Atac de Jazz’12
- Fecha: 27 de julio de 2012.
- Lugar: Espai Can Colapi, Tàrrega (Lleida).
- Grupos:
Cirera & Tres Tambors
Albert Cirera: saxo tenor
Marco Mezquida: piano
Marko Lohikari: contrabajo
Òscar Domènech: bateríaTrakas
Juan de Diego: trompeta, fiscorno
Jordi Matas: guitarra eléctrica
Caspar St. Charles: batería
Txema Riera: órgano HammondFrankament David Soler
David Soler: guitarra eléctica, pedal steel, efectos, electrónica
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Comentario: Mientras la ciudad de Londres estrenaba sus Juegos Olímpicos y la gran mayoría de los 17.000 habitantes de Tàrrega lo veían por televisión, el modesto pero voluntarioso festival Atac de Jazz iniciaba su 8ª edición después de un año en blanco. Sin duda la cita olímpica restó espectadores a esta primera jornada pero esto no borró la sonrisa a la organización que después de las dificultades burocráticas y presupuestarias que han sufrido desde que tuvieron que cancelar la edición del 2011 – con toda la programación ya confirmada – habían conseguido que de nuevo los músicos subieran sobre aquel escenario al aire libre. Y lo han hecho con una programación que es toda una apuesta por el futuro.
En medio de un cierto retraso horario y un ambiente distendido que invitaba a olvidarse del reloj – «me gusta que haya un cierto descontrol», comentaba su director artístico Josep Mestres paseándose entre las mesas – el cuarteto liderado por el saxofonista Albert Cirera, Cirera & Tres Tambors daba el pistoletazo de salida del certamen interpretando gran parte de su primer disco Els Encants (Fresh Sound New Talent, 2012). No le ha resultado fácil debutar como compositor y líder de su propia banda a este músico que hasta ahora había brillado como un jugador de equipo (Nelson Project, Land Space, Spice berberechos, CanFalanga, etc.) con una especial sensibilidad para adaptarse a estilos y registros. «Es mi virtud y mi defecto», comentó sobre dicha flexibilidad después de la actuación, quizá resultado de un exceso de pasión por la música más que de falta de objetivos.
Els Encants es un disco repleto de historia del saxo jazz muy bien digerida y sin artificios innecesarios. Y eso mismo es lo que se pudo oír durante el concierto pero con ese ímpetu añadido que sólo se consigue sobre un escenario – ¿por qué los músicos no graban más discos en directo? -. Con una organicidad y flexibilidad rítmica que a veces rozaba la temeridad, ese ímpetu espotáneo llenaba de adrenalina unos temas que parecían una tan sólo una estructura que se completaba con música hecha en el momento. Hay muchas formas de composición, sin duda.
Mientras Lohikari y Domènech se mantenían maleables pero sólidos como sección rítmica, Mezquida y Cirera establecían un diálogo intenso, de grandes solistas, que tema tras tema mantenía a raya la previsibilidad armónica y que tuvo puntos álgidos como la explosión expresiva de la balada «8.1» y el final free de «Paco el Bala», donde además el pianista se marcó un solorockanrolero casi kamikaze. Tambien andaron con soltura al lado de Coltrane en «De mars i rius» – tema con el que comenzaron el concierto y que ya puso a todos en tensión -, y recorrieron senderos de pura tradición freejazzera con Ornette Coleman en «Panellet Song» – pieza no incluida en el disco – e «Infeccion», heredera a su vez de contemporáneos como los escandinavos Atomic. El concierto se remató con otra balada llena de texturas («Beautiful») que desembocó en «Tantra» con Mezquida flirteando con el minimalismo de Philip Glass y donde Cirera fue más Cirera que nunca, respirando, construyendo, caminando, caminando, respirando, sin miedo a la melodía.
La noche continuó con el también cuarteto Trakas, reciente proyecto del trompeta vasco afincado en Barcelona Juan de Diego. En contraste con la actuación anterior, y a pesar de tener un repertorio más plenamente groovero , bailable y hard bopero , Trakas tuvieron dificultades para dar fluidez a la música, en parte debido al hecho de actuar al aire libre sin la presión sonora que necesitan ciertos registros, en parte por no haber tenido a su teclista titular, Abel Boquera.
Con un Diego algo descafeinado según lo que nos tiene acostumbrados, Matas y Charles se erigieron como la columna vertebral de un set trabajado y luchado que al final logró contagiar buen rollo y hacer mover pies y cabezas. El set list fue prácticamente calcado al de la presentación del disco en la sala Jamboree un par de meses antes: «Todos a una» – un fantástico tema de inspiración cien por cien Lee Morgan -, «Fukushima» – que sonó un poco desapasionada -, «Carril Guiri» – otra descarga groove en el que el guitarrista acabó haciendo un solo magnífico después de luchar con perseverancia y escapar del espesor general -, «Erbestea» y «Calçotsalda» que sirvieron para remontar el concierto y dejar un mejor sabor de boca.
David Soler puso punto y final a la jornada con “Frankament”, su proyecto en solitario de música electrónica improvisada con el que se ha tirando a la piscina sin apenas experiencia en directo en este tipo de formatos. Quería trabajar con ruido, con texturas, con efectos, y ahí está. ¡Un aplauso! Sobre el escenario ya el guitarra, enfermo confeso de los pedales, amplis y todo tipo de gadgets, fue recorriendo la enorme arquitectura de aparatos que como una especie de Torre de Babel ofrecían infinidad de lenguajes y posibilidades pero con el peligro latente de la confusión y que la misma arquitectura ganara la musicalidad. Y, sí, la confusión pareció reinar gran parte del set, demasiado largo, con algunos errores técnicos que entorpecieron el discurso. Pero hubieron momentos de lucidez, precisamente cuando ante la infinidad, Soler aplicaba la esencia del rock, aquello del «menos es más» que tan bien sabe aplicar en otras formaciones como Denga o Libera Quartet.
Texto: © 2012 Olga Ábalos
http://elmetodeklose.wordpress.com/ http://badmusicjazz.blogspot.com.es/
Fotografías: © 2012 Assumpta Burgués