27e Festival Jazzèbre -III-. (16-17 de octubre de 2015. Francia)
- Bandes Originales
- Fecha: Viernes, 16 de octubre de 2015
- Lugar: Théâtre Municipal (Perpignan)
- Componentes:
Bandes Originales
Vincent Courtois, violonchelo
Daniel Erdmann, saxo tenor
Robin Fincker, clarinete y saxo tenor
- Louis Sclavis quartet
- Fecha: Viernes, 16 de octubre de 2015
- Lugar: Théâtre Municipal (Perpignan)
- Componentes:
Louis Sclavis Quartet
Louis Sclavis, clarinetes
Gilles Coronado, guitarra
Benjamin Moussay, teclados
Keyvan Chemirani, percusión
- Raphaël Schwab et Julien Soro
- Fecha: Sábado, 17 de octubre de 2015
- Lugar: Théâtre Municipal-Salle Cocteau (Perpignan)
- Componentes:
Raphaël Schwab et Julien Soro
Raphaël Schwab, contrabajo
Julien Soro, saxo alto
- Gran Ensemble KOA
- Fecha: Sábado, 17 de octubre de 2015
- Lugar: Théâtre Municipal (Perpignan)
- Componentes:
Gran Ensemble KOA
Alfred Vilayleck, dirección, composición y bajo
Matthieu Chedeville, saxo soprano
Armel Courree, saxo alto
Jérôme Dufour, saxo tenor
Samuel Mastorakis, vibráfono
Matia Levrero, guitarra
Daniel Moreau, teclados
Julien Gregoire, batería
- Ambrose Akinmusire
- Fecha: Sábado, 17 de octubre de 2015
- Lugar: Théâtre Municipal (Perpignan)
- Componentes :
Ambrose Akinmusire, trompeta
Sam Harris, piano
Harish Raghavan, contrabajo
Justin Brown, batería
Comentario:
Entramos en la parte final del 27 Jazzèbre, festival que debe su nombre, en palabras de su director artístico, el irreductible Yann Causse, a la ilustración de una cebra (zèbre) aparejada a la letra zeta en un diccionario francés, así como el acromatismo de sus líneas que remitirían, en su forma binaria, a la diversidad y colorismo del amplio arco jazzístico.
El viernes 16 de octubre, en el Teatro Municipal ubicado en la plaza de la República, asistimos a un programa doble de plena consonancia con su lema “el encuentro entre el jazz y las músicas del mundo en el Rosellón”, sumamente plurinacional: ya se sabe que el jazz y lo nacional no terminan de emulsionar.
La primera parte correspondió al singular trío del violoncelista Vincent Courtois compartido con dos saxofonistas, el franco-inglés Robert Fincker (entre otros proyectos miembro del trío Whahay), y el alemán Daniel Erdmann (componente de Das Kapital).
Al ecléctico Courtois lo escuchamos hace unos meses, también en Perpignan, con el joven violinista Théo Ceccaldi (miembro de la ONJ de Olivier Benoit y laureado por la revista Jazz Magazine como la revelación francesa del 2014).
El trío, violonchelo y dos saxos tenores, lo saboreamos en la edición de 2013 con la propuesta Médiums (La Buissonne, 2012). En esta ocasión la derivada se ha encaminado hacía la música de diez películas de compositores bien distintos (Nino Rota, John Wlliams, Michel Legrand…), trabajo que comparte un pequeño factor común con el anterior, la película Freaks (1932) de Tod Browning y la música de Gavin Barns.
Courtois es el compositor de la banda sonora de la película infantil, pero para todos los públicos, Ernest et Célestine (2012), ganadora, entre otros premios, del Oscar 2014 a la mejor película de animación, con una concepción plástica bien alejada de los cánones estadounidenses.
Los temas interpretados en Perpignan (de las películas Plein Soleil, Le ballon rouge, Hiroshima mon amour, E.T., Tous les matins du monde...), estuvieron bien alejados de cualquier caramelismo, con una conceptualización de trazado desnudo, árido y bello, formalizado con la calidad y nivel instrumental que atesoran los tres músicos.
