- Fecha: domingo, 09 de octubre de 2022
- Lugar: L’Archipiel, Salle Le Grenat (Perpignan -France-)
- Grupo:
Cécile McLorin Salvant
Cécile McLorin Salvant, voz
Glen Zaleski, piano
Marwin Sewell, guitarras
Paul Sikivie, contrabajo
Keita Ogawa, batería
Ghost Song (2022), es el título del remarcable, singular y más personal trabajo de la cantante estadounidense, Cécile McLorin Salvant, de formación también francesa, en el cual trenza diversos estilos como si de uno sólo se tratara, jazz, blues, pop, comedia musical. Algunos de sus temas, de pura orfebrería, devienen microrrelatos que a vez configuran un todo global.
Un trabajo circular si aunamos el tema final a capella, el tradicional “Unquiet Grave”, con la primera parte del tema inicial, también a capella, “Wuthering Heights” de Kate Bush. Un total de doce temas la mitad de los cuales son originales suyos, entre ellos el inquietante “I lost my mind”, “Dead Poplar” con trazos de música barroca o “Thunderclouds” finalizado con dos voces infantiles cantando en francés.
El pasado 9 de octubre en la sala grande, Le Grenat, del elipsoide granate de L’Archipiel de Perpiñán, dentro del 34ème Jazzèbre, sólo interpretó un par de temas de su último disco, el citado “Thunderclouds” y “Until” -tema popularizado en su día por Sting-, así como “Wild is love” de su precedente y recomendable The Window (2018) -a dúo con el pianista Sullivan Fortner-.
Inició el concierto con una samba jazzística, de final rumbero, cantada en francés, “Doudou”, para dar paso a “Thunderclouds” -cuya letra previamente tradujo al francés-, “Wild is love” y “Until”, para coronanar la primera de las tres grandes cimas de la noche -que en todo momento anduvo por niveles bien altos- con una versión de “Over the rainbow” a dúo con el pianista. La segunda cima llegó con “Pirate Jenny” de Kurt Weill/Bertolt Brecht y la tercera, ya en la tanda de bises, con “Après un Rêve”, una de las canciones de amor escrita por Gabriel Fauré a finales del siglo XIX. Tres temas en los que dejó claras sus dotes vocales e interpretativas, tanto en lo musical como en lo teatral.
Entre medio estándares como “Nobody else but me” a dúo con el contrabajista, un tema que en su día cantará su admirada Sarah Vaughan, o “La route enchantée” de Charles Trenet, así como composiciones del mundo del teatro musical, “There’s no business like show business” de Irving Berlin o “Some people” (Gypsy) -en el segundo y último bis-.
Salvant tiene un dominio vocal que impresiona, con una excelente vocalización y una cuidada dramaturgia, con unos agudos y deslizamientos vocales bien cercanos a los de Betty Carter y unos graves paralelos a los de Sarah Vaughan. Una voz limpia, amplia y segura. Una voz con identidad propia, que juega con los silencios y la conduce por derroteros bien complejos. Una técnica vocal trabajada desde el mundo de la clásica, la música barroca y el jazz (“En un principio pensaba que eran dos técnicas bien distintas, pero en realidad forman parte de una sola”).
Lástima que no cante más en francés, lengua que domina a la perfección al ser hija de madre francesa. Estudió música antigua e improvisación en el conservatorio de Aix-en-Provence (a unos 30km de Marsella), donde germinaron parte de sus derivadas jazzísticas de miras amplias y variadas.
Una gran velada que nos devino corta, de unos escasos setenta minutos, en la que Cécile estuvo arropada por un excelente cuarteto, siempre a su servicio, pendientes de sus juegos y posibles cambios sobre la marcha. Al final de la actuación parecían exhaustos, nos dio la impresión, quizás equivocada, que en más de una ocasión la cantante decidía el orden de los temas sobre la marcha y que muy posiblemente el repertorio fuese distinto de un día a otro.
El pianista, Glenn Zaleski, era el único de los cuatro músicos que no había participado en su último disco, pero como es habitual en ella, ya sea en sus discos o en sus directos, los pianistas son escogidos de forma remarcable (recordamos a Renee Rosnes en su actuación en el Festival Jazz Terrassa/2016 o su dueto, en el ViJazz/2021, con Sullivan Fortner -al que considera como uno de los mejores pianistas actuales a escala mundial-). El contrabajista, Paul Sikivie, lleva varios años como cómplice habitual. Marvin Sewell con sus guitarras ha colaborado en varios discos de Cassandra Wilson así como en el vitalista “Beautiful life” de Dianne Reeves. Keita Ogawa fue el encargado del set de percusión, ya fuese con las manos, las baquetas o las mazas.
En tres ocasiones, hasta el momento, hemos podido disfrutar de sus cualidades musicales y de su mundo cada vez personal, que lo amplia al campo del dibujo y el diseño, como se puede apreciar en las ilustraciones de sus discos, en su vestuario escénico o accediendo a su web.
Con tan sólo 33 años y cinco discos a su nombre, atesora entre otros, tres premios Grammy -al mejor álbum de Jazz- y dos Victories du Jazz.
Tomajazz: Texto y Fotografías: © Joan Cortès, 2022
Más información acerca de Cécile McLorin Salvant
http://www.cecilemclorinsalvant.com/
https://tomajazz.com/web/?s=cecile+mclorin&submit=Search
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