- Fecha: 19 de noviembre de 2014.
- Lugar: Rock Palace (Madrid).
- Músicos:
Made To Break
Ken Vandermark: saxo tenor, saxo barítono y clarinete
Christof Kurzmann: electrónica
Jasper Stadhouders: bajo eléctrico
Tim Daisy: batería
Cuando uno asiste a un concierto de alguno de los proyectos de Ken Vandermark tiene la sensación de que los parámetros del espacio y el tiempo se diluyen. Considerado como uno de los mejores improvisadores del momento, el músico de Rhode Island no detiene nunca su vena creativa. Resulta difícil no pensar que después de haberlo dado todo en el escenario, no se apodere la sensación de vacío en este súper intérprete, líder y compositor.
Una vez dejadas atrás las etapas del Vandermark 5, The Frame Quartet, Powerhouse Sound, y Spaceways Inc, desde hace tres años lidera el cuarteto Made to Break, en el que la vena creativa del saxofonista no para de mantenerse al día. A su habitual formación de trío destaca la incorporación de los elementos electrónicos a través de sonidos preparados y de live-looping que aporta el austriaco Christof Kurzmann. Un componente que, aunque no parece decisivo en el grupo, complementa y otorga el toque moderno al grupo.
El concierto se construyó en base a temas contenidos en sus tres discos publicados hasta ahora en apenas dos años (Lacerba, Provoke y Cherchez La Femme), un crisol cuyo resultado fue redondo. El grupo lo forman el bajista eléctrico Devin Hoff (The Resonance Ensemble), el batería Timothy Daisy (Vandermark 5, The Frame Quartet, Sound In Action Trio, Bridge 61), y el mencionado Christof Kurzmann.
Made to Break funciona a las mil maravillas, sus integrantes se identifican en cada gesto e intercambian posiciones al segundo. A su estratosférica manera de suceder las improvisaciones a solo, Vandermark incrementa los diferentes intercambios a dúo en los que exige siempre el máximo de sus acompañantes. Ya sea en las combinaciones de saxo y batería, o saxo y bajo, nunca hay lugar para la tregua en esa lucha constante por extraer lo máximo a la espontaneidad de los sonidos que se van gestando. Los cuatro gozan de plenos poderes para mostrar lo mejor de sí mismos.
Como ya nos tiene acostumbrados, el concierto se concentró en seis temas de larga duración, en los que Vandermark y sus chicos ofrecieron un repertorio muy intenso. Ritmos grooves, por momentos funks, rockeros y hasta bailables, fueron los ejes de un recital en el que Vandermark siguió siendo el mismo en su manera de improvisar, aunque más asequible que en sus otras bandas. Estructuras sonoras espontáneas, libre improvisación y elementos tangenciales al jazz, dieron una nueva prueba de que Ken Vandermark está en plena forma. Todo ello no sería posible sin las aportaciones de unos músicos extraordinarios, especialmente Timothy Daisy a la batería, una verdadera máquina de generar ritmos, y un Devin Hoff capaz de sacar los sonidos más imprevisibles del bajo. Made to Break tiene toda la pinta de ser un grupo sin sello de caducidad por el momento.
Texto: © Carlos Lara, 2014
Fotografías: © Sergio Cabanillas, 2014
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