XXVII Eivissa Jazz
- Fecha: 24 de julio de 2015
- Lugar: Baluard de Sta. Llúcia (Eivissa / Ibiza)
- Grupos:
Jazz Division
Vicent Tur: Trombón
Santi Ramírez, Pere Navarro: trompetas
Franco Botto: saxo alto
Arturo Pueyo: saxo tenor y clarinete
Natxo Marí: saxos tenor y barítono
Omar Guzmán: piano
René Mercier: guitarra
Chema Pellico: bajo
David Adán: batería
Ivo Sans “ISCCJMKMB”
Ivo Sans: batería
César Joaniquet: saxo tenor
Marc Cuevas: contrabajo
Iván González: trompeta
Juan Ortiz Trío
Juan Ortiz: piano
David Ruiz: contrabajo
Miguel Benito: batería
La segunda jornada de Eivissa Jazz 2015 parecía a priori de transición entre los grupos más mediáticos de jueves y sábado, pero no por ello fue menos interesante: el grupo que cubría la cuota local y dos grupos que junto con Natalia Dicenta ayer, forman parte del Programa “AIEnRUTa-JAZZ”, perteneciente a la AIE (Asociación de Artistas Intérpretes o Ejecutantes de España).
De abrir el fuego se encargó Jazz Division, grupo creado para la ocasión y que emulaba a anteriores formaciones como Arteca Ensemble en 2001 o Eivissa Jazz Ensemble en 2007. De hecho, todos han tocado en los grupos citados o en otros, por lo que estamos hablando de sospechosos habituales del panorama jazzístico, ya sean alumnos aventajados, profesores, veteranos de la escena o músicos todoterreno; como digo, son viejos conocidos de otros grupos o de las jam de la isla. El tenteto se ha trabajo el tema de los arreglos, y también ofrecieron temas propios; las características del grupo hacen que delante de la sección rítmica haya una potente línea de vientos; para empezar, un funky “Freedom Jazz Dance”, de Eddie Harris, con arreglos de Vicent Tur, siguiendo con “Jean-Louis”, tema de aires brasileños compuesto por René Mercier, con un activo Arturo Pueyo al clarinete; Este último es el responsable de los arreglos de un tema inspirado en “Donna Lee”, que fonéticamente suena igual y que recuerda el sonido cool del noneto que formaron Miles Davis y Gil Evans: “Dóna-li”, (“Dale” en castellano), y la intervención de un “gran e histórico” David Adán a la batería; pero en Jazz Division hay más influencias que el cool, y como muestra el sabrosón “Cha Cha Band”, compuesto por el pianista Omar Guzmán; continuaron con “Apple Core”, de Gerry Mulligan, con arreglos de un buen amigo de los jazzeros de la isla: Francisco Blanco Latino, de Sedajazz; el concierto acabó con un tema de influencia latina y 45 minutos clavados, eso es precisión. Cuando acabe el verano algunos de sus componentes dejarán la isla, pero podemos decir que “nos veremos en las jam”.
Había curiosidad por ver qué nos iba a ofrecer Ivo Sans. El baterista y artista plástico barcelonés, que ha dedicado su tercer disco al filósofo alemán Theodor Adorno, es capaz de moverse tanto en el post-bop como en el free o la improvisación pura (nos cuentan maravillas de sus actuaciones con Agustí Fernández). La duda se resolvió pronto. Sobre el escenario Ivo se presentaba con “el cuarteto de Ornette Coleman”. El concierto consistió en temas de sus dos últimos discos, Yoruba y Adorno, pero con alguna variación en los acompañantes, de ahí esa falta de correspondencia entre las iniciales que acompañan al nombre del grupo y los ejecutantes. Ya el comienzo fue toda una declaración de intenciones, con un “Homenaje a Ornette”. Vimos a un Ivo contenido y poco dado a pirotecnias sonoras, pero que junto al contrabajista Marc Cuevas señalaban el camino por el que se movían las disgresiones de trompeta y saxo, tanto solos como cuando entablaban conversación. Siguieron con “Mot mut, motis mutis”, Vaca Bird”, “Chica piscina II”, (destacable la larga exposición de César Joaniquet con el soprano), “Johannes Nastesjö”, (todos compuestos por Ivo Sans). Trompeta y saxo tiraban y tiraban de la cuerda, y cuando parecía que se iba a romper, volvían a cauces reconocibles por el oyente. Siguieron con el más melódico “In or out” de Adam Kolker, para terminar con una vuelta al free en “Performance collage”, también de Ivo Sans. Buen equilibrio entre una música que empieza a exigir al oyente, pero sin llegar al punto en el que comienzan a abandonar sus localidades.
Decía que el público no abandonó e hicieron bien, porque todavía quedaba otro espléndido grupo, el trío de Juan Ortiz, pianista bilbaíno con dos discos en su haber, Life Is Too Short y And The World Is Large. Pues bien, el concierto estuvo basado en su segundo disco, y el trío nos propuso “un viaje compuesto a bordo de un crucero”. Para empezar, “esos días que solo ves mar”, con el tema “Day At Sea”, con un contundente Miguel Benito a la batería y bien acoplado al grupo a pesar de ser un recién llegado, un David Ruiz que lo mismo acariciaba el contrabajo que le daba una buena zurra con la mano abierta, y un Juan Ortiz percusivo al piano pero con gran lirismo en ocasiones; este viaje imaginario prosigue llegando a una isla en el divertido tema “Bermuda”, y “con el viento en contra” (seguía soplando) ; en “Katmandú” la intro corrió a cargo de David Ruiz golpeando las cuerdas del contrabajo con un macito de batería, y con gran sensibilidad tocó Juan Ortiz a piano solo el siguiente tema, “Hiroshima”; bueno, no tan sólo porque le acompañaron las campanas del reloj de la Catedral que marcaban la medianoche, hora de ir cerrando según los nuevos horarios. Pero este no era el final, todavía quedaba acercarnos a esa selva entre India y Nepal en “Rhino Fight”, representada esa pelea entre rinocerontes con un potente solo de batería, y recordarnos para acabar que el mundo es grande “The World Is Large”.
Los que se quedaron con ganas de más pudieron ver al trío en la jam de “Sa Qüestió” junto a algunos músicos de Jazz Division y otros que pasaban por ahí, y que como ayer, espero me perdonen por no citar a todos. También se dejaron ver algunos de los que tocarían al día siguiente con Jorge Pardo, como preludio de la gran noche que se esperaba.
Texto: © Juan Antonio Serrano Cervantes, 2015
Fotografías: © José Luis Luna Rocafort, 2015