© 2010, Sergio Cabanillas

Abe Rábade. Entrevista por Sergio Cabanillas, Enrique Farelo y Carlos Lara.

Emisión 15º Aniversario de “Universos Paralelos” en Onda Verde, 107.9 FM, jueves 18 de Noviembre de 2010, 17’00h.

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SERGIO CABANILLAS: Zigurat suena como si fuera una continuación natural de Playing On Light, y tengo la sensación de que varios temas nuevos enlazan con los anteriores. ¿Qué opinas?

ABE RÁBADE: Eres la primera persona a la que oigo hacer esa observación, y me parece muy acertada porque, de algún modo, siempre habla mucho de la evolución, y no se tiene tanto en cuenta filones que uno abre en discos anteriores que luego recupera y de forma natural acaban estando en las grabaciones. Yo sí lo veo como una continuidad. Hacía tres o cuatro años que lo escuchaba el disco anterior, y la semana pasada lo puse en casa, y es cierto, sin haberlo hecho a propósito, encontraba elementos estilísticos comunes.

SERGIO CABANILLAS: Es cierto, si los escuchas seguidos, el paso de uno a otro es muy natural.

ABE RÁBADE: Me pasa otra cosa con discos a trío, incluso de los primeros, Babel De Sons y Simetrías. Años después los escucho, y encuentro en ellos cosas que veo en este disco nuevo, elementos que uno nunca quiere dejar de lado en su estilo y que, supongo, seguiré utilizando en el futuro. Hay algunas cosas que me dejan volado, diciendo: “ay, dios, yo ya no toco así, menos mal…” [risas], pero, por el contrario, hay otras que me hacen pensar: “mira qué interesante esto que has dejado de hacer”, elementos que en aquella temporada estaba explorando de tipo rítmico o armónico, o porque estaba escuchando mucho a McCoy Tyner, a Herbie Hancock o a cualquiera de los otros, y, de algún modo, esa conversación contigo mismo hace que retomes cosas que habías dejado por el camino y que no está mal recuperar de vez en cuando.

Abe Rábade Zigurat. Nuba Records. Distribuido por Karonte. 2010
Abe Rábade Zigurat. Nuba Records. Distribuido por Karonte. 2010

ENRIQUE FARELO: Me llama muy poderosamente la atención el título del disco. ¿Qué tiene que ver zigurat con un disco de jazz?

ABE RÁBADE: Es una metáfora. La idea de aportar en el título del disco algo que llame la atención hace, como primer paso, que la gente se lo pregunte, y eso es interesante y atípico, como bien dices. ¿Qué tiene que ver con el mundo del jazz? Para mí y para mi forma de concebir la música, mucho. Los zigurat se construían en Babilonia, y el más famoso es el de Ur. Se concebían para separar de la tierra un templo. Este templo era lo menos importante en sus dimensiones, lo importante era el camino, el proceso, lo que separa una cosa de la otra. Para mí, lo importante es el proceso, es el camino, y encuentro en ese título una metáfora de lo que yo creo que artísticamente debe ser una trayectoria. Es un camino, un proceso en el que te vas encontrando en ocasiones trabas, en ocasiones situaciones más fáciles, filones artísticos en lo personal de la gente con la que puedes compartir un proyecto, un escenario, hay cambios, transformaciones, pero, en el fondo, lo importante es el proceso, el camino, y de ahí el título. Hay otra razón más, y es que el tema que lleva el título de “Zigurat” está construido con progresiones armónicas ascendentes que me evocan visualmente una construcción de ese tipo, que es una pirámide escalonada.

ENRIQUE FARELO: ¿Y esto no tiene nada que ver con ninguna idea religiosa?

ABE RÁBADE: Para nada, no.

ENRIQUE FARELO: Me refería al sentido religioso, sin definir ninguna religión concreta.

ABE RÁBADE: Si te refieres a la espiritualidad, sí que me considero una persona tremendamente espiritual, y en parte el título del disco va con eso, tiene una componente “mística”.

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ENRIQUE FARELO: Volviendo a lo que decías, parece que es más importante la construcción que lo construido, es decir, el proceso de la elaboración del disco que el disco en sí.

