Por Coolcat.
Festival What’s Next? The Latest Jazz Generation
- Fecha: 20 de febrero de 2020.
- Lugar: Sala Clamores (Madrid)
- Grupo:
Nérija
Nubya Garcia saxo tenor
Sheila Maurice-Grey trompeta
Shirley Tetteh guitarras
Cassie Kinoshi saxofón alto
Rosie Turton trombón
Lizy Exell batería
Rio Kai contrabajo
Anatomías de un nuevo jazz (IV): Nérija
Ha sido mencionada la mirada a África entre las características del nuevo jazz. Las agrupaciones actuales buscan entre el cajón de influencias de sus maestros. Así, el movimiento se nutre de tal brindado exotismo. Junto a ello, un aura de espiritualidad que roza la tímida parsimonia. El mercado musical dispensa multitud de estilos y renovados aires. Nunca están de más. Reivindican, de igual modo, sonidos infravalorados. Es el caso del afrobeat, olvidado durante décadas. Siempre detrás del jazz y el funk. Es de agradecer, fruto de la ambición supuesta, la labor de los jóvenes por mostrar al público estos lenguajes.
Quiere esta ser la motivación para un siguiente acto de What’s Next? The Latest Jazz Generation. La Sala Clamores presenta a Nérija, banda de estrellas de la escena londinense. Un septeto con marcado carácter femenino en aplaudida decisión. Lo componen Nubya Garcia al saxo tenor, Sheila Maurice-Grey a la trompeta, Shirley Tetteh en guitarras, Cassie Kinoshi al saxofón alto, Rosie Turton al trombón, Lizy Exell a la batería y Rio Kai al contrabajo. Numerosa alineación vista la media de las bandas del certamen. No obstante, sinónimo de una propuesta no menos llena de interés. Prueba anotada en la asistencia.
Se estrenan Nérija en la noche con “Where It Ends And Begins”, último sencillo. Sorprende gratamente de inicio la complejidad de su música. No se limita al acompañamiento básico del ya aludido género. Construye un interesante relato cercano a resonancias contemporáneas. Nubya ejecuta un solo con reminiscencias del Coltrane de A Love Supreme. Singular la tarea de Tetteh a las seis cuerdas. Es posible constatar que su nivel no es el esperado a tenor de sus compañeras. El trazo se limita a una mera cobertura de post-rock en detrimento del jazz. Es decepcionante recurrir a los acordes de quintas en estos menesteres.
Sigue “Nascence”, introducción del disco Blume. El grupo hace suyas las texturas ricas en matices del viento metal. Es el turno de Rosie al trombón. Al margen de la melodía principal, concede un sentido homenaje a nombres propios como Grachan Moncur III. Especial hincapié por parte de la sección rítmica. Lizy exhibe un genuino manejo del tempo. Cuenta con un breve espacio para recoger aplausos con su intervención. El respetable disfruta a cada nota. Los integrantes de Nérija se advierten comunicativos con los presentes. Sus caras de satisfacción entre turnos de ejecución expone que todo marcha por la buena senda.
“Equanimous” impregna el local de colores brasileños. Con un deje de bossa nova, evoca los medios tiempos inconfundibles de Gerry Mulligan. Alternan trombón y guitarra. Si bien es complicado emular a Brookmeyer o Jim Hall, cumplen con creces su cometido. Tetteh parece tener más ideas esta vez. Sus líneas coinciden en el lirismo general del tema. Pasan al funk con “Last Straw” y una sincopada cadencia presta al baile. Sheila se pone en la piel del Miles setentero con un notable esfuerzo. Nérija abarcan la atonalidad en todo su esplendor. La profesionalidad es incuestionable.
“Pikman V” es la única canción que escapa del presentado álbum Blume. El afrobeat de Fela Kuti o Masekela vuelve a relucir. Batería y bajo impulsan sin ápice de vértigo. Tetteh, por su parte, desenpolva el pedal de wah wah. Corren a cuenta de la casa los punteos. Ponen el broche el cuarteto de trombón, saxofones y trompeta. Las métricas étnicas se esconden con “Partner Girlfriend Lover”. En este momento, con una edulcorada balada. Una vuelta de tuerca a derroteros como John Abercrombie y Gateway. La polivalencia del conjunto resulta constatada a lo largo de la velada.
Cierra Nérija con dos exclusivos broches. Tanto “Unbound” como “Riverfest” encarnan su filosofía a la perfección. Un jazz macerado a fuego lento y con abundancia de inflexiones. Mención de rigor a Rio Kai y su contrabajo. De nuevo, la lección generacional es plausible. Constituye una corriente que trasciende sexos. La ansiada igualdad de valía entre hombres y mujeres. Aúna la ortodoxia que otorgan las raíces con ese tratamiento destacado. Aporta la enésima evidencia británica, coetaneidad y baluarte. Un colectivo que ha demostrado el estudio del arte y ensayo necesarios. Sólo así puede perpetuarse en los años la cúspide de la creatividad armónica llamada jazz.
Texto y fotografía: © Coolcat, 2020