En junio de 2013 el contrabajista y compositor Baldo Martínez estrenó su nuevo proyecto llamado Cuarteto Europa. Un grupo internacional con una formación inusual de violín (Dominique Pifarely, Francia), trombón (Samuel Blaser, Suiza), contrabajo (Baldo Martínez, España) y batería – percusión (Ramón López, alicantino de nacimiento pero residente desde hace veinte años en Francia). Tres conciertos a finales de junio en Valencia, Madrid y Vigo sirvieron para la presentación de este proyecto en directo. Tras la cita viguesa en el festival Imaxinasons Pachi Tapiz charló con Baldo Martínez sobre este proyecto y sobre ¡Zas Trío! (con Carlos “Sir Charles” González a la batería y Marcelo Peralta a los saxos) que hace unos meses publicó su estreno discográfico tras varios años en los que se ha desarrollado de un modo muy peculiar.
Pachi Tapiz: ¿Cómo surge la idea de montar el Cuarteto Europa con músicos internacionales?
Baldo Martínez: Yo ya llevaba tiempo con la idea de hacer un proyecto de este tipo. Hace diez años ya había intentado con Dominique (Pifarely) no tanto montar un proyecto de estas características, sino que colaborase como invitado. Siempre he tenido ganas de poder estar en otros entornos más afines con lo que quiero hacer, o lo que creo que quiero hacer porque nunca sabes. Tenía en la cabeza trabajar con músicos en el ámbito del jazz contemporáneo europeo, que va desde la libre improvisación hasta un jazz menos abierto, por decirlo de alguna manera. Tenía bastante claro qué músicos me interesaban, y también la instrumentación que quería. Como había un músico que era el que más cercano tenía y que era el único de los cuatro que había tocado que era Ramón (López), lo construí a partir de allí. La instrumentación la tenía clara. Me gusta mucho el violín y ya había tenido una experiencia con mi quinteto. El músico que tengo de referencia es Dominique, con el que ya había tenido intentos previos de hacerlo. Ramón y yo nos conocemos y es el idóneo para este tipo de proyectos. Me faltaba un tercer elemento que tenía claro que era el trombón. Aunque nunca he trabajado con ese instrumento, me atrae mucho y pensaba que la sonoridad que se podía crear sería muy atractiva. Me puse a buscar. A Samuel (Blaser) lo conocía algo de grabaciones que había escuchado. Hablando con Ramón me comentó que conocía a Ramón, y que aunque no había tocado con él, sí habían hablado de hacer algo juntos, y que era un músico excelente. La propuesta me pareció muy buena, así que hablé con Samuel y los demás músicos. Cuando les propuse la idea ninguno dudó, estuvieron encantados y les pareció maravilloso. Esto fue hace un año.
Pachi Tapiz: Tengo mucha curiosidad por saber cómo preparáis el repertorio… si está todo preparado de antemano, si envías las piezas y lo organizáis en “directo”… Por lo que vi ayer en la prueba de sonido estuvisteis preparando los temas.
Baldo Martínez: El ensayo ayer fue de pequeñas cosas, de ajustes del tipo “yo creo que esto funciona mejor de esta manera”, pero sobre algo en lo que ya estás trabajando. Desde el punto de vista musical el proceso a la hora de construirlo, ya que era una propuesta mía, en principio fue que yo escribí toda la música. Lo que me apetecía era que cada uno propusiese su música. Aunque es mi proyecto y sé por dónde quiero que vaya, el hecho de que los músicos aporten composiciones lo enriquece porque le da una personalidad. Ahora mismo la mayor parte de las composiciones son mías y hay alguna de Samuel.
Yo les envié las partituras para que las viesen y por si querían trabajar algo a nivel técnico, aunque son muy solventes como para que no lo pudiesen leer a primera vista. Son muy profesionales, así que en eso ningún problema. Quedaba por hacer todo el trabajo para que el proyecto fraguase. Para eso reservamos dos días para ensayar y sobre todo para concretar por donde iba la música. Está claro lo que cada uno tenía que tocar, pero había que ver cómo funcionaba a nivel de improvisación y de comunicación. La verdad es que me ha sorprendido que ha habido muy buena comunicación. A partir de ahí tocar los conciertos. Cada uno ha sido una historia distinta, tal y como suele ocurrir con esta música.