ABE RÁBADE: Ésa es la paradoja. Si habéis leído las notas del disco…

ENRIQUE FARELO: …efectivamente, de ahí he sacado esa idea de la espiritualidad… “ese viaje iniciático”.

ABE RÁBADE: Es la paradoja de Nietzsche. Las notas del disco empiezan con: “Amamos más el deseo que lo deseado”. Es una paradoja, ¿qué amas, el deseo o lo deseado?. Es paradójico, realmente no hay contestación. ¿Qué es más importante, el proceso que te lleva a hacer un disco, o el disco en sí mismo como una meta? Yo, la respuesta no la tengo, pero lanzar la pregunta al aire me parece lo suficientemente interesante porque nos hace tomar conciencia de que a veces desdeñamos los procesos y nos centramos en los fines, y a lo mejor eso no debería ser así.

ENRIQUE FARELO: ¿Podemos considerar cada uno de tus discos como una instantánea, una fotografía… una estación en este viaje iniciático a lo largo de tu carrera?

ABE RÁBADE: No creo que sea yo quien debe contestar, pero me parece una buena forma de verlo. Me gustaría que, de algún modo, fuera así, si interesa el camino, la trayectoria cortada en forma de discos que capturan lo que en ese momento hay, yo lo vería así.

CARLOS LARA: He visto en el disco bastantes detalles introspectivos, mucho lirismo. ¿Obedece también esto a ese proceso emocional que vives?

ABE RÁBADE: Con respecto a discos anteriores, especialmente a los primeros discos a trío, sí que hay una relajación de los tempos. Tal vez “Xiquet” sea el tema más visceral que tiene el disco, y casi diría que el único que va en esa línea, porque el resto del disco es mucho más introspectivo, con su carga, con su nivel dinámico fuerte cuando lo necesita. Tampoco quiero decir con esto que sea un disco “suave” a nivel dinámico, pero sí es cierto que no tiene esa visceralidad que había en mayor número de temas en otros discos.

© 2010, Sergio Cabanillas
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CARLOS LARA: También he visto influencias de Bill Evans o Keith Jarrett que imagino que, en ese proceso, también te han marcado mucho.

ABE RÁBADE: Evidentemente. Además son influencias completamente buscadas, y me apetece muchísimo que se note, porque hay que robarle a los buenos, y ellos lo son. Habitualmente la gente escapa de reconocer influencias y yo hago lo contrario. Yo quiero venerar a la gente que lo merece dentro de la tradición del piano de jazz, como McCoy Tyner, del que hablamos antes, a Bill Evans –quién no querría hacer un homenaje al poeta del piano de jazz-, a Keith Jarrett y a Herbie Hancock, de quien también hay una influencia clara. Me siento muy identificado a nivel personal con este disco. Uno podría pensar que esto sucede en todos los discos, pero yo no lo tengo tan claro. Hay algunos discos míos que son propuestas más experimentales, o algunas más forjadas por otras circunstancias que no son tan personales. Este disco lleva los temas que a mí me apetecía realmente que estuvieran, sin tener la sensación de haber forzado nada, quererme parecer a tal propuesta o a tal otra ni pensar en exigencias del mercado. He dejado todo eso de lado y he intentado centrarme en lo que me dicta mi creatividad que debe ser hecho, y espero haberlo conseguido.

CARLOS LARA: He leído en alguna parte una definición que me ha gustado mucho de “improvisación inteligente” en tu manera de interpretar.

ABE RÁBADE: Tampoco soy quien pueda contestar a eso. Lo que sí puedo deciros es que intento apostar por aquello en lo que creo, y diría que en este disco más que en ningún otro. Eso tampoco es contrario a abrir completamente los brazos a recibir influencias de la gente que son los maestros de esta música.

ENRIQUE FARELO: De todo esto que hemos hablado se desprende que antes de construir este edificio ha habido una autocrítica por vuestra parte a la hora de concebirlo, ¿es esto cierto?

