Oscar Peterson: Mi vida en el jazz. Memorias (Libros del Kultrum; 2025): Una odisea musical entre la perfección, la lucha y el swing eterno. Por Pachi Tapiz [Libro de jazz]

Con motivo del centenario del nacimiento de Oscar Peterson, Libros del Kultrum publica por primera vez en castellano Oscar Peterson -Mi vida en el jazz- Memorias 1. En esta obra, el legendario pianista canadiense ofrece una autobiografía que es mucho más que la historia de su vida. Siguiendo un relato en el que no tiene ningún reparo en detenerse y realizar las pertinentes digresiones para reflexionar o incidir en distintas cuestiones o compañeros musicales, realiza una declaración de principios, una crónica de resistencia cultural y una meditación sobre el arte del jazz. Peterson construye un testimonio sincero, profundo y a menudo conmovedor, que revela tanto su evolución musical como su dimensión humana.

Dividido en cuatro partes que incluyen siete bloques, esta obra es una de las biografías más sobresalientes de la historia del jazz, pues no son únicamente las vivencias de un gigante del jazz que lo vivió en todo su esplendor en compañía de algunos de los más grandes músicos de este género, sino que no tiene ningún problema en abordar cuestiones espinosas.

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I. El origen: Montreal, familia y disciplina

Peterson nace en Montreal en 1925, en una familia de origen caribeño. Su padre, Daniel Peterson, es un personaje central en su formación:

“Ya había decidido que iba a criar una familia musical”.

Desde niño, Oscar es obligado a practicar piano, aunque su interés inicial se inclina más por los juegos callejeros que por el teclado. Sin embargo, la disciplina impuesta por su padre y el apoyo de su hermana Daisy lo encaminan hacia una carrera musical precoz. La figura de Daisy es crucial: no solo lo acompaña en sus estudios, sino que lo inscribe en el Conservatorio de Montreal sin consultarle. Peterson recuerda con humor y admiración su tenacidad:

“Ella me dio lo único que ha sostenido mi carrera: la dedicación”.

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II. Racismo, comunidad y conciencia

Uno de los aspectos más poderosos del libro es la reflexión sobre el racismo, tanto externo como interno. Peterson denuncia la existencia de un sistema de castas dentro de la comunidad negra de Montreal, donde el tono de piel influía en las oportunidades sociales:

“Sustituye la palabra ‘claro’ por ‘blanco’ y tendrás una aproximación de lo que percibí en nuestra comunidad”.

Su participación en la UNIA (Universal Negro Improvement Association) y su encuentro con Marcus Garvey marcan un despertar político:

“Este hombre traía consigo una promesa mágica de días mejores para todos los negros que tuvieran la devoción y el deseo de superarse”.

Estas experiencias forjan en Peterson una conciencia racial que lo acompañará toda su vida, especialmente en su relación con Norman Granz.

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III. Influencias musicales: Teddy Wilson, Art Tatum y el piano como universo

Peterson reconoce dos influencias fundamentales: Teddy Wilson y Art Tatum. De Wilson aprende la elegancia, el fraseo y la claridad:

“Cuando tocaba, podía sentir su amor por el instrumento fluyendo por cada frase y cada pasaje”.

De Tatum, la desmesura técnica y la audacia armónica. Su primer encuentro con Tatum lo deja paralizado:

“Me hundí en un marasmo de abatimiento y no me acerqué al piano durante un mes”.

Sin embargo, lejos de rendirse, Peterson transforma esa admiración en motivación. Desarrolla una técnica propia, basada en la independencia de manos, la anticipación melódica y la articulación precisa:

“Me prometí dedicar todas las horas posibles a alcanzar esa realización”.

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IV. El trío: arquitectura sonora y revolución estética

La formación del primer trío en 1947 marca un punto de inflexión. En el Alberta Lounge de Montreal, Peterson, Austin Roberts (bajo) y Benny Johnson (guitarra) crean una sonoridad única, sin batería, basada en el contrapunto y la interacción:

“Los arreglos adquirieron una forma y un carácter distintos… mayor fluidez”.

