32è Festival Jazz Terrassa
- Lugar: Centre Cultural Terrassa, Terrassa (Barcelona)
- Fecha: Viernes, 15 de marzo de 2013
- Componentes:
Gregory Porter: cantante y compositor
Yosuke Sato: saxo alto
Chip Crawford: piano
Aaron James: contrabajo
Emanuel Harrol: batería - Comentario: Terrassa durante este mes de marzo celebra la 32ª edición de su festival de jazz, de forma considerablemente menguada en relación a sus las últimas ediciones, menguada en días y en actuaciones. No ha podido ser ajeno a la actual situación política-económica-ideológica dominante, que está destruyendo varios de los pilares básicos del denominado estado del bienestar, entre ellos el de la cultura.Como decía recientemente el saxofonista norteamericano Ken Vandermark –uno de los músicos más inquietos, activos y radicales, involucrando en múltiples proyectos de las actuales músicas improvisadas sin fronteras-, “La crisis en Europa va eliminando los programas de apoyo a la cultura y cada vez es más difícil tocar. Tengo que buscar la manera de volver a EE UU, donde la actitud hacia esta música no es tan abierta. Las cosas están demasiado codificadas allí y hay lugares como el Lincoln Center que dicen lo que es jazz y lo que no” (El País, 9-3-13). También resulta interesante el comentario del catedrático de Políticas Públicas, Vicenç Navarro, “Catalunya y España ya son los países que tienen un gasto público social y sanitario por habitante de los más bajos de la UE-15. Está ya muy, pero que muy adelgazado. Adelgazarlo más podría matarlo” (Público.es, 14-3-13). O como dice Teresa Forcadas, monja benedictina, doctora en medicina y teología, “el problema es el sistema en sí, el sistema en el que nos encontramos tanto a nivel socio-económico y, también, político” (Público.es, 13-3-13). Terminaré este collage de citas, con la del filósofo Josep Ramoneda, “No renunciemos a la condición de ciudadanos, por mucho que nos empujen; juguemos nuestras cartas: el voto, la palabra, la presión, la razón” (Ara, 20-3-13).A pesar de todo, sin querer perder su condición de animadores, cuando no de agitadores culturales, y antes que arrojar la toalla, los responsables de Jazz Terrassa y “Els Amics de les Art i Joventuts Musicals”, con Susanna Carmona y Valentí Grau como cabezas más visibles, han podido armar una nueva edición de este añejo y emblemático festival, preservando una parte de los conciertos al aire libre, de horario de mediodía y gratuitos, así como su Picnic Jazz, con una concepción más modesta, además de los conciertos de pago, también reducidos, en su feudo de la Nova Jazz Cava.Uno de los conciertos estrella de este programa, además del de Joanne Brackeen, ha correspondido al del cantante norteamericano Gregory Porter, que cumplió con creces las expectativas creadas.Gregory Porter, de unos 42 años, sólo tiene dos discos en el mercado, Water (2010) y Bee Good (2012). Es un cantante que compone la mayoría de sus canciones, tanto la letra como la música, con una interesante mezcla de jazz, blues, soul y góspel (“Escribir mis canciones me permite acercarme a una cierta intensidad, dar más sentido a lo que es mi propia experiencia, o lo que me toca. Escribir es algo necesario” -las citas corresponden, a la interesante entrevista realizada por Frédéric Goday para el número 640 de Jazz Magazine / Jazzman-).Formado desde muy temprana edad en los coros de la iglesia donde su madre ejercía de pastora. Una formación previa y temprana, compartida por otros dos cantantes de referencia para él, uno de ellos, de máxima referencia, Donny Hathaway, y el otro, Marvin Gaye, a quien menciona de forma explícita en su tema “On my way to Harlem” (“Marvin Gaye used to play whats going on right over there”). “What’s going on”, disco de Gaye grabado en el 1971 –el mismo año en que nació Porter-, contó con la fuerte oposición inicial del máximo responsable, que además era su cuñado, de sello discográfico Tamla Motown, al considerar que las temáticas eran excesivamente políticas (“Piquetes y pancartas / No me castigues con brutalidad / Háblame para que así veas / Oh, qué es lo que está pasando / Qué está pasando / Si, que está pasando / Qué está pasando” ). En la actualidad está considerado como una de las mejores grabaciones de toda la historia del soul.Donny Hathaway utilizaría el tema “What’s going on”, para abrir su interesante Live (1972), y que cuatro décadas después mantiene todavía una notable vigencia. Ambos músicos, Marvin y Donny, eran autores de buena parte de las canciones que interpretaban y además compartieron, de alguna manera, el desenlace fatal de sus vidas, el suicidio de Donny y el asesinato de Gaye, este cometido por su padre, predicador pentecostal.El mismo Porter destaca, muy especialmente, otro reducido grupo de influencias fehacientes: Nat King Cole (“no hago ninguna separación entre su música calificada de comercial y su faceta más jazzística”), Ella Fitzgerald, Louis Armstrong y, la reivindicativa, Nina Simone.En el Centre Cultural de Terrassa estuvo acompañado por un notable cuarteto, imprescindible para obtener unos resultados globales tan interesantes, constantemente entregados y plenamente conscientes de su labor. Remarcar los solos bien energéticos, musculados y fraseados del saxofonista Yosuke Sato, así como las sutiles y elegantes líneas pianísticas de Chip Crawford.Gregory Porter posee una voz de tenor bien timbrada, que la utiliza con gusto, elegancia y seguridad, heredera de la mejor escuela góspel, realimentada por la exquisitez del soul, sabedora de las directrices jazzísticas y sazonada con puntuales destellos de la sencillez del blues. Fue desgranando buena parte de sus propias creaciones, correspondientes a su último trabajo, entre ellas, el ya mencionado, “On my way to Harlem”, así como, “Be good (lion’s song)”, “Real good hands” y “Mother’s song”, más un par de estándares, “I fall in love too easily” y una exquisita, sentida y emotiva versión de “Work song” (Nat Adderley y Oscar Brown Jr.), también incluido en su último disco. Culminó su actuación con uno de sus estandartes -correspondiente a su anterior trabajo-, redondo, aditivo y de trazos circulares, el delicioso, “1960 What?” (“Hay un mensaje político. Los años sesenta pueden parecer lejanos, pero me parecen, a pesar de todo, tan próximos”), tema que se ha convertido, a su vez, en un éxito de las pistas de baile. La propuesta de Porter resulta atractiva para un público bien amplio, desde los más afines a los postulados y dictámenes del Lincoln Center hasta los más alejados, cuando no contrarios, incluso para un sector de público que el jazz no les aporta atractivo alguno.En la actualidad está ultimando su último trabajo que, según parece, va presentar en los escenarios europeos durante el próximo otoño. Será cuestión de esperar y desear que uno de ellos nos quede lo más próximo posible a nuestras latitudes.
- Texto y fotografías: © Joan Cortès, 2013