23è Festival de Jazz de Granollers. Joan Bretcha Guitar Series
- Fecha: 14 de febrero
- Lugar: Casino de Granollers
- Componentes:
Paolo Angeli: guitarra sarda preparada - Comentario:
Cada vez son más los festivales de jazz que se apuntan a incluir entre su programación, de forma incluso destacada, propuestas arriesgadas, artistas no canónicos que comparten cartel en perfecta armonía con jazzman “de repertorio” y ofrecen al respetable la posibilidad de contrastar gustos y sabores en un encomiable gesto de altruismo; una actitud, por cierto, que se echa en falta entre las, por fortuna, cada vez más minoritarias Iglesias del swing y el free. El veterano Festival de Jazz de Granollers, además de ser el primero del año, como apunta con acierto el sabio Joan Cortès —autor de las magníficas fotografías que ilustran esta humilde crónica—, es pionero en la apuesta por la variedad estilística, y también por regalar a la afición joyas como la presentación en primicia de Sale quanto basta —cuya traducción al castellano vendría a ser Sal al gusto—, el próximo trabajo de Paolo Angeli en solitario.
La fórmula del concierto de Paolo Angeli a pelo con la guitarra sarda preparada es quizás una de las expresiones más bellas de la actual escena de las músicas improvisadas. Tan curioso instrumento, a caballo entre la guitarra y el violonchelo y con toda clase de adminículos tímbricos y/o rítmicos, convierte a Angeli en una suerte de hombre orquesta del presente sin necesidad de recurrir al tan manoseado efecto loop. La original guitarra sarda preparada es un auténtico cofre de sorpresas. Como por arte de birlibirloque puede pasar de ser una dulce caja de resonancia a una casi incontrolada olla a presión. Angeli, mago-músico, combina y ejecuta toda clase de registros cambiantes, a menudo superpuestos. Su música bebe sin pudor del folklore sardo —y del de otros lugares—, de la tradición de la música improvisada e incluso del pop y del rock progresivo.
Con o sin estructura previa, los conciertos del navegante Paolo Angeli acostumbran a ser un viaje a la deriva. Albergan regalos inesperados como por ejemplo el fragmento con el que arrancó la sesión: una heterodoxa soleá por bulerías en la cual, sin llegar a practicar el tradicional rasgueo del toque, Angeli apuntaba con los pies la cadencia rítmica del popular palo flamenco. Bonita forma de tocar la guitarra flamenca sin ser del todo flamenca, y de incluir un cante por la vía de la frotación con el arco. Del punteado austero alla flamenca —estilo que ejecutaba por primera vez en público— pasó, en el marco de la misma pieza improvisada, a los efectos metálicos “Brida”, tema de melodía preciosista y ritmo en compás de amalgama, incluida en Sale quanto basta. Las improvisaciones posteriores incorporaron canciones como “Corsicanskaya”, de la Piccola Orchestra Gagarin —el proyecto barcelonés de Angeli junto con Sasha Agranov y Oriol Roca—, un maridaje perfecto entre el folclore corso y la música eslava.
Hacia el final del recital, el instrumentista de cuerda abandonó por un instante la exploración climática para estrenar otro número de Sale quanto basta, “Il satiro danzante”, un rasgueado hipnótico, en apariencia monótono, pero que cambia de armonía con delicadeza y un extraordinaria sutileza. “Il satiro danzante” es sin duda una de las composiciones más llamativas de la carrera de Angeli. Preludió a una recta final que acabó con un par de bises memorables. El primero de los temas adicionales, un clásico del artista, “Tra una gamba e l’altra”, concluyó con un canto tradicional de Cerdeña a capela. Una delicia.
En el Casino de Granollers, que no es un salón de juegos sino la sede de una histórica sociedad cultural, tuvimos el placer de escuchar en primicia parte del repertorio del recomendable próximo CD de Paolo Angeli. Acertó el Festival de Jazz de Granollers con su atrevida propuesta, y también Paolo Angeli, marino-mago-músico original e inclasificable, en el sentido literal de ambos términos, en las antípodas del formulismo. Viento en popa, a toda vela.
Texto: © Martí Farré, 2013
Fotografías: © Joan Cortès, 2013
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