ABE RÁBADE: Sí, no es una falsa impresión. No es tanto una autocrítica como un mimo detallado de los tiempos, no entendidos como la grabación del 27, 28 y 29 [de Diciembre de 2009]. Eso no es grabar un disco, es el proceso. Puede ser autocrítica entendida como asimilar la reacción que te produce probar los temas en los conciertos y pensar si es válido para el repertorio o no, es decir, conformar el programa, tener claro a  nivel conceptual antes de entrar al estudio cuál es el movimiento emocional que producen estos temas seguidos. Ahí hay que ser muy autocrítico, porque hay ciertos temas que pensabas que podían funcionar y no es así, y también a la inversa, pruebas algo por lo que no dabas un duro, lo añades al programa de un concierto una noche para completar un pase y resulta que es el tema que mejor funciona. Es un ejercicio en el que tienes que ser totalmente sincero y llegar al estudio con las ideas muy claras sobre lo que sabes que quieres grabar con la gente –con el capital humano, por así decirlo-, con la creatividad de la gente con la que tienes el placer de compartir ese grupo, y de ese ejercicio de sinceridad y autocrítica sale la mejor selección  que puedes hacer. Después, estará acertada o no, porque eso no depende de uno. Ojalá sea así, pero yo no puedo saberlo, y afortunadamente dependemos del criterio artístico que tenga el oyente. Esto es un círculo que solamente se completa con el otro semicírculo del oyente, y es muy bueno que sea así.

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SERGIO CABANILLAS: Ahora que me doy cuenta, parece una práctica muy inteligente. Recuerdo que uno o dos días antes de grabar tocásteis en Madrid, en el Centro Cultural Nicolás Salmerón…

ABE RÁBADE: …y creo que si no hubiéramos hecho ese concierto, el zigurat no hubiera tenido muchas cosas que tiene.

SERGIO CABANILLAS: Claro. De esa forma, además de ver cómo funciona el trío, contrastas el repertorio con la audiencia para comprobar las emociones que el público te devuelve, lo cual convierte ese repertorio casi en una apuesta segura, porque sabes lo que ha funcionado con el público y con qué se siente a gusto la banda.

ABE RÁBADE: Sí, y también os tengo que decir que es algo que yo empiezo a tener claro después de varios discos. Tengo claro que es como quiero trabajar en el futuro. No lo tuve tan claro en discos anteriores, os lo confieso abiertamente, porque tiendes a forzar más las cosas o a obcecarte en que algo va a funcionar porque sí, y niegas la oportunidad de que las cosas fluyan más a donde quieren ir. Y ahora que empiezo a plantearme cómo será el material para del siguiente disco, que también será a trío, lo tengo claro: no forzar nada. Proponer, dejar que se proponga, y que se cueza a  fuego lento. Cuando la cosa esté madura, entramos al estudio y lo grabamos. Es una estrategia que me ha costado años encontrar. No digo con esto que no haya otras posibles formas de hacerlo, pero a mí ésta es la que más me funciona y hace que sienta una identificación con el material que es cierta, y que con otros trabajos no tengo.

SERGIO CABANILLAS: De todos modos, para desarrollar este método de trabajo hay que tener suficientes directos para probar el repertorio con el público, y eso puede ser un obstáculo. ¿Ha funcionado bien el trío en directo?

ABE RÁBADE: Sí, en eso estamos. Claro que estamos hablando de la esfera ideal que luego ha de tener su correspondencia con el mundo real, y el mundo real ahora mismo está muy difícil para cualquier propuesta, estés empezando, estés elaborando o estés consagrado, da exactamente igual, las cosas están como están. Hay que tener claro que en lo que puedas aprovechar las oportunidades que tú tengas en directo, sean muchas, pocas o normales, tomando cada concierto como una oportunidad. Es una pena, porque con pocos directos tienes menos continuidad, y vas a tener menos opciones y menos rodaje. En el caso de mi trío, mi batería [Bruno Pedroso] vive en Lisboa, mi contrabajista [Pablo Martín Caminero] en Madrid y yo en Santiago de Compostela. Es un triángulo curioso, y nos lo tomamos de esta forma. Hace 15 días tocamos en Ciudad Real, en el UniversiJazz, el día 1 de diciembre en Bilbao. Es como un trabajo itinerante, y las decisiones en el grupo se toman antes, durante y después de los conciertos, y en ese sentido es un ejercicio de sinceridad de los tres. Afortunadamente cuento con dos personas que se han implicado personal y artísticamente en el proyecto de una forma que no se puede pagar, es de las cosas que más valoro. No se limitan a tocar notas, hay una intención clara de involucrarse emocionalmente en el proyecto, y al final es lo que uno desea y por eso estoy muy orgulloso de poder presentar un disco que además de notas contiene esa “otra cosa” que esperemos que, de algún modo, se transmita a la gente que lo escuche.

