Robert Glasper: hip hop, música electrónica y otros experimentos [Artículo de jazz] Por Rudy de Juana 1

Robert Glasper: hip hop, música electrónica y otros experimentos [Artículo de jazz] Por Rudy de Juana

En mi primer artículo para TomaJazz os hablaba del “jazzmen que conquista a los millenials, un tal Mr. Kamasi Washington. Pero Washington no está solo en el empeño. Y es que no hay que investigar demasiado para tarde o temprano tropezarse con Robert Glasper, probablemente el músico de la actualidad que más ha hecho por fusionar los distintos estilos que conviven en la música afroamericana moderna.

 

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Robert Glasper en directoen Leverkusener Jazztage (Alemania) el 9 de noviembre de 2016. Fotografía por Andreas Lawen, Fotandi CC BY-SA 4.0

Glasper se presenta desde el principio como ese verso libre al que le sobran las etiquetas y al que incluso, el mismo término jazz, se le “hace bola”, como si, al pronunciarlo, tuviese que cargar con el peso de Fats Navarro. Y aunque es Nicholas Payton quien en 2011 escribe el famoso manifiesto “On Why Jazz Isn’t Cool Anymore, estamos casi seguros de que suscribe eso de que “As a musician, it’s my duty to do better than my predecessors.() There is nothing romantic about poor, scuffling Jazz musicians.() I am a Postmodern New Orleans musician.

Si es verdad que en los primeros años de su carrera parece seguir el manual de Blue Note al pie de la letra (“Canvas”, “In My Element”), también lo es que tarde o temprano tenía reflejar en su música su estrecha amistad con el productor Bilal Oliver, quien le pone en contacto con la crème de la crème del R&B y el Hip-Hop del momento, o lo que es lo mismo: artistas como Mos Def, Kayne West, Jay-Z, Erykah Badu, Jill Scott…¿seguimos?

Robert Glasper: hip hop, música electrónica y otros experimentos [Artículo de jazz] Por Rudy de Juana 3Así que cuando en 2011 prepara la producción de esa bomba musical a la que titula Black Radio tiene dos cosas claras: que va a hacer un disco de jazz, pero que, a la vez, va a incorporar todas esos géneros con los que convive en su día a día y que a fin de cuentas, han sustituido al jazz en la “calle”.

La cosa funciona tan bien y produce un álbum tan redondo, que en 2012 Black Radio se convierte en el primer disco de jazz que gana un Grammy en la mucho más mediática categoría “Mejor álbum de R&B del año”. ¿Quién necesita etiquetas? Tres años más tarde repite la misma fórmula con Black Radio 2 por el que también es nominado y en 2017, se pasa al campo de la producción con la banda sonora de Miles Ahead, que acaba siendo igualmente premiada por la academia. De su papel como productor de nuevas bandas, por cierto, no se ha bajado desde entonces.

En su penúltimo proyecto, Dinner Party, ¿con quién se va a juntar? Lo habéis adivinado: con Kamasi Washington. Acompañados por el también saxo Terrace Martin y la música electrónica del productor 9th Wonder, el resultado es un disco ecléctico que mezcla jazz, chill-out y pistas de baile. Y decimos penúltimo, porque ojo al dato, esta semana Glasper se ha descolgado con el anuncio de su Black Radio 3 para el primer semestre de 2021, dejando un tanto a Blue Note en la estacada y fichando por Loma Vista Recordings para este lanzamiento.

Robert Glasper: hip hop, música electrónica y otros experimentos [Artículo de jazz] Por Rudy de Juana 4¡Eran tan amigos! Además de haber producido todos sus discos, en 2018 le invitó a ser el artista residente del famoso Blue Note Club del West Village, durante un mes completo. En toda la historia del sello, sólo tres músicos han podido hacerlo: Dizzy Gillespie, Chick Corea y Chris Botti. Casi nada.

No es esta la única polémica en el que se ha visto envuelto en los últimos años. En una entrevista concedida en 2017, parecía sugerir que las mujeres no estaban tan interesadas en la improvisación musical (dicho sea de otra forma, en el jazz) como los hombres. Acabó por disculparse, afirmando que en realidad lo que quería decir es que el jazz debería intentar conectar mejor con las mujeres. La cosa no habría ido a más si unos meses más tarde, no hubiese acusado a Lauryn Hill de haberle robado parte de su música para la producción de The Miseducation y de no pagar adecuadamente a sus colaboradores. Lauryn Hill por su parte, acabó por cantarle las cuarenta en esta carta tan “amable”.

Pero al margen de las polémicas, a sus 42 años Glasper puede que sea unas de esas cosas raras y maravillosas que le pasan al jazz de vez en cuando. Amado y odiado por igual, es una de esas figuras capaces de romper los márgenes, coger la música, agitarla con fuerza y lanzarse a por todas con una propuesta de enorme personalidad. Tiene mucho mérito.

Texto: © Rudy de Juana, 2020. http://www.caravanjazz.es/

 

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