Pachi Tapiz: También te quería preguntar por eso. Me imagino que el concierto de Valencia fue distinto al de Madrid, y este al de ayer en Vigo. Supongo que aunque haya el mismo material habrá planteamientos diferentes, buscar qué es lo que funciona.
Baldo Martínez: María Antonia (Cuadernos de Jazz Management) me comentaba que escuchó el de Madrid y el de ayer en Vigo y me decía que los dos le encantaron, pero que fueron muy diferentes. Mientras que el de Madrid fue muy… no sé si el calificativo es visceral, pero sí quizás contundente, el de Vigo fue un concierto desde abajo. Eso lo dieron las composiciones que planteamos. Hay ciertas cosas preparadas de una manera que te van llevando por un lado y por otro. Aun así suceden cosas curiosas. En el caso de Madrid decidimos qué temas íbamos a tocar. Cuando estábamos a mitad de un tema a uno de nosotros se le ocurrió enlazar con el siguiente tema. Bien. Estamos hablando no de temas cerrados, sino de temas abiertos. Estás tocando, pasa algo aquí, aparece la otra idea, se empieza a desarrollar y resulta que va a parar de nuevo al primer tema. Estuvo sin preparar y fue una algo muy curioso. Al final Samuel bromeaba con que intentase explicar al público qué es lo que había pasado. ¿Cómo evolucionó eso? ¿Por qué evolucionó así? Porque a alguien se le ocurrió que era una buena propuesta, al resto nos pareció bien y allá que fuimos. Eso no tiene nada que ver con lo que pasó ayer. Algún tema pudo estar enlazado pero no como en el concierto de Madrid. Los conciertos no son un concepto de libre improvisación, pero hay mucho espacio para improvisar y para que cada uno aporte lo que tiene. No me gusta trabajar con músicos que les estés mandando todo lo que tienen que hacer porque al final les estás cortando la creatividad.
Dicho sea de paso, en muchas escuelas es como se quiere enseñar a improvisar. Es muy difícil. Yo reconozco que no sé si podría transmitir mis pocos conocimientos a ese nivel. Pero es casi peor tratar de hacerlo, que dejarlo e intentar que fluya de manera natural. Así cada uno aporta lo suyo y si todos los músicos están de acuerdo aquello sí fluirá. Si no, estás constreñido.
Pachi Tapiz: De hecho, en el concierto de ayer tus temas no fueron lo típico de exponer el tema, la ronda de las improvisaciones y final. Cada uno comenzaba con alguno de los músicos improvisando, iban entrando y saliendo el resto, y finalmente aparecía el tema.
Baldo Martínez: Me gusta eso. Si ahora mismo hablásemos con un músico muy preparado, que hubiese escuchado el concierto y que conocieses elementos técnicos y que pudiera decir aquí hay un arreglo, aquí hay una improvisación, no creo que podría. Todo se entremezcla. Es el objetivo final, que no se sepa si es algo arreglado, o si es algo improvisado. Si es algo preparado o si surge de un modo natural. En el concierto hay desde temas como el himno de Samuel que comienza con una melodía determinada aunque desde el principio es muy abierto. En el bis, por ejemplo, a Dominique se le ocurrió que comenzase como una improvisación y terminásemos con el tema. Es un tema muy moldeable, de modo que lo puedes hacer de muchas maneras. Lo importante es que nos valga para contar lo que queremos contar.
Pachi Tapiz: Acerca de tus composiciones, una característica que tienen es que cuando se escucha un tema tuyo se sabe que es de Baldo Martínez, porque tienen su personalidad. Muchos de ellos hacen referencia a elementos concretos, como por ejemplo el que tocasteis ayer dedicado a la isla de Oms. Para su interpretación, ¿les comentas algo a tus compañeros acerca de esos lugares?
Baldo Martínez: Gracias. Es lo que uno trata de buscar, que lo que hace no sea un clon de lo que hace otro, sino algo tuyo. Lo que me preguntas es lo de si es antes el huevo o la gallina. Yo nunca lo he ocultado, sobre todo cuando alguien viene y me dice que un tema le recuerda a lo que sea. Les contesto que me alegro, porque el título vino después de componer. Tampoco pienso en eso cuando lo toco. Cuando uno tiene un hijo le pone un nombre. Eso le puede condicionar, pero no le va a cambiar radicalmente porque se le ponga un nombre u otro, tu hijo es. El nombre es para identificarlo. Aquí pasa algo parecido, la mayoría de las composiciones llevan el nombre después.