© 2010, Sergio Cabanillas
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ENRIQUE FARELO: Como creador, ¿te produce algún tipo de ansiedad intelectual no ser lo mediático que requieren los tiempos?

ABE RÁBADE: Sí, pero esa ansiedad me la produce la situación general que trasciende lo meramente artístico, es decir, la situación económica, la situación política… podríamos hablar largo y tendido. El jazz tiene muchas caras diferentes: está la cara discográfica, la de la distribución, la de la divulgación –la tarea que lleváis a cabo en este programa-, la de quien pone las notas… es todo un engranaje. En ocasiones valoramos, por encima de las ventas y lo cuantificable, el espíritu que esto tiene, la magia que posee la música. De algún modo, los músicos también hacemos eso cuando tocamos en condiciones que no son las más adecuadas, es decir, no lo haces por el dinero exclusivamente. Eso es valorar una manifestación artística por encima de su valor económico. Si eso predominase más en la sociedad, yo creo que este mercado sería más sustentable, lo que ocurre es que lo que prima es lo que tú dices: lo mediático, lo que lleva bombo… la mediocridad. De hecho, interesa que eso predomine, que la gente no lea, que no cultive su oído, que vea a Belén Esteban en Tele 5 todo el día… eso es lo que interesa. Es triste saber eso, pero conmigo podéis contar para la resistencia, porque es de lo que se trata, y más en este momento en el que se dan las circunstancias más claras para que haya una revuelta a todos los niveles, y parece que la sociedad está más dormida que nunca.

ENRIQUE FARELO: ¿Está dormida o se la duerme?

ABE RÁBADE: Las dos cosas. Precisamente por eso es el mejor momento para poner énfasis en este tipo de cosas, en la gente sea capaz de tener espíritu crítico por sí misma, y si se puede ayudar haciendo un disco de jazz… ¡qué maravilla!. Otro pondrá su granito de arena a través de un micro en una emisora y otros de cien formas, pero tenemos que hacerlo entre todos.

ENRIQUE FARELO: En los años 70 y aún en los 80, la gente accedía a la música por pura afición, y era algo premiado y reconocido que alguien supiera de música. Todo eso se ha perdido, y hoy día es justo lo contrario, y parece que quien sigue este tipo de propuestas está un poco chiflado. No entiendo muy bien esta situación, y creo que es consecuencia de la actuación de los medios poderosos. ¿Cuál es tu opinión como músico?

ABE RÁBADE: Sí, quizás es algo que se valore menos en la sociedad de ahora que en la época de la que hablas. Quizás había más amor por lo pequeño, como ese eslogan hippy de los 60, “small is beautiful”. A mí me asusta un poco en qué se está convirtiendo todo esto, y en el mundo de la música y del jazz en particular, también se puede vivir. A veces es costoso seguir teniendo ganas e ilusión cuando hay cosas que, de forma objetiva, se cortan, se cortan y se cortan… y hablo de presupuestos y de condiciones laborales, porque nosotros somos trabajadores a la par que artistas, trabajadores de la música, y a veces es difícil mantener la ilusión por algo que ves que nos afecta a todos, a cada uno en nuestro puesto de trabajo y como ciudadanos en general. No lo sé, pero creo que a veces es cuestión de seguir luchando, porque en el fondo todas las personas tienen su corazón, todos somos emocionales, y al final algo nos hace llorar, reír o emocionarnos de cualquier forma. Si la gente se cultiva, de algún modo van a educar su inteligencia emocional. Se están perdiendo un filón en la vida que para mí es el más interesante.

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ENRIQUE FARELO: Antes, en España había muchos menos músicos relevantes y muchos más aficionados a la música. Es curioso que se haya invertido la situación.

