- Fecha: 30 de Abril de 2015.
- Lugar: Sala Rock Palace (Madrid).
- Componentes:
Atomic
Fredrik Ljungkvist: saxo tenor y clarinete.
Magnus Broo: trompeta.
Havard Wiik: piano.
Ingebrigt Haker Flaten: contrabajo.
Hans Hulbœkmo: batería
El grupo sueco-noruego Atomic goza ya de gran popularidad entre nosotros. Sus actuaciones suelen ser cada vez más frecuentes. La última visita a Madrid fue en el Auditorio Nacional justamente hace dos años, coincidiendo también con el Día Internacional del Jazz. Como celebración de la efeméride, de nuevo han pasado por la capital. Esta vez en la sala Rock Palace en un escenario que conlleva un planteamiento diferente de concierto. Para empezar la proximidad con el público permite una mayor comunicación con el público. Como ya sucedió con Made to Break de Ken Vandermark este local madrileño sigue apostando fuerte por un formato de conciertos diferentes en los que el público disfruta de la energía y creatividad del grupo en un ambiente y una sintonía difícil de encontrar en otros locales madrileños. No hay escenario que se le resista a este grupo, en esa carrera hacia cotas expresivas cada vez más intensas con la que afronta sus actuaciones.
Atomic se presentaba en Madrid con un nuevo álbum debajo del brazo, Lucidity, en el que ha tomado parte su nuevo batería, Hans Hulbœkmo, sustituyendo a Paal Nilssen-Love y por cierto, cumpliendo a la perfección. Fiel a su estilo, el quinteto sigue navegando con la fuerza que le imprimen el saxo tenor, el clarinete y la trompeta. Fredrik Ljungkvist y Magnus Broo son los dos guías que conducen al grupo hacia rutas vertiginosas y los meandros sonoros por los que se adentra el grupo. La sección rítmica abrillanta constantemente la música con sus diferentes perspectivas y gama de matices. Atomic conforma una conjunción de formas y estilos, en los que cada miembro del grupo deja su sello personal. Su planteamiento es concebir el jazz como un crisol en continua ebullición, donde confluyen diferentes registros. Los vientos se apoyan y refuerzan en ímpetu, dando paso a enérgicas improvisaciones en evolución ascendente. Muy incisivos los solos de Magnus Broo, siempre trabajando a destajo a lo largo de las actuaciones, brillantemente acompañado por la batería de Hulbœkmo y el contrabajo de Ingebrigt Haker Flaten, Havard Wiik también estuvo impecable durante toda la noche en sus ayudas, tanto en los fragmentos más intimistas como en aquellos que requieren adentrarse por las sendas de la libre improvisación. Fredrik Ljungkvist al clarinete y al tenor estuvo magistral en sus solos y preparando el ambiente para los momentos arrebatadores. Una nueva descarga de este grupo que está marcando época dentro del jazz europeo y al que no nos cansaremos de alabar.
Texto: © Carlos Lara, 2015
Fotografías: © Sergio Cabanillas, 2015