Del concierto de ayer “Vuelta de tuerca” es un tema que durante mucho tiempo ha tenido otro nombre. El título se lo puse porque tenía que ver con el desarrollo musical, que era el intentar buscar otra cosa, ir más allá. También está asociado a la situación de la sociedad, que es algo que tenemos que mostrarlo, y denunciarlo o por lo menos decir lo que opinamos sobre ello. Tiene un doble sentido porque es por un lado lo que nos están intentando hacer desde arriba, pero también son las que nosotros podemos dar sin tener en cuenta ningún tipo de limitación que nos puedan poner. Yo puedo hacer mi música, nadie me va a limitar, esa es mi vuelta de tuerca. Si alguien me intenta dar una, yo le doy cuatro. A la hora de que los músicos toquen yo no pongo ninguna limitación, que la música sea lo que a ellos les sugiera. En casos como este puedo dar orientaciones, indicarles esa idea tan potente por parte del solista, una idea que está de algún modo retenida y que no sabes qué va a suceder. Eso crea una expectativa que hace que por detrás vayan apareciendo flashes en función de cómo va desarrollándose el solo.
Pachi Tapiz: A lo largo del jazz ha habido fases reivindicativas. Hoy en día es un aspecto que no está presente. ¿Sería necesario que estuviese presente en la actualidad, no solo de modo implícito, sino de un modo explícito?
Baldo Martínez: Sí, es algo que está desde el principio. En origen es una música que surgió como una reivindicación, lo que se ha definido a veces como un canto a la libertad. Desde sus inicios ha ido evolucionando, se ha ido transformando, se ha extendido y en la actualidad ya no pertenece a un grupo étnico. Está por todo el mundo y esa forma de ver la vida, esa forma de reivindicar las cosas los músicos lo deberíamos asimilar. Pero como suele pasar con el tiempo todo se va acomodando y se vuelve más conservador. Curiosamente, ahora mismo te puedes encontrar que están surgiendo más movimientos que mantienen ese espíritu reivindicativo y de denuncia en los no afroamericanos, porque un señor como Wynton Marsalis sabemos lo que representa. No pongo en duda que es un gran músico, ni sus conocimientos ni su capacidad, pero lo que está claro porque lo ha manifestado varias veces públicamente, es que él apuesta por conservar el jazz en una urna de cristal y que no lo toque nadie. Que sea como un museo, en el que se ven las obras y se hacen copias, un conservador cien por cien. Ha perdido todo ese espíritu de denuncia. Sin embargo hay otros músicos como Vandermark, blanco de ascendencia europea, o John Zorn que mantienen esa línea reivindicativa. Unos la siguen y otros la han olvidado en gran parte. Para mí es muy importante. Si algo he entendido de esta música, aunque no la hago por denunciar continuamente, es que tiene que estar continuamente actualizándose, reformándose, intentando que esté en un estado de revolución permanente, que tenga sus principios, su espíritu reivindicativo y de denuncia. No es que estemos obligados a sacar panfletos todos los días, pero sí que el oyente sienta que no sepa qué va a suceder con la música y que le cuente cosas nuevas.
Pachi Tapiz: Otro de tus proyecto es ¡Zas! Trío. ¿De dónde viene el nombre?
Baldo Martínez: El nombre surge de Carlos [“Sir Charles” González]. Se le ocurrió eso de ¡Zas! Le gusta mucho lo que son las onomatopeyas, y el nombre es también por la estética que tiene, que es abierta. Se podría interpretar no como una bofetada, sino como un toque, un espabila… es lo que el nombre proyecta.
Pachi Tapiz: ¿Cuánto tiempo tardó en cuajar? Con Marcelo [Peralta] llevabas colaborando hace tiempo.
Baldo Martínez: Llevamos tocando juntos en trío con este proyecto tres o cuatro años, pero la mayor parte del tiempo en el local de ensayos. Es un grupo curioso porque se ha desarrollado en el local de ensayos con una visión sin mayores pretensiones que las de tocar y disfrutar de la música. Nada de grabar este tema, preparar un repertorio, grabar un disco… No, la idea es vamos a tocar, pero no nos vamos a ganar la vida con esto. Es algo así como un ejercicio. Somos músicos, vamos a tocar, a pasárnoslo bien y a quedarnos con ello para nosotros. Después poco a poco ha ido surgiendo alguna cosa, pero ha habido periodos de un año en que nos veíamos cada quince días para tocar, para ver qué sucede. Al final el estado natural es estar en el local de ensayo haciendo música y divirtiéndonos con ella. Es un grupo en el que cada vez que nos juntamos nos lo pasamos pipa, porque nos juntamos exclusivamente para pasárnoslo bien y suceden cosas muy distintas. Es una forma distinta de trabajar a la de los otros grupos.