ABE RÁBADE: Es muy inteligente lo que estás diciendo, nunca lo había visto así. Yo creo que en gran medida también es una cuestión de respeto. De respeto hacia las cosas que realmente tienen valor. Yo creo que es cuestión de que la gente que tenemos estas cosas claras, como el valor que tiene un buen disco, persistamos. ¿Cómo sería el mundo si no existiera Kind of Blue de Miles Davis, por ejemplo? A nivel material no pasaría nada… pero a mí me habrían quitado media Música, y a vosotros igual. ¿En qué tasamos el valor?¿En lo cuantificable… o en qué?

ENRIQUE FARELO: En lo pequeño, como decías.

ABE RÁBADE: Sí, en lo pequeño [risas].

CARLOS LARA: Volviendo de la filosofía al disco, quisiera centrarme en su sonido y producción. ¿Cómo habéis trabajado este aspecto?

ABE RÁBADE: El sonido es una de las cosas que más he querido mimar. Este es el primer disco que hago situando los tres músicos en la misma sala, y prácticamente sin ediciones. Grabé el disco sin cascos, escuchando las notas de Pablo a mi lado. Es maravilloso hacer eso. El resto de los procesos fueron realmente para realzar ese sonido que ya estaba ahí a nivel acústico, y quise hacer la mezcla en analógico. Se hizo una premezcla digital, simplemente para escoger las tomas, colocar en su pista cada cosa y ver si podíamos eliminar algo de ruido del contrabajo que entraba en el piano. Los procesos fueron todos para sumar, ninguno para restar o modificar timbres, y está pasado por un equipo analógico para que los graves del contrabajo tuviesen esa fuerza y el bombo esa saturación que suena tan natural en los trabajos analógicos. Después llegó el proceso de masterización en Barcelona con mi amigo Álvaro Balañá de Impact Mastering Labs, con quien estudié en Boston. Tengo la suerte, al cabo de los años, de encontrar las personas con las que me entiendo también a ese nivel. Esto, en un disco de jazz, supone una inversión extra, y yo tengo la suerte de que Fernando Rosado se implica y respeta esa apuesta, porque la inversión es mayor, y me alegra que la gente lo note.

CARLOS LARA: Claro que se nota, y mucho.

ABE RÁBADE: De nuevo volvemos a lo pequeño. Es un disco de jazz, y se da por supuesto que hay pocos recursos, se piensa en grabar la toma y poco más. Yo quiero apostar por lo contrario, por el detalle, porque cuando la gente está en el salón de su casa, en el coche, o donde escuche la música, encuentra ese punto de intimidad que hay con un disco, y quiere que ese momento de intimidad tenga la mayor calidad posible y, ¿por qué no vas a dar eso si se puede hacer? Eso es algo que yo valoro.

© 2010, Sergio Cabanillas
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SERGIO CABANILLAS: Además de lo mencionado, el plazo de publicación ha sido de los más breves que yo recuerde.

ABE RÁBADE: Sí lo ha sido. Para mí es muy importante tener confianza con el equipo en cada uno de los niveles, en este caso con la discográfica. Ya son varios discos, y es bueno ir acortando los pasos, incluso los temporales, poder hacerlo cada vez más rápido, y esto, efectivamente, es muy valorable por las circunstancias en las que estamos, porque para una discográfica independiente es difícil seguir apostando por algo que hasta ahora a lo mejor no se cuestionaba, pero a partir de ahora nos cuestionamos todos. En ese sentido, hay que ser agradecido y seguir intentando apostar por esto que yo creo que vale la pena, y seguirá valiendo la pena por muchos años.

SERGIO CABANILLAS: ¿Cómo has visto la evolución de Pablo Martín Caminero en el trío desde que sustituyera a Paco Charlín?

ABE RÁBADE: Es un contrabajista de un corte muy diferente al de Paco. Paco es una máquina del groove, de hacer sonar energética cualquier línea que emprenda…

SERGIO CABANILLAS: Tiene una tremenda pegada.

