El trío sueco e.s.t., una de las bandas más influyentes de la última década, publicó hace poco su último disco Leucocyte, una serie de temas libremente improvisados en base a una jam session informal. La tragedia sobrevino tres meses antes de dicha publicación con la muerte del pianista Esbjörn Svensson en un accidente de submarinismo. El batería Magnus Öström tuvo la amabilidad de conceder una charla telefónica a Arturo Mora sobre el deceso de Esbjörn, el nuevo CD y lo que está por venir: pasado, presente y futuro.
ARTURO MORA: Antes de nada, mi más sentido pésame por el fallecimiento de Esbjörn.
MAGNUS ÖSTRÖM: Muchas gracias, gracias.
ARTURO MORA: Ya han pasado cuatro meses desde que Esbjörn nos dejó. Tú y él érais amigos íntimos de infancia. ¿Cómo estás llevando su pérdida?
MAGNUS ÖSTRÖM: La verdad es que está siendo muy duro, ¿qué puedo decir? Ya han pasado cuatro meses, pero aun así es muy poco tiempo. Pasará mucho tiempo antes de que volvamos a cierta normalidad. Es difícil.
ARTURO MORA: Todos sabemos cómo era Esbjörn como músico, pero ¿cómo era como persona?
MAGNUS ÖSTRÖM: Era una persona muy dedicada con respecto a casi todo, en mi opinión. Se comprometía mucho en todo lo que le interesaba, como en la música. Trabajaba mucho, estaba muy centrado en lo que hacía, y también era un tipo muy curioso.
ARTURO MORA: Leucocyte, la nueva grabación de e.s.t., es un disco de libre improvisación. ¿Qué parte del disco estaba previamente escrita y qué parte fue completamente improvisada?
MAGNUS ÖSTRÖM: No hay nada escrito, todo está totalmente improvisado. No hay estructuras previas ni composiciones de las que partir. Desde la primera hasta la última nota todo es improvisado.
ARTURO MORA: ¿Cómo fue el proceso? ¿Empezaba alguien con una idea, siempre era Esbjörn, teníais una pequeña charla antes de empezar cada tema o algo así?
MAGNUS ÖSTRÖM: No, la verdad es que no hablamos nada. A lo mejor yo empezaba un groove o Dan [Berglund] una línea de bajo, o Esbjörn un acorde, y entonces seguíamos desde allí. Lo cierto es que fue muy, muy abierto y totalmente libre.
ARTURO MORA: Aunque hay mucho espacio para la improvisación parece que mantener el beat fue realmente importante en este contexto.
MAGNUS ÖSTRÖM: Sí, así es, sí.
ARTURO MORA: ¿Es casualidad que todo el disco esté en cuatro por cuatro?
MAGNUS ÖSTRÖM: No lo sé, salió así. Es una pregunta difícil [risas], no lo sé, la verdad es que no he pensado en ello. A lo mejor el beat sale así de forma natural, o algo así. No sé por qué fue así. No tengo una verdadera respuesta a eso.
Cuando compones puedes prever cómo cambiar las cosas y a veces a lo mejor es más facil ir con grooves y beats diferentes, a lo mejor en siete, o en cinco, pero…
ARTURO MORA: ¿En qué piensas cuando estás tocando en este contexto?
MAGNUS ÖSTRÖM: La verdad es que no pienso en nada, las cosas no vienen del cerebro, vienen de otro sitio. Es difícil decir de dónde vienen, pero realmente uno no piensa, arranca y escucha. Te escuchas a ti mismo, por supuesto, pero también escuchas a los músicos que te rodean, es la única forma de hacerlo. Cuando improvisas de esta forma lo bueno es que tu cerebro no esté presente [risas].
ARTURO MORA: ¿Cómo se te ocurrió la idea del solo de caja al final de “Premonition – Earth”?
MAGNUS ÖSTRÖM: [risas] ¿Quieres decir lo que hice en plan ametralladora [risas]?
ARTURO MORA: Sí, ese toque roquero.