Este formato será la base de sus futuros tríos con Ray Brown, Barney Kessel, Herb Ellis y Joe Pass. La ausencia de batería no resta swing, sino que lo intensifica:

“Adquirimos un ‘estatus subterráneo’ en Estados Unidos”, gracias a las visitas de figuras como Dizzy Gillespie, Count Basie y Coleman Hawkins.

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V. Norman Granz: mentor, amigo y activista

La aparición de Norman Granz en la vida de Peterson es decisiva. Granz lo escucha por primera vez en la radio y lo invita a tocar en el Carnegie Hall en 1949. A partir de entonces, se convierte en su manager, productor y amigo. Granz es descrito como

“una persona muy tranquila, de voz suave y casi tímida”, pero también como un defensor incansable de los derechos civiles.

Peterson destaca su lucha contra la segregación:

“Organizaba conciertos integrados, defendía a los artistas, luchaba contra el racismo”.

La relación entre ambos trasciende lo profesional: es una alianza ética y estética.

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VI. Colaboraciones: Holiday, Fitzgerald, Young y los reyes del jazz

El libro está lleno de retratos de músicos legendarios. La descripción de Billie Holiday es conmovedora:

“Era una genio trágica… sus sesiones de grabación me dejaban emocionalmente agotado”.

Con Ella Fitzgerald, la relación es más luminosa:

“Fue la música más completa con la que trabajé”.

También hay espacio para los trompetistas (Roy Eldridge, Harry Edison, Clark Terry), los saxofonistas (Stan Getz, Zoot Sims), los bateristas (Buddy Rich, Ed Thigpen) y los pianistas (Bud Powell, Erroll Garner, Hank Jones). Cada encuentro es una lección de música y humanidad.

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VII. Técnica, improvisación y perfección

Peterson aborda con detalle su enfoque técnico. Habla de la importancia de la digitación, el control del pedal, la articulación y la dinámica. La improvisación es descrita como

“vuelo Mach 10”: velocidad, precisión y riesgo .

Su preparación para el piano solo, especialmente después de un fracaso en Beirut, lo lleva a redefinir su estilo:

“Refiné el uso del pedal y el fraseo de la mano izquierda para lograr una plenitud orquestal”.

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VIII. Reconocimientos y legado

Peterson recibe numerosos premios:

• Orden de Canadá (1972)
• Glenn Gould Prize (1993)
• Praemium Imperiale (1999)
• UNESCO International Music Prize
• Royal Wedding Album (1981)

Compone obras inspiradas en su familia, como Night Child, dedicada a su hijo Joel. Tras un derrame cerebral en 1992, forma el NATO Quartet y se retira a Barbados, donde compone y reflexiona.

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IX. Política cultural y traición al jazz

Uno de los capítulos más duros es el dedicado a la política cultural. Peterson denuncia la marginación del jazz por parte de los medios, la academia y la industria:

“El jazz ha sido traicionado por los medios, la educación y la industria musical”.

Su crítica es feroz pero justa: exige respeto, educación y reconocimiento para el jazz como arte mayor.

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X. Epílogo: la odisea de Oscar

Oscar Peterson -Mi vida en el jazz- Memorias es más que una autobiografía: es una meditación sobre el arte, la identidad y la lucha. Peterson se muestra como un artista obsesionado con la perfección, pero también como un hombre generoso, reflexivo y profundamente humano.

Su legado es inmenso: técnica prodigiosa, sensibilidad lírica, swing arrollador, compromiso ético. Como él mismo escribe:

“El jazz es expresión emocional y espiritual; la improvisación revela el yo interior” .

© Pachi Tapiz, 2025

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Oscar Peterson -Mi vida en el jazz- Memorias
Oscar Peterson
Traducción por Antonio Padilla
Publicado en agosto de 2025
Libros del Kultrum. Sinónimo de Lucro, S.L.
ISBN: 978-84-18404-69-6

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Notas

1 El título original fue A Jazz Odyssey: The Life of Oscar Peterson, y fue publicado en 2002 por Continuum

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