– toca en uno y Javier [Colina] toca en varios, Cuco Pérez toca el acordeón en un par de temas y Jorge Tejerina colabora en un tema con congas.
SERGIO CABANILLAS: ¿Ves una continuidad de tus proyectos con Contrabaix?
GUILLERMO McGILL: Sí, de hecho creo que están haciendo un catálogo de lo mejorcito de este país, como el primer disco de Horacio Fumero que eran todo dúos, es precioso, Lluis Vidal con Carmen Canela tocando standards catalanes, por así decirlo, hay muchas cosas de mucha calidad, la verdad. Ellos son managers, y acompañan a cada trabajo en su recorrido. Espero que no cambien nunca, lo están haciendo todo muy bien, con mucha humildad, y yo creo que les va a ir muy bien.
SERGIO CABANILLAS: ¿Y en cuanto a grabaciones?
GUILLERMO McGILL: Hay un proyecto de hace tiempo, anterior a esta formación, que es hacer un disco en trío con Javier [Colina] y Bernardo Sassetti. Hemos hecho actuaciones con ese trío, y es mágico… no hay ninguna prisa, todo ocurre en su justo momento.
Texto y fotografías: © 2008 Sergio Cabanillas.