Ha llevado su tiempo ofrecer este dossier sobre la producción andaluza que se publicó en disco en 2014, posiblemente el primero que se escribe en revistas digitales y puede que también en papel. La razón de que sea esta región la elegida y no otra se debe exclusivamente a que al ir juntando todas estas publicaciones advertimos, mes a mes, título a título, que la calidad y variedad de estos proyectos estaban lo suficientemente contrastadas como para dedicarles este señalado espacio. Debido a su extensión, hemos dividido la entrega en dos partes, llegando la suma total de títulos comentados, uno a uno, hasta doce.
Para que todos ellos coincidieran en un solo año se han dado ciertas condiciones o situaciones de las que se hace necesario dar unos apuntes. En apenas dos años, desde que salieron los destacados discos del guitarrista Carlos Bermudo en Dreams, Simetrías de Pedro Cortejosa o el último trabajo de Sindicato Ornette han cambiado algunas cosas…
Las asociaciones son la figura jurídica que adoptan la mayoría de las propuestas. Esta forma colectiva, en la que suelen sobresalir una o dos personas, se ha consolidado y prácticamente las ocho provincias andaluzas cuentan con una e incluso dos de ellas. Los objetivos fundamentales de estas asociaciones son ofrecer una programación continua y una plataforma formativa. Algunas llevan ambas iniciativas más allá para constituir una Big Band.
Si la escena de Málaga es la que cuenta con mayor repercusión formativa, por nivel de profesorado y número de alumnos, aunque no cuente con una programación al mismo nivel, es la de Clasijazz de Almería, por volumen y variedad de estilos y disciplinas, la que ha conseguido consolidar un cartel único todo el año, moviéndose entre la ópera y la improvisación libre. Del lado de la formación y concierto internacional es el ciclo Jazz en Alahurín de la Torre (Málaga) con XI ediciones la cita más destacada. Mientras se extienden programaciones continuas por el resto de asociaciones, también éstas empezaron a organizar festivales, caso de la de Sevilla o el Jazzfest de Cádiz, que crece uniendo fuerzas entre dos asociaciones locales y ofreciendo un cartel dedicado a músicos españoles y andaluces. Mientras, en el festival de Málaga, se dio la oportunidad de estrenar dos proyectos pertenecientes a jóvenes músicos de la ciudad: José Carra y Ernesto Aurignac.
Para que se publiquen discos tiene que haber sellos discográficos. La creación en apenas año y medio de Blue Asteroid Records (fomentada desde el Jazz-Café Naima, cuyo cumpleaños aquí celebramos y cuya web estará pronto disponible) y Corleone hacen posible poner a disposición de los aficionados esta producción editorial. Los clubes como el citado Naima siguen siendo sedes de jazz en directo y de contacto con el público. Cierto es que los recursos de los que hablamos – siempre privados- son limitados. Sin estudios de grabación es complicado que las ideas se materialicen. Los hay y han aumentado su actividad. Destacaríamos dos, en el Palmar de Vejer (Cádiz) está el Trafalgar estudio y en Granada el FJR.
Espejo de una realidad basada en el esfuerzo personal y colectivo, en la autogestión y una ilusión no carente de tropiezos y obstáculos aún mayores en tiempo de crisis, este dossier toma el pulso de una creación en alza. Una realidad que contrasta con tiempos pasados de escenas más desperdigadas y menos nutridas pero que mantienen algo en común con un presente reforzado pero sin ayudas: no aparecen logotipos de organismos públicos alguno en las contraportadas de cada disco.
Seis primeros discos…
Tomate, Trío y Cebolla: Canta a Bola de Nieve
Javier Galiana (voz y piano), Jose López (contrabajo) Juan Sainz (batería).
Underpool UNDP-05
Se dice que el Malecón de la capital cubana fue trasplantado del de Cádiz. Por más agradable sorpresa que sea este proyecto, más necesario es si cabe que aparezca en estos tiempos grises y desesperanzados Tomate Trío y Cebolla… “La Habana es Cádiz con más negritos, Cádiz La Habana con más salero…” Bola de Nieve (Guanabacoa, 1911) resucita en la “Tacita de plata” con todo su caudal expresivo. Se diría que en esta lectura más matizado por la ligereza y la alegría que por el arrebato melodramático de sus letras más apasionadas por el desamor.
No ha debido de ser sencillo trasladar a trío de jazz ese particular mundo de un entertainer “chic” de alta sociedad internacional pero de estirpe negra como Bola de Nieve. Ayuda, como nos cuenta Javier Galiana, humorado pianista y cantante que da réplica al personaje y aporta todos los arreglos, tener la impresión de “verle la cara cuando canto”… Y añade “no es cantar la melodía o los acordes, es meterse en la canción. Tiene algo de teatro pero Bola es más músico que actor”… Nos cuenta Javier que cuando era niño, en la ducha, tarareaba alguna de estas letras que ya a su madre le ponía “los pelos de punta”.
