Estimados socios y amigos
Desde la fundación de la “Asociación Libre de Amigos de la Música Improvisada de Salamanca” -allá por el 2013- nos planteamos unos objetivos que en su momento nos parecieron perfectamente alcanzables. Por un lado, instaurar el espíritu de un “club de jazz” en el circuito de ocio nocturno de la ciudad. Y por otro, acercar al público las diferentes propuestas que conviven dentro del amplio abanico del jazz y las músicas improvisadas. Para alcanzar estos objetivos, precisábamos de una triple colaboración: una serie de locales de ocio que sufragaran una mínima aportación económica, un público dispuesto a abonar una entrada puntual a cualquier concierto y una masa crítica de socios comprometida a pagar una cuota trimestral.
Casi cinco años más tarde -y luego de que por esta ciudad pasaran músicos de la talla de Kenny Werner, Samuel Blaser, Marc Ducret, Chris Kase, Andrzej Olejniczak, Didrik Ingvaldsen, Wade Matthews, Paco García, Joaquín Chacón, Agustí Fernández, Baldo Martínez, entre otros- la Asociación enfrenta un nuevo desafío, esta vez, el de su supervivencia.
En efecto, como mencionábamos más arriba, el funcionamiento del proyecto de ALAMISA se organiza alrededor de tres ejes que posibilitan la realización de cada concierto: los locales de ocio nocturno, el público general y, sobre todo, el socio. Asimismo, esta mecánica permitió la alternancia entre los conciertos con músicos locales y otros protagonizados por músicos de distintos sitios de España y el extranjero. Ahora bien, ¿cuál es el problema? Desde hace un tiempo, el número de socios ha decrecido paulatinamente como asimismo la participación puntual en reuniones y asambleas. Creemos que las razones obedecen a múltiples factores: el desgaste que atraviesan las propuestas al cabo de un tiempo, una excesiva cantidad de conciertos por trimestre, cierta saturación en la oferta musical de la ciudad, entre otras. El hecho es que la disminución de socios no impacta solamente en el balance económico sino que también se traduce en que muchas veces no recibimos el correspondiente “feedback” acerca de la programación musical.
Por lo tanto, a las complejidades inherentes a la programación se suma el factor económico: a menor cantidad de socios, menores posibilidades de contratar a músicos de fuera de Salamanca.
En conclusión, sin una masa crítica constante de socios, el proyecto de ALAMISA no resulta viable. ¿Por qué? Porque el socio no solo asegura la continuidad financiera sino que también aporta la necesaria comunicación acerca de los gustos, estéticas y dirección que supone nuestra idea de confeccionar una programación musical para la ciudad de Salamanca.
Es por eso que nos comunicamos contigo para que nos manifiestes por este medio tus posibilidades de compromiso con la Asociación. Esto es, un compromiso entendido desde el lugar de socio. Para que ALAMISA sea viable, precisamos aproximadamente de unos 50 socios. De lo contrario, nos veremos obligados a suspender las actividades.
Si no respondes en el curso del mes de enero, entenderemos que no quieres/puedes participar de la Asociación. Asimismo, si te parece oportuno, puedes compartir este mensaje y nos puedes acercar cualquier sugerencia.
Un cordial saludo,
Comisión Directiva de ALAMISA