22ème Festival Jazz à Sète
- Fecha: Sábado, 15 de julio de 2017
- Lugar: Thèâtre de la Mer (Sète –Francia-)
- Grupos:
Duo Religo
Nicolas Algans, trompeta
André da Silva, guitarra acústica de siete cuerdasDonny McCaslin
Donny McCaslin, saxo tenor
Jason Lindner, teclados
Jonathan Maron, bajo eléctrico
Nate Wood, bateríaEmile Parisien-Vincent Peirani File Under Zawinul
Emile Parisien, saxo soprano
Vicent Peirani, acordeón
Paco Séry, batería
Linley Marthe, bajo eléctrico
Mino Cinelu, percusión
Aziz Samahoui, voz y percusión
Manu Codjia, guitarra
Tony Paeleman, teclados
Dos jornadas y cinco conciertos han sido el resultado de nuestro primer contacto con el festival “Jazz à Sète”, que en este 2017 ha celebrado su edición número veintidós.
Todas las actuaciones se realizaron en el agradable “Théâtre de la Mer”. Un teatro de piedra robusta, al aire libre y el mar como telón de fondo. Un antiguo fuerte reconvertido desde 1960 en teatro, con una capacidad para mil quinientas localidades.
Duo Religo, constituido por el trompetista Nicolas Algans y el guitarrista André da Silva, fueron los encargados de abrir la jornada del sábado 15 de julio.
Nos ofrecieron una interesante muestra de sus mimbres, con composiciones propias dispuestas entre temas de Steve Swallow, Chet Baker o Miles Davis. Un abanico temático bien abierto, jazz, música brasileña, chanson française y música clásica.
Donny McCaslin, que desde los sectores más próximos al pop-rock parece que ha empezado a tener vida propia desde su participación en el Blackstar de David Bowie, cabe decir que un remarcable plus de reconocimiento mediático habrá conseguido, un disco que contó además con otros músicos destacados del circuito jazzístico, Ben Monder, Marc Giuliana, Tim Lebreve, o el mismo teclista de la noche, Jason Lindner.
McCaslin en el estado español había dejado buenas muestras de sus capacidades como saxofonista en la excelente Maria Schneider Orchestra o al frente de su grupo, precisamente con el mencionado Lebreve al bajo y el baterista Nate Wood a la batería, también presente en Sète.
La propuesta desarrollada en directo, de sonido muy compacto, fue deslizándose por senderos actualizados del jazz rock, bien sazonado de pop, aromas de banda sonora y algunos latigazos punkies.
Un sonido que podríamos calificar de urbano, oscuro, relativamente repetitivo y con puntuales patinas distorsionadas. Al final del concierto uno se quedó con la sensación que todo había resultado demasiado similar, eso sí, desarrollado por cuatro músicos técnicamente impecables.
La tercera y última actuación de la jornada fue una aportación de luz, color, timbres y texturas, con una dinámica vertiginosa, comunicativa que entraba directamente por los poros, contagiando su vitalidad y emotividad.
Un homenaje al compositor, pianista y teclista Joe Zawinul, en el décimo aniversario de su fallecimiento. Un homenaje bien alejado del mimetismo. Con arreglos propios y apropiados, y, a su vez, respetuosos con los temas originales. Se reconocían pero sonaban gratamente diferentes.
Un concierto que se inició con “Waraya”, a modo de fondo musical para la entrada escalonada de los ocho músicos, y terminó, a la hora del bis, con el pletórico “Birland”, entre ambos, “Cannon ball”, “Gibraltar”, “Madagascar”, “Scarlet Woman” o “Brown Street”.
Un octeto formado por cuatro músicos que colaboraron en diferentes etapas con el maestro vienés, el cantante y percusionista Aziz Samahoui, el percusionista Mino Cinelu, el bajista Linley Marthe y el baterista Paco Séry, más cuatro músicos jóvenes, felinos de la escena hexagonal francesa, el teclista Tony Paeleman, el guitarrista Manu Codjia, el acordeonista Vincent Peirani y el saxofonista soprano Emile Parisien. Cuatro músicos jóvenes que han colaborando entre ellos en distintas formaciones y proyectos.
Una actuación que nos resultó corta, con arreglos sustanciosos y solos sumamente golosos. Dinámica y musculada, con un destacado entramado de varias capas en paralelo.
Placer, alta calidad y plena alegría, con un Parisien moviéndose cual muñeco de goma recién salido de los estudios “Pixar”.
Aunque podría hacer pensar en un proyecto formalizado para festivales veraniegos, realmente va mucho, pero mucho, más allá.
Tomajazz. Texto y fotografías: © Joan Cortès, 2017
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