Akira Sakata – Nobuyasu Furuya: Live At The Bitches Brew (Solid Records, 2011)

Live At The Bitches Brew es el encuentro, mano a mano, entre los saxofonistas Akira Sakata y Nobuyasu Furuya. Dos primeras figuras del free jazz japones pertenecientes a dos generaciones muy diferentes: Sakata nació en 1945, mientras que Furuya lo hizo en 1978. En el directo grabado en el Bitches Brew de Yokohama muestran un buen entendimiento global a lo largo de las cuatro partes en que están divididas sus improvisaciones, a pesar de que a los diez minutos de la primera parte da la impresión de que el encuentro no llegaría a dar más de sí. El inicio del CD en dúo para pasar a una fase en dúo de saxo (Sakata) y percusión (Furuya) muestra la vena más ayleriana de todo el concierto, que termina en un dúo. A continuación ambos llegan a algo parecido a la nada, al silencio, y al aparente final de esa primera parte. Sin embargo no es el final sino que esa primera parte (que dura 33 minutos) continúa a partir de cero con los músicos alternando clarinetes y saxos, sustituyendo la urgencia inicial por la tranquilidad. Del clarinete surgen melodías de aire clásico, mientras que Furuya se dedica a emplear distintas percusiones (en el disco no se indica -salvo que se haga en japonés-, pero en algún momento parece que se emplease con el interior del piano que aparece en la fotografía interior de la carpetilla del CD). En esa fase de gran quietud el antes percusionista se dedica a ampliar la paleta sonora del dúo empleando la dulzura de la flauta. A pesar de que el tema retoma cierto impulso al final, la sensación final es la de calma. La segunda parte es la más breve y allí ambos muestran su vena más free. La tercera parte, que ocupa 25 minutos, es la más lograda de las cuatro. Tras un inicio cercano a la improvisación libre (no idiomática), la música transita por la suavidad, hallando y encontrando melodías en su camino, todo ello en un fragil equilibrio. La parte final, que se inicia en fomra de solo y finaliza con los dos músicos soplando con potencia vuelve a explotar el contraste entre el expresionismo free y un cierto clasicismo. A pesar de que la grabación tiene los defectos y virtudes del directo (en el que a la inmediatez se contrapone que no hay oportunidad para una segunda toma, o para volver comenzar de nuevo si algo no funciona), los dos músicos son capaces de mantener el interés en el CD a lo largo de sus casi ochenta minutos de duración.