Restamos a la espera de la correspondiente grabación, mientras nos deleitamos con Médiums y el exquisito West (La Buissone, 2015), el último trabajo de Courtois, que en algunos temas también cuenta con la colaboración de sus dos cómplices, así como la del teclista Benjamin Moussay. Dos trabajos plenamente recomendables.
La segunda parte de la velada fue el turno para la última propuesta del clarinetista y saxo soprano Louis Sclavis, Silk And Salt Melodies (ECM, 2014), en formación de cuarteto, o sea los acompañantes del Atlas Trio, el guitarrista Giles Coronado y el teclista Benjamin Moussay, más el percusionista iraní Keyvan Chemirani, con todas las composiciones originales firmadas por Sclavis.
Foto-06 Sclavis
Sclavis es un músico que ha participado en distintas ediciones del festival, con distintos proyectos Napoli’s Wall (2003) , a dúo con el percusionista italiano Michel Rabbia (2006), nuevamente a dúo con el clarinetista y saxofonista Michel Portal (2008) o con Atlas Trio (2011) –ocasionalmente con Vincent Courtois que sustituía a Giles Coronado-.
El clarinetista de Lyon, en el año 2008 fue galardonado con el premio al mejor creador europeo en la bienal de Barcelona, donde desgraciadamente ha estado programado en contadas ocasiones, entre las últimas, dos auténticas joyas, en el 2012 como miembro del quinteto L’œil De L’Eléphant” (Portal-Sclavis-Texier-Marguet-Le Querrec) y en el 2014, en la cercana Terrassa, con el trio RST (Romano-Sclavis-Texier).
La actual propuesta es una combinación de melodía, ritmo marcado e improvisación, alimentándose de distintas fuentes, jazz, rock y músicas tradicionales de procedencias distintas –imaginarias y específicas-. Con temas que pueden sugerir una concatenación de imágenes mostradas en consecutivos fundidos encadenados, con cambios sutiles de lugares y tiempos.
Silk and salt melodies, fue la propuesta presentada, con títulos tan sugerentes y específicos como “Le parfum de l’éxil”, “L’homme sud”, “L’autre rivee” o “Des feux lointains”.
Un trabajo bien cohesionado, cromático y complejo, donde destacaron, por citar un par de temas, “Cortège” melodiosamente sinuoso y envolvente, con trazados de pianos nítidos en contraste con las nebulosas de la guitarra, color y grisura, con líneas marcadas, entrecortadas y repetitivas. Sutiles dulzuras reconvirtiéndose en desgarros viscerales del clarinete bajo, con ritmos y timbres de insinuación tradicional entrelazándose con otros de más calado contemporáneo urbano, y “Sel et soie” de ritmos cabalgantes, contrastando pasajes al unísono, uniformes, con el desbocado de los cuatro músicos, en estampida, en la misma dirección pero por trazados distintos, para retomar finalmente el recogimiento melódico.
Ping Machine es una notable banda formada por quince músicos y desde el 2009 cuentan con tres interesantes discos en el mercado. Dos de sus integrantes, el contrabajista Raphaël Schwab y el saxofonista Julien Soro, desde el 2014, también forman el dueto, homónimo de sus respectivos apellidos.
En la sala pequeña, Salle Cocteau, del bicentenario teatro de la plaza de la República desmenuzaron buena parte del temario del único trabajo discográfico, punteado con pequeñas dosis de humor a juego con la caratula de su disco compacto. Un temario formado por composiciones del contrabajista, temas cortos con mucho espacio abierto para la improvisación e interacción entre los dos músicos.
El dueto ha sido laureado con uno de los cuatro premios Jazz Migration 2016, beneficiarios, a lo largo de un año y medio, de un seguimiento artístico y profesional, así como de un sustento para su difusión en Francia y en Europa.
