El 11 de Junio se vivió un momento histórico en el mítico Blue Note de Nueva York con motivo de la gala anual de la Asociación de Periodistas de Jazz americana (Jazz Journalists Association). Por primera vez, esta prestigiosa asociación de críticos otorgaba el premio a la fotografía de jazz del año a un artista español. El fotógrafo castellonense Antonio Porcar recibió el galardón por una escena mágica que retrataba al saxofonista Benny Golson tocando frente a la mirada de un espléndido graffitti de Billie Holiday del artista urbano Chile Vinarós en la pasada edición del Festival de Jazz de Peñíscola. El también fotógrafo de jazz Sergio Cabanillas conversó con Porcar sobre sus pasiones compartidas: el jazz, la fotografía y la gestión cultural que ejerce el protagonista desde hace décadas que ha convertido la provincia de Castellón en un oasis del jazz para los aficionados y uno de los destinos más apreciados de los músicos del género de todo el mundo.
Phocuzz, su primera exposición de fotografía de jazz formará parte de la programación del XXI Jazz Tardor, Festival Internacional de Lleida, el próximo otoño, y su trabajo ilustrará el próximo libro de la serie «Avui Jazz».
Sergio Cabanillas: ¿Cuándo empezaste a interesarte por la Fotografía en general? ¿Tienes formación académica?
Antonio Porcar: Empecé la afición a los 16 años. Trabajé el laboratorio fotográfico en el instituto donde estudiaba, pero tuve que abandonar porque entonces la fotografía, como afición, era muy cara.
Volví poco a poco, con cámarás prestadas, después de acudir a muchos conciertos de jazz. No tengo otra formación que la autodidacta, algún cursillo en lo referente a la técnica digital y, sobre todo, las conversaciones con amigos que comparten la afición.
Sergio Cabanillas: ¿Qué características definen para tí la fotografía en el jazz?
Antonio Porcar: Es inicialmente una fotografía de reportaje. Se trata de reflejar la realidad de la música de jazz y sus protagonistas. A partir de ahí la creatividad del fotógrafo dice el resto.
Sergio Cabanillas: ¿Tienes alguna preferencia entre blanco y negro y color?
Antonio Porcar: El blanco y negro es más directo. Tanto como este tipo de música. Con el color es más fácil que el mensaje se diluya y pierda fuerza. Pero hay que hacer de todo, cada mensaje requiere su propia expresión. Como en la mayoría de los aspectos de la fotografía, esto es muy subjetivo.
Sergio Cabanillas: Tu trabajo en la fotografía no se limita al jazz: viaje y paisajes, street photography… ¿En cuál de ellas te encuentras más a gusto y disfrutas más?
Antonio Porcar: A mí me gusta fotografiar todo lo referente al jazz. Lo demás es accesorio o circunstancial.
Sergio Cabanillas: ¿Cuáles son tus fotógrafos de referencia, dentro y fuera del jazz?
Antonio Porcar: No tengo fotógrafos de referencia, ni dentro ni fuera del jazz. Claro que me gusta ver la obra de los clásicos. A veces te da la sensación de que ellos ya lo hicieron todo. Por eso no hay que entretenerse demasiado en mirarlos y admirarlos: podría llegar a ser frustrante. Y, si quieres seguir disfrutando, tienes que mirar adelante, buscando ese lenguaje propio que te permitirá estar satisfecho con lo que haces. Con los músicos pasa algo parecido.
Sergio Cabanillas: ¿En qué momento pasaste a documentar tus conciertos fotográficamente con el rigor que lo haces ahora?
Antonio Porcar: Desde que dejé de hacer las fotos con máquinas prestadas y me animé a tener un equipo propio. Ese es el momento en que pasé de querer tener un reportaje de un concierto a intentar captar algo más. Hace relativamente poco, menos de diez años.
Sergio Cabanillas: Habiendo estado en ambos lados, ¿qué opinas de las restricciones de acceso a los fotógrafos especializados en jazz en muchos conciertos y festivales?
Antonio Porcar: El equilibrio es complicado. Aunque la mayoría de colegas saben estar al tajo sin molestar, también los hay un tanto irreverentes, tanto con los músicos como con el público. Pero esto no se resuelve con prohibiciones generalizadas y restricciones absurdas. La mayoría de los músicos son comprensivos con nuestra tarea, pero sus representantes, en muchas ocasiones, se exceden en el celo por proteger a su artista. Casi siempre es una restricción de quien redacta un contrato comercial, más que una exigencia del músico. Lamentable, claro.
Sergio Cabanillas: Como gestor cultural, ¿Cómo ves el panorama? ¿Qué ha ocurrido en el sector desde la llegada de la crisis? ¿Cómo te ha afectado en tu caso?
