Por Juan Antonio Serrano Cervantes (texto), y José Luis Luna Rocafort (imágenes).
XXX Eivissa Jazz
- Fecha: 8 de septiembre de 2018, 21:30
- Lugar: Baluard de Sta. Llúcia (Eivissa / Ibiza)
- Grupos:
Anders Fjeldsted Sextet
Anders Fjeldsted (contrabajo)
Artur Tuznik (piano)
Oilly Wallace (saxo alto)
Soren Host (saxo tenor)
Rolf Sørensen (trompeta)
Henrik Holst (batería)
Eli Degibri Quartet
Eli Degibri (saxo)
Tom Oren (piano)
Tamir Shmerling (contrabajo)
Eviatar Slivnik (batería)
Desde hace años sabemos dos cosas de los ganadores del Concurso de Grupos del Festival internacional de Jazz de Getxo: casi con toda seguridad serán nórdicos o centroeuropeos y nos van a ofrecer un buen rato de música. La tradición se cumplió con el Anders Fjeldsted Sextet: son daneses y cumplieron de sobra las expectativas. Fjeldsted toca el contrabajo y sus influencias son variadas, Mingus, Ron Carter y “algunos más”.
Basado precisamente en Mingus es el tema con el que empezaron: “The Underdog”, tema potente y con esa fuerza especial que sabía darle a su música el genial contrabajista de Nogales. Siguieron con “Eronel”, de Thelonious Monk, con Artur Tuznik muy monkiano (valga la redundancia) al piano y el viento que no quiso perderse su aparición anual volando algunas partituras en pleno solo del saxo tenor.
Siguieron con la composición propia “Backbone”, comenzando con un solo de piano muy melódico, con un sonido muy dulce de trompeta y suave acompañamiento del trío para acabar los saxos subiendo la intensidad. De Ron Carter es el siguiente tema “Third Plane”, con Fjeldsted sacando muy buen sonido al contrabajo; en general todos tienen un sonido muy limpio y tocan un jazz muy vital, con aires de blues al piano en este tema y un toque que recuerda a ¿Oscar Peterson, quizás? Otro tema propio es “Shinjuku”, dedicado a esa estación de tren de Tokio, con solo del saxo alto y bella intervención de la sección rítmica. Luego la balada “The Nearness of You” con un saxo tenor aterciopelado pero sin llegar a sonar blando, y para acabar “Borderland”, tema que empieza la batería con rotundidad y continúan los vientos con interesante diálogo entre ellos. Buen anticipo para lo que venía ahora.
Interesante la carrera de Eli Degibri desde que dejó su Jaffa natal para establecerse en Estados Unidos, donde ha grabado ya siete discos y tocado con músicos de la talla de Herbie Hancock o Al Foster. Si bien ya había tocado en nuestro país, este puede ser el año de su consagración definitiva tras una serie de conciertos en Valencia, Alcudia (Mallorca), o Madrid además de su presencia en Eivissa Jazz 2018.
Sus argumentos para conseguirlo son un buen discurso, un toque intenso pero suave y compartiendo con Sonny Rollins no solo el look sino también el buen gusto por la melodía; si el Coloso del saxofón llegaba a veces a tocar tumbado en el suelo, Degibri lo hace a veces de rodillas en algún momento de paroxismo musical.
Comenzó con “The Troll” y “Cliff Hangin’” al tenor y con Tom Oren con un toque muy elegante al piano, siguieron “Even Bees Do It” y “The Unknown Neighbour”, aquí al soprano y un tema que empieza con un sonido de piano casi de música clásica hasta llegar Degibri casi a tocar agachado en un momento de agitación y alargando muy bien las notas; después de la tormenta vuelve la calma inicial al piano y soprano, terminando Tamir Shmerling con el arco repitiendo la melodía inicial. Excelente.
A partir de ahora sonarían temas de su nuevo disco que saldrá en octubre homenajeando a Hank Mobley: “Soul Station”, que fue el tema que tocaron ahora; muy buena versión donde se lucieron todos, el pianista tocando el blues, bajo y batería con estupendos solos mientras Degibri mojaba la lengüeta del tenor tranquilamente cuando no soplaba. “If I Should Loose You” es otra balada al tenor que empieza con suave acompañamiento pero aumentando la intensidad hasta el momento que decíamos al principio en el que Degibri queda tocando de rodillas. En “Longing” vimos como Eviatar Slivnik aguantaba el pulso al tenor con la batería, y en “Mambo” disfrutamos otra vez del virtuosismo de Tom Oren, de subidas y bajadas de revoluciones, y vuelta otra vez a la melodía caribeña. Gran ovación y (me niego a usar la palabra selfie) autorretrato del grupo de espaldas al escenario y con el público de fondo. Para acabar, una improvisación, “Untitled 5/8”, con Degibri tarareando la melodía hasta que empiezan a tocar todos. Todo un acierto incluir en el cartel a este saxofonista. Aquí terminaba su labor “el afinador”, Antonio Pérez de Olaguer, personaje ya mítico en el festival.
En otras ediciones habría terminado el festival, pero al ser un año especial quedaba un concierto más… Y la jam de “Sa Qüestió”.
Tomajazz. Fotografías: © José Luis Luna Rocafort, 2018
Texto: © Juan Antonio Serrano Cervantes, 2018