ABE RÁBADE: Es tremendo, sí. Le envidian todos los contrabajistas de la península porque es único. De todas formas, mi música en los últimos años no va por esos derroteros, y el tacto y el tipo de enfoque estético no es tan agresivo –entre comillas-, no tiene un aspecto tan tremendamente rítmico en lo marcado y en lo constante. Ya fue así, y tengo discos en los que eso predomina. Mi apuesta es más melódica, y por melódico no quiero decir ñoño, lo que quiero decir es que, de repente, puede ser una melodía angular, o una melodía difícil, pero sí prima lo melódico y lo solista, y Pablo Martín es un contrabajista solista. Para mí es una alegría a veces no querer hacer solos y querer acompañar a alguien que tiene un lenguaje melódico alucinante, como es su caso. Además es alguien que viene de un territorio que abarca la música clásica por un lado y el flamenco por otro –en los últimos años ha tocado con Gerardo Núñez, en Cruce De Caminos con Perico [Sambeat], con Chano [Domínguez]-, durante años, para él es un lenguaje natural, y sus incorporaciones de ese lenguaje son sutiles en un disco como este, pero es fantástico que introduzca ese mundo. En este momento -y espero que por años-, no lo cambiaría por nadie, porque he encontrado un equilibrio que en tríos anteriores no tenía. Incluso en un disco como Playing On Light, siendo sincero con vosotros, creo que está menos equilibrado que en este disco. Estábamos Paco Charlín, Bruno Pedroso y yo al piano, y en aquel momento el trío acababa de salir de una formación consolidada de cinco años con Ramón Ángel y con Paco, donde había un triángulo más o menos estable. Era un trío de transición, igual que la sección rítmica de Open Doors, y yo creo que ha encontrado una estabilidad con la aportación de Pablo y con Bruno a la batería que espero que dure muchos años porque, desde luego, hay filón creativo para dar y tomar en estos momentos, y esa sensación no la tengo desde aquel primer trío estable que tuve esos cinco años con Charlín y Ramón. De modo que a Pablo no lo cambio por nadie ahora [risas].

© 2010, Sergio Cabanillas
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SERGIO CABANILLAS: Ya nos anticipaste la incorporación del tema de Federico Mompou a tu repertorio. En esa línea ¿estás trabajando en alguna adaptación de música clásica para el nuevo trabajo?

ABE RÁBADE: Mi idea inicial –que no sé si llevaré finalmente lo llevaré a cabo, pero es una idea con la que últimamente coqueteo bastante y me llama mucho la atención– es hacer un disco a piano solo con obras clásicas escritas haciendo una deriva jazzística de ellas. Esto viene de un proyecto que en su día me encargó Fernando Palacios, el director de Radio 2 para hacer un directo desde la Fundación Juan March hace un par de años. Me llamó y me pidió que me preparase lo que quisiera de material clásico, pero tenía que ser una versión jazzística, y me daba toda la libertad del mundo. Para mí esa llamada fue una bomba, porque me dejó descolocado. De entrada, se me pasó por la cabeza “no lo hago”, porque no sabes cómo gestionar ese encargo.

ENRIQUE FARELO: Eso es jazz de la tercera corriente, ¿no? [risas]

ABE RÁBADE: [Risas] Exacto, como un third mainstream extraño, una tercera vía rara, pero fue fantástico hacerlo. De repente recuperé todo aquel material, porque yo siempre he estudiado música clásica en paralelo. Siempre digo que en clásica soy autodidacta, y me encanta, intento estudiar todo lo que puedo, de hecho esta mañana he estado estudiando una partita de Bach preciosa. Son cosas que me dan unas ideas a nivel de construcción y de sonido que no cambio por nada. La verdad es que recuperé mucho de ese material que había estudiado, como las Variaciones Goldberg de Bach, un preludio de Scriabin que solía tocar, el “Preludio En Do Menor” de El clave bien temperado de Bach, la «Canción nº6» de Mompou, y preparé un programa de concierto para hacer en la radio, y la verdad es que, a piano solo, resultó fantástico hacer aquel programa, y, a partir de ahí, se me ocurrió la idea plantear el siguiente disco a piano solo de esa forma. Y se reforzó la idea cuando escuché el maravilloso disco de Enrico Pieranunzi de las sonatas de Scarlatti, porque es maravilloso lo que hace allí, y, de hecho, su apuesta de hacer las versiones originales concebidas por el autor y después hacer las variaciones me parece fantástico. Algo en esa línea es lo que más me atrae, pero sería un disco de piano solo… y a ver qué dicen los clásicos [risas]. Aunque, si os digo la verdad, me importa poco, porque yo creo que la música es libre, le pese a quien le pese.

