#1 Tètes De Jazz! (II): Stéphane Kerecki – John Taylor Duo / Vicent Peirani Trio + Emile Parisien / Luis Vina “Mobile” (AJMI La Manutention, Avignon, Francia, 2013-07-17)

Fecha: Miércoles, 17 de julio de 2013
Lugar: AJMI La Manutention, Aviñón (Francia)
Grupos y componentes:
Stéphane Kerecki – John Taylor Duo (14:45)
John Taylor: piano
Stéphabe Kerecki: contrabajoVicent Peirani Trio + Emile Parisien (16:30)
Tony Paeleman: piano
Simon Tailleu: contrabajo
Vicent Peirani: acordeón y acordina
Émile Parisien: saxo soprano

Luis Vina “Mobile” (18:45)
Luis Vina: saxos barítono, tenor y composiciones
Matthias Mahler: trombón
Julien Chamla: batería
Adrien Dennefeld: guitarra

Comentario:

Son las tres menos cuarto de la tarde, en la calle cae un sol asesino, con un calor parejo. Dentro, en el refrigerado, pequeño, espartano y mínimamente iluminado espacio del primer piso, que acobija el sencillo escenario de la AJMI (asociación de jazz y músicas improvisadas), todo a punto para comenzar la primera de las tres actuaciones seleccionadas para nuestra segunda y última jornada.

Poco después de los sesenta minutos, de rigor y rigurosos de este primer concierto de la segunda jornada de “Têtes de Jazz!”, salíamos plenamente vigorizados por la exquisitez del trabajo y la comunión del dueto. Un concierto estimulante y relajante a la vez, bello y con contenido, que dejó buena muestra de algunas de las perlas recogidas en Patience (2011), su único trabajo en común hasta la fecha, perlas como, “Manarola”, el propio “Patience”, “La source” o “Valse for John”, entre otras.

El británico John Taylor, al piano, con su tranquilidad y bonhomía que lo caracteriza, fue desplegando su discurso próximo al lirismo, sin falsos almíbares, con algunas de las líneas melódicas que nos tiene acostumbrados a sus seguidores, conjugándolas con otras un poco más ásperas, dejando a su vez una buena muestra de su gusto personal por los silencios musicales.

El joven contrabajista parisino, Stéphane Kerecki, demostró, nuevamente, ser el perfecto compañero de esta notable aventura. Un contrabajista poseedor de un sonido bello, limpio, que no le gustan los caminos fáciles, ni ser un mero acompañante, ofreció una serie de solos remarcables.

En el exterior, en uno de los replanos de las “Escaliers Sainte-Anne”, Taylor nos comentó el buen recuerdo que todavía mantenía de su piano solo en el festival de Jazz de Granollers (junio del 2012) y que partía hacia Italia para tocar con la cantante Diana Torto.

Son las cuatro y media de la tarde y nos adentramos en, lo que resultó ser, otro concierto de alto octanaje, visto, escuchado y disfrutado en la corta distancia, que sólo pueden ofrecer los pequeños espacios o clubs de jazz.

La percepción que tiene Vicent Peirani y sus acompañantes, cómplices absolutos, así como su forma de plasmarla, es de vértigo, de gran desenvoltura, con gusto, con mucho gusto, con partituras pero a su vez imprevisible, y mucha improvisación, para desarrollar y engrandecer cada uno de los temas.

Pasan, van y vuelven, por distintos estilos como si sólo se tratase de uno. Temas propios y de otros autores (Meldhau -como acertadamente me comentaba una amante de estas músicas, Brad, ya se ha convertido en un estándar para las jóvenes generaciones-, Monk, folk americano,…) pero todo reelaborado como algo propio.

Fueron desgranado buena parte del material de Thrill Box (2012) que Peirani grabó con Michel Benita (lo pudimos ver y disfrutar en la jornada anterior con Bonacina y Simcock) y Michael Wollny –el pianista de [em] trio-: el interesante “Choral”, el meldhauniano “Waltz for JB”, “Hypnotic” -de título totalmente preciso-, “Goodnight Irene” tema del folk americano e interpretado con la acordina, “B&H”, “Empty dream” tema que compuso, el propio acordeonista, para el último trabajo de la cantante Youn Sun Nah, el monkiano “Mean You”, “3 temps pour Michel’P” dedicado al maestro, saxofonista, clarinetista y bandoneonista, Michel Portal, más el bis, “Dancers in love” de Ellington.

Tanto el saxo soprano de Émile Parisien –invitado especial del concierto-, como el acordeón de Peirani, resultan como una extensión natural de ellos mismos, el primero, de toque, quizás, más abstracto, y el segundo, más melódico. La complementación entre ambos es perfecta. No en vano, son los dos solistas, desde hace ya un par de años, de la última aventura de otro maestro y batería del jazz europeo, Daniel Humair.

Hay que destacar la labor de Simon Tailleu al contrabajo y del pianista Tony Paeleman, quién veinticuatro horas antes todavía desconocía que habría de sustituir al titular del proyecto, y lo hizo de forma notable y con envidiable desenvoltura.

El último concierto de nuestro particular hexágono en tierras hexagonales, correspondió al proyecto “Mobile” del cuarteto, sin contrabajo, de Luis Vina. Conjuntamente con la propuesta de Das Kapital (tercer concierto del día anterior), uno de los trabajos más marcadamente angulosos, disfrutados en estas dos jornadas.

La propuesta de este cuarteto cabalga entre el jazz y el rock –nada exento de fragancias frankzappanianas, ni de sutilezas psicodélicas-, del primero desprendían las líneas más sinuosas y del segundo las más quebradas y cortantes.

Un constante deambular por la escritura, con las partituras presentes en los atriles, y la improvisación generosa y abierta. Con una clara repartición de roles entre los tres solistas, los solos más melódicos y pausados fueron a cargo del saxofonista, los más abstractos y quebrados correspondieron al trombonista, y los más etéreos y atmosféricos los hilvanó el guitarrista (también remarcable violoncelista, aunque en esta ocasión no ejerció de tal). Siempre bien propulsados por los tiempos marcados, cuando no cambiantes y de tendencia plenamente urbana del batería.