El hexágono vecino goza de un considerable y muy interesante número de formaciones generosas en relación a la cantidad y calidad de sus integrantes. Por citar unas cuantas, la Ochestre National de Jazz (que este año cumplirá 3 décadas, con renovaciones periódicas, aproximadamente cada tres años, de director y músicos, que está subvencionada por el estado), el noneto Andy Emler MegaOctet, Le Gros Cube d’Alban Darche, los ya citados Ping Machine, L’Occidentale de Fanfare, ….
Le Grand Ensemble KOA es un noneto formado por jóvenes músicos de la escena de Montpellier (que en la edición del 2014 del Festival à Junas ya pudimos contrastar su valía desde diferentes formatos, dúo, cuarteto o noneto). El grupo cuenta con dos discos Koa Koi (2011) y Ahimsa (2015).
En Perpiñán actuaron en formación de octeto (por la ausencia del trombonista), tres saxos, vibráfono, piano eléctrico, batería y bajo eléctrico. El bajista Alfred Vilayleck es el compositor de los temas y a su vez el director del GEK.
Del repertorio interpretado nos llamaron especialmente la atención dos piezas, incluidas en su último trabajo, “Le pardon infini” y “Ahimsa”.
La última actuación de la noche y, a su vez del festival, corrió a cargo del cuarteto del joven trompetista estadounidense Ambrose Akinmusire. Músico que posee un buen reconocimiento en el entorno jazzístico francés. L’Acadèmie du Jazz de France le otorgó el premio al mejor disco publicado en el 2014, por The imagined savior is a far easier to paint, el mismo galardón que había recibido en el 2011, por su anterior trabajo, el segundo de su carrera individual, When the heart emerges glistening. En el 2010 participó como miembro activo en el disco Baïlador del saxofonista y clarinetista Michel Portal.
Mencionar que otro artista, la trompetista Airelle Besson, presente en esta última edición de Jazzèbre, también recibió de la misma academia, en el 2014, el premio al mejor músico del año, a su vez, en ex aequo, el galardón al mejor músico europeo recayó en los pianistas John Taylor y Michael Wollney. Recordar que el premio al mejor músico europeo del 2012 lo obtuvo Jorge Pardo y, en esta misma edición, el sello discográfico, barcelonés, Fresh Sound, recibió el galardón por su trabajo en el campo de las reediciones.
La primera vez que vimos a Akinmusire en directo fue, en el festival Jazz Terrassa del 2011, como miembro de Tarbaby, en aquella ocasión en formato de quinteto, compartiendo las lides solistas con Oliver Lake. En la edición del año siguiente ya vino con su quinteto.
En el Teatro Municipal de Perpiñán, estuvo acompañado con la misma rítmica con la que actuó en el 2012 en Terrassa. Tres músicos en total sintonía y complicidad entre ellos y con el trompetista. Justin Brown a la batería, con sutiles cambios en el acompañamiento, el aplomo del contrabajo de Harish Raghavan y las exquisiteces tanto en el acompañamiento como en los solos, ya fuesen en el piano acústico o con el fender, de Sam Harris. Un trabajo que difícilmente podría aunarse, con la fluidez y calidad con la cual lo consiguen, sin la notable compenetración de los cuatro músicos.
Akinmusire tiene una querencia por el fraseo, de líneas ondulantes, sugerentes e incluso flotantes. Un discurso plenamente actual sin por ello renunciar a la tradición, ni que esta le llegue a anquilosar en su discurso personal.
Su propuesta se fue apreciando y saboreando de forma creciente a lo largo de su materialización, de los diferentes sumandos que fue exponiendo. Del repertorio de la actuación perpiñanesa destacaríamos, la rítmica y contenida “As we fight here”, el musculado “Brooklyn”, la balada “Song to exhale to” o el dueto pausado con el pianista, “Trumpet sketch #2”. Cerraron el programa, en la tanda de bises, con la ellingtoniana “In a sentimental mood”.
Texto y fotgrafías: © Joan Cortès, 2016
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