ENRIQUE FARELO: Libre… para los músicos que no son del ámbito clásico, ¿no?

ABE RÁBADE: Claro, pero esa es una imposición que no tiene que ver con la música, tiene que ver con quien la pretende dominar.

© 2010, Sergio Cabanillas
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SERGIO CABANILLAS: Respecto a los planes de futuro a trío, parece que ya hay disco nuevo en el horizonte.

ABE RÁBADE: Sí, hay disco, y si me hubieras preguntado hace seis o siete meses, mi idea desde hace tiempo era hacer un disco a octeto, la continuación del GHU! Project, lo que ocurre, como os estaba contando, es que con este trío me encuentro en un momento en el que no puedo parar esta rueda. La idea inicial –y esto es la primera vez que lo cuento- es hacer un disco en el que haya una influencia muy grande de gente consagrada, por decirlo de algún modo, como Abbey Lincoln o Ahmad Jamal. Sería mi primer disco mayoritariamente de versiones, pero pasando por el prisma de la composición. La idea no es hacer simplemente una versión, sino instalarlo estéticamente en lo que vengo haciendo como compositor. Incluso quiero incorporar a ese disco un par de fados que me cantó una señora muy mayor en unas vacaciones que tuve en Alcácer do Sal, cerca de Lisboa, a pie de obra, en una cafetería a las cuatro de la tarde, se puso a cantar a capella de una forma increíble, y llegó un momento en que saqué una grabadora y me puse a grabarla. Transcribí la melodía, arreglé la armonía, y parte de ese material lo utilizaré seguramente para el disco. Va a ser un trabajo curioso, en el que quiero que el trío esté involucrado a fondo, quiero que hagamos nuestro ese material que, en origen será de gente que sabe lo que dice, gente que sabe escuchar más de lo que habla, y cuando habla dice verdades como puños. Creo que eso en el proceso de aprendizaje de un músico es importante: venerar a aquellas personas que están en el final de sus trayectorias o que nos han dejado, como Abbey Lincoln. No sé si conocéis el disco Abbey Sings Abbey, es uno de los últimos. La manera en la que canta esa mujer los temas de ese disco… si a los 30 segundos de alguno de esos temas no estás llorando, es que no tienes sangre en las venas. Es increíble, y ese mensaje para quien está aprendiendo esto de la música –y yo me considero en esa situación, y lo digo completamente en serio- tienes que captarlo, son los mimbres con los que uno debe trabajar. Esa es la apuesta. No sé si el resultado será exactamente así, pero la idea me parece buena, y espero grabarla el año que viene.

ENRIQUE FARELO: ¿Qué opinas respecto a los proyectos que interpretan standards del pop y el rock desde el jazz como hizo en su día Herbie Hancock?

ABE RÁBADE: De entrada no me posiciono ni a favor ni en contra, depende de quién lo haga. Cualquier punto de partida puede ser bueno si el tema es bueno, si está bien construido armónicamente y melódicamente o si rítmicamente tiene interés, da igual de qué estilo provenga, como el fado que te comentaba. El fado es una forma completamente ajena al jazz, pero, si te fijas bien, el material armónico con el que puedes tratarlo te permite acercarlo, o si el tipo de melodías son relativamente parecidas a las de un standard de los años ’20.

© 2010, Sergio Cabanillas
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ENRIQUE FARELO: ¿Tú serías capaz de hacer un disco de ese tipo?

ABE RÁBADE: Si te refieres a que muchas veces eso se hace con la pretensión de adecuarse a las demandas del mercado, en ese caso me parece una supina estupidez. Si esa es la razón, eso es completa y absolutamente estúpido. Pero si realmente se hace porque el tema es una maravilla y puedes darle un giro especial, como hizo Brad Mehldau con un tema de Radiohead…

SERGIO CABANILLAS: Sí, era “Exit music (for a film)”.