Pachi Tapiz: En el caso del ¡Zas! Trío recuperas algunos temas anteriores, con lo cual entiendo que con Marcelo y Sir Charles les estás sacando un nuevo jugo.
Baldo Martínez: Además es eso. El mismo tema se lo pones a un músico, luego se lo pones a otro y no es ni mejor ni peor, sino es diferente. También anima el que de repente la música fluya de una forma u otra para coger temas que ya había trabajado hace mucho tiempo. Pero en este ambiente, con estos músicos igual va a desarrollarse de la manera que yo creía en principio o que me gustaría en principio, o a veces es un a ver qué pasa. Esas pruebas a ver cómo se desarrollan creo que son buenas.
Pachi Tapiz: ¿Cómo va el tema de los conciertos para los proyectos? Supongo que un asunto complicado…
Baldo Martínez: Complicado como para cualquier proyecto. Hay una cosa que me duele bastante y que quede claro que no es una cuestión por mí. A los músicos del Cuarteto Europa con los que estoy trabajando no solo les tengo admiración, respeto y agradecimiento por el trabajo, por que tocan muy bien, porque son buenos músicos. Samuel Blaser está en Down Beat en el puesto séptimo de los mejores trombonistas del mundo, y cuando lo escuchas es algo que puedes ver. Con su juventud tiene una discografía extensísima y de gran calidad. Dominique Pifarely es uno de los grandes del violín contemporáneo. Ramón [López] es un amigo así que es difícil separar mi admiración de la amistad, pero está claro que si lo han nombrado Caballero de las Artes en Francia será por algo. Sin embargo la prensa no ha tenido la suficiente atención para reflejar que estos tres músicos están tocando juntos, incluso cuando ha sido la primera vez que Dominique Pifarely ha tocado en toda su carrera en Madrid. Es algo que llevamos en el ADN de este país. Estoy hablando de los apartados de cultura de los grandes medios que tienen esa responsabilidad y que no prestan nada de atención. Así que conseguir un mínimo de conciertos es complicadísimo. La situación es difícil y se está viendo cada vez más en los festivales de este país. Lo primero, cada vez hay menos músicos de aquí y más de fuera, y lo que viene de fuera cada vez es más comercial. ¿Qué es lo que queremos hacer con la música? ¿Machacarla y quedarnos en la edad de piedra? ¿No evolucionar, no crecer más y quedarnos como bestias? No hay que ser prepotente en el conocimiento de las cosas. Siempre se está aprendiendo. Porque se lleve un medio de comunicación no quiere decir que el resto de cosas que no se conocen no valen. Tendrán que interesarse por ellas. Si se desconocen, se tiene la obligación de conocerlas. Por ejemplo, con un tipo como Dominique, con su edad y un carrerón de miedo que no se le conozca… que se pongan las pilas. Es de vergüenza que estés proponiendo un grupo con esta gente y…
Pachi Tapiz: Supongo que es un tema que no pasa sólo con el jazz. De cualquier modo, no es algo que se acostumbre a utilizar en el jazz, pero para mí el Cuarteto Europa se puede calificar como un supergrupo.
Baldo Martínez: Por un lado es algo que me sobrepasa. En un principio tienes la idea, la propones y ves que la gente está para lo que quieras. Te juntas y hay un ambiente fantástico, que musicalmente funciona. Es vivir algo que es más que un sueño, porque es real, una experiencia totalmente nueva y que te llena. Ver como responsable que al resto de la gente, y especialmente a quienes debían conocer a estos músicos no den muestras de que existe o no le den cabida en sus medios. Y no es Ellos entienden perfectamente que España no es una excepción en estas cosas, pero sí que es uno de los países de Europa que menos mira al resto del continente por un lado, y que por otro menos mira a la vanguardia que no sea una vanguardia de pose.
Texto: © Pachi Tapiz, 2013
Fotografías: Baldo Martínez Cuarteto Europa en Jimmy Glass, Valencia. Junio de 2013 © Elia Costa, 2013
Entrevista publicada en el número de otoño de 2013 de la revista Más Jazz.