Antonio Porcar: La crisis ha afectado al jazz como a cualquier faceta artística y, como en todo, nos encontramos con nombres consagrados a los que parece que sólo les toca de forma tangencial, mientras que a los músicos de base les ha mermado en posibilidades e ingresos económicos. Pero no dista en nada de cualquier otro tipo de trabajo. El panorama está, lógicamente, muy mal y habrá que seguir buscando el modo de adaptarse a esta nueva situación, pues, aunque hubiera mejoras en la economía general, las cosas dificilmente volverían a ser como antes. La única ventaja, en este aspecto, que tiene el jazz es que ha vivido siempre en crisis y siempre hemos estado tratando de buscar esa fórmula que le diese viabilidad económica. En esa senda debemos perseverar y buscar la independencia respecto al dinero público. Los promotores hemos pasado de ser algo así como los que nos forrábamos a costa de los músicos, a colaboradores necesarios para que todo pueda funcionar. Este cambio de actitud me parece positivo. Y muchos cambios de mentalidad como éste se tendrán que ir imponiendo para de verdad remar todos a una.
Sergio Cabanillas: Después de haber regentado el club de jazz Café del Mar y haber programado innumerables ciclos y festivales, ¿qué te motiva a seguir trabajando en esto, con la que está cayendo?
Antonio Porcar: No conozco a ningún promotor de jazz que no tenga una gran afición por esta música. Sólo así se justifica la continuidad de los que permanecen activos.
Sergio Cabanillas: Llevas más de 15 años editando la excelente colección de libros “Avui Jazz” que acompaña cada año a este ciclo en Vila-Real. ¿Por qué criterios te has guiado a la hora de elegir las disciplinas y los artistas que los protagonizan?
Antonio Porcar: Con el único hilo conductor de la música que nos ocupa, se ha tratado de mostrar el trabajo de artistas que no tuvieran fácil acceso a las publicaciones, primando a los autores locales.
Sergio Cabanillas: ¿Cómo surgió la idea de crear el grupo de Facebook Jazz Photographers? ¿Esperabas una respuesta de esta magnitud?
Antonio Porcar: Las redes sociales suponen una vía de comunicación tan distinta a las habituales que cualquier faceta humana deberá adaptarse a esta nueva interrelación. Cuando era niño, si queríamos ver lo que pasaba con nuestros amigos o conocidos, teníamos que acudir a los sitios de reunión habituales. En muchos casos la plaza del pueblo. Con Facebook o cualquier otra plataforma puedes interactuar en cualquier momento del día con tus amigos, conocidos… También el concepto de relación interpersonal, de amistad, se amplía en este ámbito. Con ello ante cualquier inquietud o preocupación artística que queramos compartir, con las redes sociales tenemos una herramienta que ya se nos presenta como imprescindible. El futuro nos dirá si somos capaces de sustituirla por otra mejor, pero no puedo ni imaginarla. La fotografía de jazz debía tener su propia vía en este campo y alguien debía dar el primer paso. La respuesta obtenida supera las expectativas iniciales, pero no es más que la confirmación de la importancia del medio.
Sergio Cabanillas: ¿Qué te llevó a presentar tu foto de Benny Golson al concurso de la Jazz Journalists Association?
Antonio Porcar: La imagen de una gran figura del jazz, Billie, escuchando con embeleso a otro gran músico, vivo, representaba la continuidad de este tipo de música a la que tanto tiempo y afición dedicamos. Y dicha continuidad me resulta tan deseable que el mensaje me pareció adecuado para la convocatoria.
Sergio Cabanillas: ¿Cómo viviste la entrega de tu premio en la gala de la JJA en el Blue Note de Nueva York?
Antonio Porcar: Sin nada distinto de lo que se pueda imaginar: nervios antes de saber el resultado y nervios exagerados tras oir tu nombre como ganador.
Sergio Cabanillas: Dicen que nadie es profeta en su tierra. Desde mi punto de vista, creo que se valora y se respeta más a los fotógrafos de jazz españoles fuera que dentro de nuestras fronteras. ¿Estás de acuerdo? En caso afirmativo, ¿por qué crees que es así?
Antonio Porcar: Sí, es lo mismo que ocurre con los músicos. La fotografía de jazz se valora en cada zona en función de la apreciación por este tipo de música. Cuando aquí esté más generalizado el gusto por ella, se pondrán en valor todos los aspectos que la complementan.
Sergio Cabanillas: ¿Qué es “Phocuzz”?
Antonio Porcar: Es el nombre elegido para mi primera exposición de fotografías de jazz. No me había planteado en ningún momento realizarla, pero recibir una invitación del festival de jazz de Lleida fue razón suficiente para considerarla.
Sergio Cabanillas: ¿Cuáles son tus planes de futuro, como fotógrafo y como programador?
Antonio Porcar: Como fotógrafo… llegar a serlo, seguir en el empeño. Como programador…, seguir empeñado, intentando capear el temporal.
Más sobre Antonio Porcar:
Web: http://www.aporcar.com
Flickr: https://www.flickr.com/photos/axkr/
Facebook: https://www.facebook.com/antonioporcarcano
Texto © Sergio Cabanillas, 2014.
Fotografías © Sergio Cabanillas, Antonio Porcar.