Elliott Sharp Fourth Blood Moon
10º Festival Internacional JazzMadrid 2023
- Fecha: 22 de noviembre de 2023
- Lugar: Teatro Fernán Gómez, Centro Cultural de la Villa.(Madrid)
- Formación:
Elliott Sharp: guitarra
Eric Mingus: voz
Nick Dunston: contrabajo
Jim Black: batería
Si el concierto de Samara Joy fue la gran sorpresa del festival del año pasado, el concierto que nos brindaron Elliott Sharp Fourth Blood Moon fue para mí el mejor de todos a los que asistí y lo situé entre los tres mejores conciertos de todo el año, que fueron bastantes y muy buenos en general.
Con una larga y prolífica carrera musical, y diría que compleja, muy variada y fascinante, compositor y artista visual, Elliott Sharp sin embargo nunca había estado en Madrid. Fue por tanto su primer concierto y lo esperábamos con gran ilusión. Él manifestó estar muy contento con su participación. Se lo comenté a algunos compañeros y amigos del festival, que no lo conocían, para que no se lo perdieran, y alguno me lo agradeció efusivamente al finalizar. Fue un concierto de los que no es habitual ver en los programas de los festivales de jazz españoles y que cualquier amante de la música no se debería perder.
Fourth Blood Moon es el nombre del grupo y también el título de un álbum publicado en 2016 por Elliott Sharp Tectonics, en el que participó Eric Mingus con su voz, en dúo junto a Sharp, encargado de guitarras, bajos, sintetizadores y batería electrónica. En el concierto estuvieron con ellos el contrabajista Nick Dunston, compositor e improvisador americano, que sustituyó al británico John Edwards, anunciado previamente, y el consagrado baterista Jim Black. Con estos cuatro músicos podemos imaginar ya la altura del recital que nos ofrecieron. Si bien tocaron algunos temas del álbum que les da nombre, la mayor parte fueron temas del disco Songs From A Rogue State (2022).
La presencia de Mingus, músico y poeta, con su poderosa y personal voz, hace que ambos trabajos, separados seis años, y también el directo, cobren una uniformidad y continuidad en los estilemas, independientemente de los músicos que acompañen, e incluso de los instrumentos que toquen. Canta como reivindicando sonidos ancestrales del folclore norteamericano, de los indios, de cantos en rituales arcaicos. Eso nos pareció su canto. Es preciso además conocer sus letras, escritas por él mismo. Su entrada en escena, con su porte imponente y tocado con un impecable sombrero blanco de vaquero, polariza las atenciones que se agrandan cuando comienza a cantar y a recitar. Hay cuatro temas que podemos destacar, dos de cada disco: “Don’t Get Me Started” y “Mr. Trouble“ del primero, y Loaded with Dread” y “Didn’t Come Back” del segundo.
El cuarteto se presentó en la sala Guirau del Teatro Fernán Gómez con apariencia convencional, de cuarteto de jazz con voz, guitarra, contrabajo y batería. Una vez que empezó a sonar la música aquella imagen de aparente normalidad jazzística se tornó particular y especial en sólo un minuto. ¿Cómo evolucionaría? Atentos a las primeras notas, las imágenes en seguida nos llegaron con visiones cargadas de expresionismo. Fueron visiones increíbles las que tuvimos a través del objetivo. Dejamos entonces de oír la música, como si se hubiese cerrado el volumen. Es cierto lo que cuento. La manera de tocar la guitarra de Elliott Sharp no es nada habitual. Cuando volvió el sonido a nuestros oídos, vimos y escuchamos punteos a dos manos y rasgueos que parecían hechos con un arco sobre un violín o un violonchelo. La guitarra de marras es una Strandberg Boden de ocho cuerdas de color rojizo intenso, como a buen seguro esa fourth blood moon. Sonaba como un instrumento indefinido, que podía ser una guitarra. Cierto. Cuando Sharp la toca, parece haber diseñado para ella una ecuación con muchas incógnitas con soluciones impredecibles. Con esto queremos decir que esos sonidos que pudieran tener raíces en el pop, el rock, el funk o la electrónica, resultan en este caso con una conjunción del lado del folclore indígena, como apuntamos anteriormente. Es asombroso como la voz del cantante recitador, que incluye gritos desgarradores, se acomoda entre el country, el hip-hop y el blues, rodeada de sonidos excéntricos y radicales. La base rítmica está ahí ayudando a la sintonía, como un catalizador. Nos gustó mucho el trabajo que hicieron Dunston y Black, impregnados también por la matemática sharpiana.
Pero esa ecuación ideada por el creador puede tener otras soluciones, por ejemplo en el campo de los cuartetos de cuerda, como se da en otro disco apasionante: Hammer, Anvil, Stirrup (1989). O en el blues más genuino como en Terraplane (1994). O puede buscar las soluciones reuniéndose con dos guitarristas como Mary Halvorson y Marc Ribot en Err Guitar (2017), y repetir con Ere Guitar (2024) convocando hace solo unos meses, en su estudio de grabación de Manhattan, a Sally Gates y Tashi Dorji. Son estos dos, unos de mis discos preferidos. O componiendo una opera. Son casi cien discos en total los producidos hasta ahora, con tantas soluciones distintas. Es un multiinstrumentista pero es en torno a la guitarra donde encontramos esa búsqueda de lo artístico de manera tal vez más cercana a la de un científico que propiamente de un músico. Elliott Sharp es un improvisador y también un compositor. Estas dos facetas que no son contradictorias y, en su caso, le han llevado a participar en proyectos muy diferentes desde que publicara su primer trabajo, Hara, en 1977. Aprovecho para confesar mi predilección por su álbum Fractal (1986), del que tengo la suerte de tener la edición original en vinilo.
Creemos que la persistencia del tándem Sharp-Mingus insistiendo y volviendo sobre esta música exuberante que nos ofrecieron en JAZZMADRID23, puede que tenga que ver con la facilidad que tienen para crear y reinventarse sobre el escenario. Oyendo los dos discos citados, antes y después del concierto, no fuimos capaces de reconocer cada uno de los temas y cuál pertenecía a un disco o a otro. Parecían todos iguales y también todos diferentes. Si esta música fuera clasificada dentro del post-jazz o en la vanguardia de la vanguardia quizás tampoco estaríamos tranquilos, aunque posiblemente la entenderíamos. Lo sorprendente es que nos suena a música cercana con toda su complejidad. Una complejidad fascinante.
Texto y fotografías: © José Miguel Gutiérrez, 2024 / https://www.instagram.com/josemiguelgutierrez.lhl
Más información sobre Elliott Sharp
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