Charles Lloyd: The Sky Will Be There Tomorrow (Blue Note, 2024). Por Julián Ruesga Bono [Grabación de jazz]

The Sky Will Be There Tomorrow (El cielo estará aquí mañana) es el nuevo álbum de Charles Lloyd, publicado con Blue Note el emblemático sello con el que publica desde 2015. Compositor, líder de banda, flautista y saxofonista, es uno de los músicos más relevantes del jazz contemporáneo y su música una referencia a la que casi todos estamos atentos. A sus 86 años Lloyd es visto como el sumo sacerdote del jazz y a cada nuevo disco afianza y redimensiona su imagen. A pocos defrauda. Con Lloyd sobran los epítetos. ¿Que decir de él? Serenidad, libertad, delicadeza, elegancia, destreza, maestría, saber hacer.

Después de su anterior trabajo el magnífico Trio of trios (2022) vuelve de nuevo a atraparnos con otro álbum monumental, un doble CD con quince cortes donde alterna material nuevo con temas ya desarrollados en discos anteriores. Esta vez se presenta en formación de cuarteto, una especie de supergrupo de jazz, compuesto por el pianista Jason Moran, el contrabajista Larry Grenadier y el baterista Brian Blade.

Lloyd adquirió renombre en su juventud, a finales de la década de 1960, dirigiendo un cuarteto integrado por Keith Jarrett al piano, Cecil McBee en el contrabajo (sustituido más tarde por Ron McClure) y Jack DeJonette en la batería. Una banda de jóvenes virtuosos que combinaban el impulso vanguardista del free jazz y la psicodelia californiana con cadencias y ritmos de músicas de culturas no occidentales. Entre 1966 y 1968 grabaron ocho álbumes para Atlantic Records. El segundo de los discos, Forest Flower: Live at Monterey (Atlantic, 1966), fue uno de los primeros LPs de jazz en vender más de un millón de copias. El álbum se convirtió en la banda sonora jazzística del movimiento contracultural de la Costa Oeste norteamericana y sin proponérselo facilitó el camino para el posterior éxito comercial del jazz-rock que vendría inmediatamente después.

A casi sesenta años de distancia, Lloyd, continúa en esa deriva de juventud sonando maravillosamente bien, apropiándose de toda la historia musical del jazz para explorar desde ahí nuevos espacios donde seguir labrando su propia sonoridad. El disco se abre con “Defiant, Tender Warrior” compuesto por Lloyd y arreglado por él y Jason Moran, casi una declaración de intenciones inicial a partir de la cual nos introduce y adentra en su territorio. Junto a revisiones de clásicos de su repertorio como los magníficos “The Lonely One”, “Cape To Cairo”, o “Balm in Gilead”, aporta seis nuevas composiciones propias: “The Water is Rising”, “Late Bloom” con un familiar solo de flauta, “The Ghost of Lady Day” un homenaje a Billy Holiday, “Sky Valley, Spirit of the Forest”, y “When the Sun Comes Up, Darkness is Gone”. Un álbum redondo y sin fisuras con una música exuberante.

Para los que buscan una definición de qué es la música de jazz hoy, aquí tienen una muestra que les puede orientar. Historia, memoria, creatividad, libertad, inteligencia, destreza, erudición, ingénio, …, y todo un campo semántico expandido en esa dirección.

Tomajazz: © Julián Ruesga Bono, 2024