Festival Internacional de Jazz de Madrid
- Fecha: 25 de noviembre de 2016
- Lugar: Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa (Madrid)
- Grupo:
Christian Scott Sextet
Christian Scott (Trompeta y Reverse Flugel)
Logan Richardson (saxofón alto)
Lawrence Fields (Piano y Fender Rhodes)
Max Mucha (Contrabajo)
Corey Fonville (Batería)
Elena Pinderhughes (flauta travesera)
Comentario: El trompetista de New Orleans Christian Scott hace honor a una saga de trompetistas de enorme historia y categoría iniciada con Joe King Oliver y Louis Armstrong, y continuada por Freddie Hubbard, Dizzy Gillespie, Roy Eldridge y Miles Davis.
Christian Scott abrió la gira por nuestro país en el Festival Internacional de Jazz de Madrid, para continuar con el festival de jazz de Cartagena el 26 de noviembre y el cerrar el 27 en Barcelona.
En cuanto al que nos ocupa diré que no le faltó de nada, gustó (y mucho), haciendo disfrutar al público que abarrotó la Sala Guirau; más bien le sobraron diez minutos de presentación de cada uno de los componentes de la banda incluido algún que otro chascarrillo en referencia a las zapatillas deportivas de llamativo color rojo del saxofonista Logan Richardson.
Christian Scott no necesita demostrar nada, su mera presencia en el escenario sirve de indicativo para ver que estamos ante un músico mediático y exitoso, ante un divo que arrastra furor con su aspecto de rapero o deportista de élite.
Christian Scott y su banda destilaron una corriente de vatios ya desde el inicio, con solos enérgicos de Logan Richardson y su saxo alto o él mismo con su trompeta de diseño haciendo volar la imaginación de quienes le escuchaban. Sonido potente y reverberante de inmaculada técnica que dio lugar a intervenciones imaginativas del Fender Rhodes de Lawrence Fields, sobre todo sin acompañamiento y en la composición “West of the West” de marcado carácter progresivo Canterbury.
Este sexteto tiene las ideas claras y avanza a velocidades siderales con pegada y contundencia a ritmo de funk, rock o drums &bass en ocasiones, en otras es el trío de Lawrence Fields, Max Mucha y Corey Fonville a hard-bop tendido, sin desmayo ni descanso.
En no pocas ocasiones la estructuración de las composiciones se basó en una sincronización de Christian Scott, Logan Richardson y Elena Pinderhughes para dar paso al cuarteto con flauta travesera o con saxofón alto o trompeta o a trío de hard-bop como ya señalé.
Brillantes solos de todos los componentes a excepción del contrabajista Max Mucha y ni falta que hizo. Su lugar en el combo no necesitaba de ello para mostrar que era el complemento ideal para hacer funcionar una máquina de jazz engrasada a la perfección.
Del batería Corey Fonville basta decir que sus intervenciones fueron soberbias volando sobre platos y platillos a velocidades cósmicas con la precisión y la contundencia necesaria para un grupo como el que nos ocupa.
Elena Pinderhughes a la flauta travesera puso dulzura e intervenciones comedidas sobre todo a cuarteto.
Logan Richardson mil notas al saxo alto duro y Christian Scott un “elefante enfurecido” para que ambos rompieran el cielo a cañonazos.
Christian Scott practica un poco de todo el jazz de hoy día mezclándolo con su particular visión caleidoscópica donde tiene cabida la tradición y la modernidad. El futuro está en sus manos y en su trompeta, de él depende no quedarse en un músico emergente y dar un paso adelante para recoger el testigo de quienes le precedieron y ser el alquimista del siglo XXI.
Fotografías y Texto: © Enrique Farelo 2016