ABE RÁBADE: Efectivamente. Y hay maravillas. Yo me confieso amante incondicional de la música de Jimi Hendrix, y me encantaría transcribir riffs y esas líneas sucias, y tocarlas en el piano como buenamente pueda, porque debe ser una pasada hacerlo. Si lo que predomina es que aquello te llama para crecer musicalmente, es válido, pero si estás pensando en cuántas copias vas a vender… yo no creo en eso. Y no quiero creer en eso en mi vida.

ENRIQUE FARELO: ¿Crees interesante incluir los teclados electrónicos para dar un punto de color al trío?

ABE RÁBADE: En Playing On Light lo hice en un tema con un Fender Rhodes, y es una faceta mía que tengo por explorar, y tengo interés en hacerlo. De hecho, a nivel experimental, y sin tener pensado editarlo, he empezado un proyecto que llamo “Collage” con mi técnico de sonido en el que, en sesiones de grabación para proyectos que sí se editan, en los últimos minutos aprovecho para que me graben cosas, y luego hacemos loops, lo abrimos con un ordenador y lo tratamos… a nivel tecnológico, estrictamente teclados como Hammond, Fender Rhodes, Nord Electro… me gustaría hacerlo, pero si lo hiciera, la música tendría un contexto más hacia el funk o el groove y menos hacia el jazz puro y duro. Porque, quitando el Fender Rhodes de aquel tema… a mí se me hace raro. No digo que no se pueda hacer, pero es como tocar swing con un bajista eléctrico. Steve Swallow lo hace… y cómo lo hace. No quiero que suene a prejuicio, pero, de entrada, sí me imagino tocando “Have You Met Miss Jones” aquí abajo… [marca el ritmo]… es raro. Pero la incorporación yo creo que es fantástica, ahora que parece que vuelven a estar de moda esos grupos que tenía Miles en los ’70, y mirad quién llegó a tocar allí… desde Keith [Jarrett] con Chick Corea juntos a Jack DeJohnette a la batería, a veces con percusionista, a veces con Dave Liebman al saxo… las bandas de Miles. Hay un disco de Nicholas Payton relativamente reciente que hace de alguna manera un homenaje a esta sonoridad, y yo creo que es un campo de exploración magnífico… algún día nos meteremos en ese berenjenal.

© 2010, Sergio Cabanillas
© 2010, Sergio Cabanillas

SERGIO CABANILLAS: Por último, háblanos de Azos Jazz.

ABE RÁBADE: Azos es un proyecto que nace para intentar ser una plataforma que dé cabida a una inercia que hay en Galicia de unos años a esta parte, la inercia de toda la gente que tiene muchísimas ganas de tocar, de liderar proyectos y participar, y que, de algún modo, no tienen espacio para poderlos editar con ciertas condiciones. Es una apuesta personal por mi parte con Sergio Lago, el director de un sello más orientado hacia la música folk en Galicia que es Falcatruada, un sello de Coruña, y hemos creado un sello discográfico que se llama Azos Jazz (http://www.azosjazz.com). La idea es intentar dar salida a todo aquel material, incluso colaboraciones. La primera referencia es Álvaro Vieito, un guitarrista de Galicia que estudió en Nueva York que ha grabado con un músico de Japón, otro de Nueva York y un batería de Galicia. Cuando Bill Goodwin estuvo en Galicia -montamos un cuarteto para moverlo por diferentes lugares de la comunidad y yo tuve después la oportunidad de estar en Nueva York con él-, hicimos un disco en directo que es Live in Santiago, y esa es la segunda propuesta. El sello intenta dar fe de lo que está pasando en Galicia, y en un momento difícil como es éste, pero no por eso es menor el empeño. La ventaja del proyecto es que cuenta con la distribución de Karonte a nivel físico y la distribución digital de Lonxa Musical, que es una empresa paralela a Falcatruada.

SERGIO CABANILLAS: ¿Hay más referencias de Azos en el horno?

ABE RÁBADE: Estamos en ello. Intentaremos hacer dos lanzamientos anuales y en Navidades nos pondremos las pilas para ver qué es lo que editamos para 2011.

Texto © 2010 Sergio Cabanillas.

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