MAGNUS ÖSTRÖM: No lo sé. Por supuesto hay una reminiscencia del tema de Jimi Hendrix [titulado “Machine Gun”], creo que es [el batería] Buddy Miles el que toca en ese tema, no lo sé [sí es Miles]. Mi hermano escuchaba mucho a Jimi Hendrix, y aún lo hace, es tres años mayor que yo, así que me metí en esa música en una etapa muy temprana de mi vida. Cuando volvimos a escuchar la grabación y escuché esa parte me di cuenta de que había cogido la idea de ahí. Tocando no pensé en nada pero, sabes, cualquier cosa que toques viene de algún sitio.
ARTURO MORA: Supongo que los títulos de los temas son tuyos, como es habitual.
MAGNUS ÖSTRÖM: Sí, yo los hice, sí.
ARTURO MORA: El tema llamado “Jazz” camina con swing, ¿hay algo irónico en ese título?
MAGNUS ÖSTRÖM: No lo sé, es fácil pensar que es un título irónico, pero tiene más que ver con volver a dar un significado a esa palabra, porque ya sabes que la gente piensa mucho sobre qué es el jazz, así que ¿por qué no usar esa palabra? La gente pregunta: “¿tocáis jazz, o sois una banda de pop, o lo que sea, qué tocáis?”, y eso le da sentido a la palabra para nosotros, y por supuesto puedes encontrarlo algo irónico, pero qué voy a decir…
Si lees los títulos como un poema verás cómo conectan: “Jazz still ajar” [los cortes 4, 5 y 6 se titulan respectivamente “Jazz”, “Still” y “Ajar”, las tres palabras seguidas en castellano significarían “el jazz aún está entreabierto”], porque esa fue mi primera idea sobre este disco, que los títulos se leyeran como un poema. Mis títulos habitualmente son más largos, pero en esta ocasión quería que cada tema sólo fuera una palabra, así que esa es la conexión, puedes leerlo como “el jazz aún está abierto”: la puerta del jazz aún está entreabierta para nosotros.
ARTURO MORA: Cuando tocábais en directo solíais enlazar las canciones con partes de improvisación libre. ¿La idea de la jam session vino de ahí?
MAGNUS ÖSTRÖM: Al principio era Esbjörn tocando algo de piano entre temas para conectarlos de alguna forma, y luego nos abrimos más y más y empezamos a tocar cosas Dan y yo, y después los tres juntos y cada vez más. Este disco era algo así como tocar esas partes entre temas para mostrar esa faceta nuestra. Cuando le gente piensa en e.s.t., muchos piensan en composiciones y melodías fuertes y todo eso, pero nosotros improvisábamos mucho, así que pensamos: “quizás deberíamos hacerlo en un disco para mostrar este aspecto nuestro”. Así que durante los conciertos hacíamos lo que luego tocamos en el estudio: alguien empieza algo, o la cosa viene de algún sitio, y va evolucionando y llevándonos a otra composición. Por un lado eso es una jam session delante de público, pero no había jams previas de las que tomar material. Era totalmente libre.
ARTURO MORA: ¿Se añadió algo de material al CD tras la grabación, en la fase de mezclas?
MAGNUS ÖSTRÖM: No, lo que escuchas es lo que pasó durante esos dos días, no se añadió nada, ni canciones, ni partes improvisadas, ni pistas adicionales, nada. Lo que escuchas es lo que fue.
ARTURO MORA: Ahora que la banda ya no existe, ¿cuál es tu visión retrospectiva de e.s.t.?
MAGNUS ÖSTRÖM: Bueno, es realmente duro… Lo que recordaré sobre la banda es que alcanzamos ese punto valioso en el que encontramos nuestro propio sonido, nuestro propio sonido de grupo, y eso es algo muy grande. No todo el mundo tiene la posibilidad y el tiempo de lograrlo, porque la gente tiene que luchar y tocar en distintos grupos para sobrevivir. Tuvimos la suerte de disponer del tiempo necesario para trabajar juntos como un grupo durante tanto tiempo.