Pero esas canciones de “cuando te ha dejado la novia”, como Vete de mí, ¡Ay amor! o Tú nunca comprenderás, no han sido las elegidas en este repertorio del autor cubano. Aquí se celebran, sería el verbo adecuado, clásicos agraciados con la chispa de la picaresca y de la ternura, del chisme y del chiste, como El botellero, Manué, Babalú, Chivo que rompe tambó o Messié Julián y se han incorporado piezas que no han sido muy versionadas. El trío es el andamio para darle forma, todos aportan en esta revisión de jazz que pone especial énfasis en las formas de bolero y rubato.
Juan Sáinz -a la batería- ayudó a construir rítmicamente un legado que teniendo esencia cuban, modos cultos y de bolero se escapa de los patrones rítmicos alrededor del son. José López al contrabajo tiene aquí una labor fundamental para reforzar el lenguaje jazzístico de esta música, y lo hace no sólo rítmicamente sino también desde la melodía, usando el arco en varios momentos. Auqnue bien es cierto que compartir con Galiana una experiencia con el grupo La Canalla hace de este desembarco en el cancionero del músico cubano algo más cercano.
Empezó a estudiar música porque a su tía abuela había recibido esa indicación de los Orishas. Pianista de altura romántica, entre Chopin y Rachmaninov, cantante y narrador sin igual, negro «social» de corazón y piel… “…Ay que este negro ya no pué viví sin su tambó…”, entre Ava Gadner y los cantos yorubas, mucho arte gaditano, con su ingenio carnavalero, sabor y cimientos musicales amplios, tiene este necesario trabajo que dibuja sonrisas y te hace la vida más sencilla.
Julián Sánchez New Quartet
Julián Sánchez (trompeta), Marco Mezquida (piano), Bori Albero (contrabajo), Ivo Sans (batería).
Whatabout Music
Julián Sáchez es uno de los músicos más completos de su generación, además de tener una mente siempre atenta a nuevos retos y en constante crecimiento. Su carrera, por citar dos polos estéticos entre el flamenco y la creación libre, se extiende de Miguel Poveda a Agustí Fernández… Para este cuarteto de jóvenes talentos, teniendo a Barcelona y la Esmuc como segundo eje (Marco Mezquida, Bori Albero, Ivo Sans), el músico granadino se distingue del resto de sus proyectos más exigentes y avanzados, como la FAE y otras colaboraciones con trompetistas como Ivan González para sumergirse en una dimensión melódica amplia y fluida, que desprende plenitud y sutileza.
Es en este contexto definido por una respiración teñida de nostalgia y de cierto júbilo interior que podrán sugerir el profundo y vibrante lirismo, el gusto por la intensidad melódica sostenida, de Enrico Rava y Tomasz Stanko. Sorprende, pues, descubrir afinidades con el sonido clásico de ECM trasladado a la personalidad del presente y matizada por elementos de folclore hispano-andaluz. Por todo ello, en sus momentos iniciales, nos puede recordar el cuarteto nórdico de Keith Jarrett, al verse unidos folk, blues y modernidad melódica, teniendo como instigador y fuelle al piano de Marco Mezquida.
Hidden Forces Trio: Crows Are Council
Gustavo Domínguez (clarinete bajo, clarinete y didgeridoo), Marco Serrato (contrabajo), Borja Díaz (batería).
Clamshell
Tejero / Serrato / Díaz: Sputnik Trío
Ricardo Tejero (saxos), Marco Serrato (contrabajo), Borja díaz (batería).
RT006
Decía el trompetista Julián Sánchez, nuestro anterior protagonista, en unas declaraciones a prensa que no podía ser lo mismo hacer improvisación libre en Berlín que en Sevilla. Totalmente de acuerdo, pero no es algo imposible, al menos lo desmienten esta alianza de dos jerezanos y un sevillano. Quizá por ello sea éste el grupo más singular que hay en Andalucía, una tierra donde el free jazz y derivados extremos del rock no es algo habitual encontrar. Su propuesta no deja margen a la duda de una expresión abigarrada, tensa y ruidista, con detalles melódicos y atmosféricos que aparecen como accidentes en medio del tórrido camino. Un camino construido desde la improvisación libre y la herencia de Peter Bröztman, impulsada por Ken Vandermark con sonido rock garage en Spaceways Inc. & Zu y que hoy tendría como principal exponente y referencia de este sonido crudo y aguerrido de free-metal, a The Thing (Mats Gustafsson, Ingebrigt Håker Flaten, Paal Nilssen-Love).
Tras Topus, su debut internacional para Bruce`s Fingers en 2013, un disco con una estructura más compositiva, dan el salto al sello Clamshell que se centra en planteamientos evolucionados del free y la música contemporánea través de la libre improvisación. Dos miembros de este conjunto, Marco Serrato y Borja Díaz ( batería también de grupos como Orthodox y Blooming Latigo) junto con Ricardo Tejero en la posición de Gustavo Domínguez, extienden la creación en el la banda que da nombre al Spunik Trio, que también publicó trabajo en 2014.
