Por Coolcat.
JazzMadrid18
- Fecha: 20 de noviembre de 2018
- Lugar: Centro Cultural Conde Duque – Auditorio (Madrid)
- Grupo:
Alex Cech Inn-finity Quartet
Alex Cech: percusión
Andy Middleton: saxofón
Franz Faktisch: guitarra
Tomáš Baroš: bajo
Alex Cech: fotografía promocional
Alex Cech: aroma de club
El jazz adolece de ciertos estereotipos de corte clásico. Puede ser el influjo del cine y las estampas centenarias. Un club lleno de humo y una formación afroamericana. Quiere la suerte derribar estos prejuicios en el Festival de Jazz Internacional de Madrid con una de tantas gratas propuestas. El batería Alex Cech, acompañado del Inn-finity Quartet, brinda un ortodoxo concierto. Un reducido aforo en el centro Conde Duque es testigo de una lección de clasicismo melódico y sentido. Puro talento de la escena europea.
Alex Cech y compañía abordan el escenario previa presentación protocolaria. Ya avisa la megafonía que “no son músicos de Brooklyn”. Se antoja irrelevante. Desde la primera pieza, “And Again”, la banda muestra una notable madurez creativa. Junto al líder, hay experimentados como Andy Middleton en saxofones tenor y soprano. Así como Franz Faktisch a la guitarra y Tomáš Baroš al contrabajo. Se aprecian fraseos limpios que contrastan con el ímpetu de la batería. La balanza es estable en detrimento de un excesivo protagonismo de la percusión, por suerte.
“Coincidence” o “Mother Night”, composiciones de Andy y Franz, mantienen el listón en constante subida. El guitarrista defiende cuidadas cadencias que recuerdan a ratos al Burrell de Bluesy Burrell. Líneas melódicas poco amigas de los tonos contemporáneos. El saxofón tenor puede pasar por un actual Coleman Hawkins si se sigue el paralelismo. No obstante, Andy Middleton apunta a ratos un sonido marca de sellos como ECM e intérpretes como Jan Garbarek. Una buena noticia. Aporta un interesante contrapunto a un cuarteto salido de la mejor máquina del tiempo.
Alex Cech aprovecha al finalizar uno de los temas para presentar a la banda. Previos agradecimientos, un público parco en asistencia responde con aplausos. El protagonista celebra contar con artistas de tal calibre. Muestra un cariñoso respeto a Andy, peso pesado americano afincado en Viena. Prosigue el espectáculo por melosos derroteros. “1110”, canción que da pie a bromas entre los presentes, desfila con elegancia pasmosa. Franz Faktisch homenajea al Jim Hall más sesentero con un estupendo trabajo solista acompañado de bellas triadas.
“Fast Forward”, que enfila el final del recital, alcanza el notable sin muchos problemas. Sin experimentos. Presentación de melodía y armonías, solos y vuelta a la melodía en la coda. Otra muestra de rendición a la religión del estándar. Sin embargo, todavía no se ha visto un solo de batería de Alex Cech. Bien es cierto que los subalternos cumplen en dicho cometido. El batería avisa que quedan “un par de canciones” más. Todavía se está a tiempo.
Dicho y hecho, Alex Cech quiere lucirse en “Breathing Room”, presente en el disco Between Worlds del saxofonista. El austriaco construye un solo que puede rozar el aprobado. Se espera mucho más de un profesional que ha demostrado con creces su valía. Queda una ejecución tímida y escueta. Sin florituras. Sin mucho más. Es necesario pisar el acelerador en un puro hard bop como es el el estilo referido.
El grupo se despide abrazada y entre reverencias. Alex Cech abandona el escenario convencido de la ruptura de clichés en el jazz. La ortodoxia del siglo pasado no entiende de nostalgias. JazzMadrid 2018 capta el mensaje mejor que nadie. El público reconoce de forma positiva el buen hacer de estos orfebres musicales. Sin olvidar la cortesía del Foro Cultural de Austria, recordada en los reconocimientos. No hace falta ser de Brookyln para sonar a Brooklyn. Hipótesis planteada, probada y más que afirmada.
Tomajazz: © Coolcat, 2018