Hace ya muchos años, cuando en mi discman sonaba una y otra vez el Unplugged de Nirvana (uno de los mejores directos de la historia del rock), tuve la suerte de conocer a alguien, gran aficionado al jazz, que ante mi total desconocimiento sobre la materia, puso en mis manos el Kind of Blue de Miles Davis y sin darme muchas explicaciones más, me dijo eso de “ya me dirás qué te parece”.
Yo, que nunca había escuchado más jazz que el que sonaba de fondo en algunos garitos, sentí que acababa de abrir una de esas puertas que, una vez que cruzas su umbral, ya no hay vuelta atrás. Quería saberlo todo. Y por supuesto, saber quién era ese tal “John Coltrane” que aparecía en los créditos.
Sin un plan previo y porque en ese momento el disco estaba de oferta, el segundo LP que se incorporó a mi colección de jazz fue A Love Supreme. Imaginaros mi sorpresa al escuchar por primera vez esos cuatro temas: “Ackkowledgement”, “Resolution”, “Pursuance”, “Psalm”. Y empleo el término “sorpresa” y no otro, porque no podía comprender cómo era posible componer algo así, algo tan maravilloso.
Por supuesto, no soy el único. De A Love Supreme se ha escrito tanto y ha tenido tanta influencia en todo lo que vino después, que aún hoy en día, hay artistas que siguen revisitándolo, versionándolo, creciendo al ritmo de esos versos que elevan. Es así como hace unos meses se publica A Love Supreme Electric. A salvo inspired by John Coltrane. A Love Supreme & Meditations.
Un proyectazo que, con Vinny Golia al saxo, John Hanrahan a la percursión, Henry Kaiser a la guitarra, Wayne Peet al órgano y Mike Watt al bajo, homenajea dos de las obras más importantes y “espirituales” del genio: la propia A Love Supreme y Meditations.
Explica John Hanrahan en el libreto que acompaña el disco, que fue a raíz de leer el libro de Ashley Khan, A Love Supreme: The Story of John Coltrane Signature Album (una recomendación que según asegura le dio el propio Elvin Jones) cuando se dio cuenta que no había escuchado el disco de Coltrane con la atención necesaria, que había muchas lecturas que se le habían escapado hasta ese momento y en definitiva, que experimentó toda una revelación.
Años más tarde y tras versionar el disco de Coltrane en un bolo junto a su banda, sintió que había llegado el momento: quería plasmar todas esas nuevas ideas en un disco. Al poco de poner en marcha los primeros pasos de su idea, entra en contacto con Henry Kaiser, guitarrista que no solo se muestra entusiasmado con el proyecto, sino que además le anima a ir un poco más allá: si iban a “hablar” sobre A love Supreme, parecería lógico hacerlo también sobre Meditations. Al fin y al cabo, podía entenderse el segundo, como una secuela del primero. Dicho y hecho.
Como cuenta Kaiser, al meterse en el estudio para comenzar a grabar “hicimos un análisis detallado de las dos suites de Coltrane y decidí aplicar las formas de pensamiento y análisis que había aprendido para decodificar la música eléctrica de las bandas de Miles. Me sorprendió observar que había muchas características bajo la superficie que tenían en común las Meditations Coltrane y las formas en que funcionaba la música eléctrica de Miles. Sistemas dependientes internos que ocurrían simultáneamente, diminutas semillas que crecían en gigantescos tallos de música que crecían en el cielo, y una visión más allá de lo que el jazz había sido antes”.
El resultado es un álbum denso, lleno de texturas sugerentes, tan profundo que casi se puede morder la electricidad que lleva dentro. Hablamos en este sentido de un trabajo que concibe los dos álbumes de Coltrane como uno solo, una suite única en la que los temas que forman parte de Meditations son la consecuencia natural de los de A Love Supreme. Para conseguirlo, el grupo deconstruye y llena de free jazz “Ackkowledgement”, “Resolution”, “Pursuance”, y “Psalm”, de modo que la transición entre ambos discos desaparece.
Y, por si fuera poco, también hay espacio para la sorpresa. En las “Meditations” se incluye un “Joy” que aunque estaba presente en la primera grabación de Coltrane (con el cuarteto original), acabó siendo eliminada cuando el disco se lanzó bajo una formación de sexteto. Finalmente, encontramos dos takes alternativas de “The Father and the Son and the Holy Ghost” y “Acknowledgement”
En definitiva, A Love Supreme Electric recoge el espíritu de Coltrane y lo lleva a dimensiones nuevas, convirtiéndolo en un trabajo tremendamente actual y probablemente, el mejor tributo que se ha rendido a uno de los grandes músicos de todos los tiempos. No se lo pierdan.
Texto: © Rudy de Juana, 2021. http://www.caravanjazz.es/
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