Crows Are Council, con títulos en inglés que reflejan su proyección exterior, aborda con más contundencia y sonido agresivo la idea, dando un mayor protagonismo al clarinete bajo e introduciendo didgeridoo, además de hacer un mayor uso del arco en el contrabajo (Ingrebrigt Haker Flaten). Son los espacios sostenidos de respiración más abstractay menos furia, combinando tejidos figurativos de expresividad atonal, los que descubren la solvencia instrumental y tímbrica emanada de la música clásica contemporánea o, dentro del jazz, a Jimmy Giuffre.
Potente y sutil, en línea de vanguardia entre free jazz, rock y música contemporánea, signo de modernidad internacional, este trío sevillano-jerezano es punta de lanza de la creación instantánea y colectiva más interesante.
José Carra: El Camino
Jose Carra (piano), Beatriz Pessoa (voz), Enrique Oliver (saxofón y clarinete bajo), Romeu Tristao (contrabajo), Joao Lopes Pereira (batería), Carlos López (percusión). Sección de cuerda: Mario Navas, violín I (solista), Javi Gregori, violín I, Lorenzo Triviño, violín I, Sergio Martínez, violín II, Sara Muñoz, violín II, Ana María Navarro, violín II, Francisco José Fernández, viola, Ana González, viola, Alejandro Martínez, violonchelo, César Jiménez, violoncheloAlejandro Escalera, palmas y nudillos.
Producido por Jose Carra y Antonio Romero
Romero Music Spain
Carra se entrega a la sensibilidad melancólica del primer Brad Mehldau, al deleite romántico en una narración evocativa que acerca el planteamiento a la música programática, desprendiendo en su recorrido una mezcla de emociones aéreas y motivos repetitivos que sugieren entre ambos cierto matiz pop. Recogimiento poético.
Jaime Serradilla Trío: En el fondo
Roger Mas (piano), Jaime Serradilla (contrabajo), Joe Krause (batería). Blue Asteroid Records
Es el único disco de esta lista que se registró en un concierto en directo. Dato que condiciona el resultado registrando y trasmitiendo la cercanía y complicidad del público presencial y del oyente de ahora. Serradilla es uno de los nombres fundamentales de la escena Sevillana. Justo en el centro de esa ciudad, en la Plaza del Duque, frenteal Corte Inglés tuvo lugar este concierto, uno de los tres que dio junto a los catalanes Roger Mas y Jo Krause.
La labor que lleva acabo el contrabajista tiene en la pedagogía musical uno de sus objetivos. En el Club Naima, cuyo cumpleaños aquí celebramos, su actividad en vivo aúna creación y crecimiento musical enfocado desde la lectura o, quizá mejor, indagación sobre standards. Ello viene reafirmado por un esquema de exposición, desarrollo solista y recapitulaciones con puentes y cambios métricos entre bebop, baladas y latin. Terreno abonado en la corriente principal hecho de temas originales que, no obstante, se desenvuelven por un clima que lo conecta con ellos pero dando un paso hacia una modernidad que sugiere a Kenny Barron.
Con un mensaje veraz y cálido, que tiene también momentos álgidos en los solos de Mas y Krause, es éste un disco que celebra un encuentro fluido en torno al jazz sin más aditivos que el diálogo a tres bandas.
Gabacho Maroconnection: Bissara
Hamid Moumen (voz, guembri), Jawad Jadli (percusión, canto), Fred Faure (percusión, n’goni), Charley Rose (saxo alto), Antonio Lizana (saxo tenor, voz), Willy Muñoz (teclados), Eric Oxandaburru (bajo), Vincent Thomas (batería). Grabado en Granada en septiembre de 2013.
Label Oued 001
Gabacho Maroconnection, grupo con apenas un año y unos meses de existencia, ha sido sin duda alguna el acontecimiento musical del año, por número de conciertos por toda la geografía española y algunos en el extranjero, por el recibimiento de los medios y del público. Proyecto con un pasado previo que también, como nuestro primer disco seleccionado, echó a andar en Cádiz. Un trabajo colectivo en donde las personalidades ,más acusadas en el instrumentista jazzístico, quedan diluidas en este viaje por las músicas de raíz y las aportaciones de todos sus miembros.
Medido e infalible equilibrio entre estructura, color y ritmo, el formato que reúne GMC, que recoge en todo su potencial este disco, redunda en una expresividad híbrida compaginando sonidos que citan a Joe Zawinul, Avishai Cohen o Gnawa Diffusion, es decir territorios de sofisticación y ritualismo que nutren tanto a la world music como al jazz de sus orígenes. Porque este proyecto, coincidiendo sus miembros en la escuela Musikene de San Sebastián, nació como el quinteto Gabacho Connection antes de rebautizarse de este modo en Jadida (Marruecos). Bautizo con sopa de habas secas, que es lo que significa Bissara, plato popular en todo el Magreb.
Grupo interracial franco-hispano-magrebí que entusiasma e invita a bailar, aunando elementos renovados en la fusión musical, coreografías y ritual gnawa a partes iguales. Y, sobre todo ahora, enviando un mensaje de convivencia entre civilizaciones.
© Jesús Gonzalo, 2015
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