No sé, es muy duro. Aún sigo en ella de algún modo. No he escuchado mucho la música tras lo que pasó, pero cuando escucho un tema lo puedo percibir desde fuera, más como oyente, y como ya he dicho, puedo escuchar de verdad que esto es e.s.t., y que realmente suena como ninguna otra cosa. De eso es de lo que estoy realmente contento.
ARTURO MORA: ¿Estás especialmente contento con alguna época concreta en la carrera de la banda, algún disco, alguna actuación?
MAGNUS ÖSTRÖM: Uf, hicimos tantas cosas fantásticas juntos, tantos conciertos grandes… Más o menos cada concierto era enorme de algún modo, porque había algo potente en el trío, cada concierto era importante, y cuando estábamos en el escenario realmente estábamos ahí, muy centrados y concentrados. Había algo realmente importante para nosotros, no subíamos al escenario y decíamos: “hoy deberíamos relajarnos, porque mañana tenemos un concierto muy importante”. Eso nunca nos sirvió , dimos el cien por cien en cada concierto.
¿Qué puedo decir? Por supuesto siempre es muy especial tocar en sitios nuevos en países nuevos. A lo largo de los años, por supuesto, se dieron distintos pasos, y esos pasos fueron muy importantes. El primer concierto en Estocolmo en 1992 o 1993 fue tan importante como el último en Moscú. Una de las cosas buenas del trío es que todavía éramos tres tíos intentando hacer música [risas], como si aún siguiéramos en el sótano como cuando éramos niños, aún mirando hacia delante, aún curiosos. Fue algo muy grande poder estar ahí.
ARTURO MORA: ¿Eres consciente de cómo e.s.t. ha influido a otras bandas?
MAGNUS ÖSTRÖM: La verdad es que no, mucha gente me ha dicho bastantes cosas sobre tríos u otras bandas que se supone que nos han escuchado. Lo he escuchado de gente en países distintos, y también gente diciendo: “Realmente influisteis en mi grupo”, pero realmente no te puedo decir que haya oído de primera mano a una banda que yo note que nos ha escuchado. Especialmente tras lo que pasó hemos recibido comentarios y condolencias de todas partes del mundo, y entonces fue cuando me dí cuenta de lo grande que era, porque cuando estás en medio de todo ello, y viajando de concierto en concierto, por supuesto escuchas comentarios buenos del público, sabes que a la gente le gusta lo que haces, pero tras lo que pasó realmente puedes ver el impacto que tuvo en la gente. Estoy totalmente alucinado, es increíble. Tiene un significado, de algún modo, el poder haber llegado a la gente y quizás haber mejorado sus vidas o lo que sea, pero si les ayudó durante sus vidas entonces es como que tuvo sentido, incluso después de lo que pasó. Y espero que la gente siga escuchando la música.
ARTURO MORA: Una pregunta difícil que debo hacerte: ¿qué pasará ahora con Dan y contigo?
MAGNUS ÖSTRÖM: Acaban de pasar cuatro meses. Cuando estás en un estado como este el tiempo vuela, para mí parece que sólo ha pasado algo así como un mes. Es una sensación dura. Realmente estoy intentando adaptarme a mi nueva vida, al igual que Dan. Hemos hecho esto con el trío durante quince años, hemos viajado por el mundo durante diez años de forma muy intensa. Tan sólo intento adivinar cómo vivir nuestras nuevas vidas. También es duro para nosotros decidir a dónde ir musicalmente, tardaremos mucho en encontrar un significado. “¿Por qué?”, esa es la pregunta más dura. Porque cuando has llegado tan lejos como podías con la banda, puedes decir: “Realmente no tenemos nada más que demostrar”, o algo así. Es realmente encontrar ese “qué debo hacer y por qué debo hacerlo”, porque ya lo hicimos, hicimos algo grande con el trío. Ya veremos, ya veremos qué pasa.
Texto: © 2008 Arturo Mora Rioja
Fotografías: © 2008 Sergio Cabanillas
1 comentario