- Fecha: jueves, 26 de mayo de 2016
- Lugar: El Plaza Jazz Club (Madrid)
- Grupo: Feefifofum Quartet
Jordi Ballarín: saxo tenor
Carlos Murillo: guitarra eléctrica
Carlos Ibáñez: contrabajo
Miquel Asensio: batería
El grupo Feefifofum Quartet se creó hace apenas un año fruto de la colaboración del contrabajista Carlos Ibáñez y del guitarrista Carlos Murillo. Como casi siempre ocurre con estos primeros contactos musicales empiezan a surgir ideas, coincidencias estilísticas, buenos estados de ánimo y otros detalles, que permiten llegar a la necesidad de ampliar el proyecto con otros componentes. Así ocurrió con la incorporación del tenor catalán Jordi Ballarín y del batería valenciano Miquel Asensio. A excepción de éste, el resto de componentes residen en Madrid, lo que posibilita la estabilidad del cuarteto. En cuanto al nombre del grupo, para satisfacer la curiosidad, decir que corresponde al tema de Wayne Shorter “Fee–Fi–Fo–Fum” incluido en uno de sus mejores discos de Blue Note Speak No Evil.
El cuarteto cumplió sobradamente y protagonizó un concierto ciertamente agradable, con un sonido fresco y unas composiciones elegantes. La música que es capaz de desarrollar surge con un alto grado de complicidad alcanzado unos resultados muy equilibrados entre instantes más melódicos y otros más desatados.
Es de suponer que el repertorio interpretado bien podría formar parte próximamente de su primer disco. Una docena de temas originales compuestos por los cuatro componentes, entre ellas piezas como “Mañanas Libres”, “Bocairent”, “De 2 a 4”, “Lucas” o “Esperando”, en los que quedó patente la conjunción del grupo y la naturalidad con que fue capaz de sacar adelante el repertorio.
Jordi Ballarín se mostró como un gran soplador y un fino estilista en las improvisaciones. Carlos Murillo estuvo también brillante, encarrilando las composiciones a lugares inesperados con sus solos. Carlos Ibáñez, a pesar de que sufrió un percance antes del concierto, fue de menos a más y al final terminó disfrutando de lo lindo su contrabajo sobre el escenario. Es una figura clave, ya que es el encargado de mantener compacto al grupo con sus escalas rítmicas. Miquel Asensio se mostró elegante en todo momento, aportando los toques precisos que los temas requerían. El resultado fue un concierto que consiguió que tanto los asistentes como los músicos saliesen agradecidos con aplausos mutuos, y un bis con el último tema compuesto por Mikel Asensio con influencias “groovys” fue el broche de oro del concierto.
Texto: © Carlos Lara, 2016
Fotografías: © Sergio Cabanillas, 2016