- Fecha: 16 de junio de 2016
- Lugar: Bogui Jazz (Madrid)
- Componentes:
FLY
Mark Turner: saxo tenor y soprano
Larry Grenadier: contrabajo
Jeff Ballard: batería
Si hay una palabra que puede simbolizar la esencia del jazz esa es la de volar. El vuelo libre, sin ataduras, sin mediaciones que impliquen algún tipo de concesión al buen gusto establecido. La riqueza de la buena música implica que quienes la comparten con los músicos saben hacer su propia interpretación, hasta el punto de crear un efecto recíproco del cual se nutren a su vez los músicos. El trío Turner, Grenadier y Ballard se erige como uno de los más herméticos del momento. Su interpretación de los discursos rítmicos basados en el jazz tradicional y las propuestas más vanguardista causa en el oyente ciertas incomodidades sonoras que le obligan a esforzarse para embarcarse por los oscuros territorios sonoros que ponen en escena estos tres colosos. No resulta fácil digerir el discurso de este trío Fly en el que ninguno de los tres se erige en líder. Al contrario, funciona como un compacto bloque en el que son las aportaciones individuales las que le otorgan su sentido.
Desde la experiencia que atesoran cada uno de ellos, Jeff Ballard, Larry Grenadier (actuales acompañantes de Brad Mehldau) y Mark Turner han conseguido engrandecer el formato de trío. Mark Turner es un saxofonista cerebral, con una técnica fina, que enhebra fraseos que transitan desde la melodía más previsible hasta los desencadenantes sonidos más improvisados; Larry Grenadier no escatima, ni economiza en sus oportunidades; Jeff Ballard aprovecha sus momentos con el máximo rendimiento.
Con la mayoría de los temas extraídos de sus dos discos, Sky & Country (2009) y Year of the Snake (2012), grabados ambos en ECM, Fly no ofreció tregua en ningún momento. Fueron nueve piezas que dejaron muy claramente cuál es la apuesta de este grupo, cuya música es difícil de desentrañar. “Lady B” es una pieza en la que no hay demasiadas estridencias, con Turner encadenando fraseos que pueden parecer fríos, y en el que destaca un buen dúo entre el contrabajista y el batería; “Brothersister” se inicia con un rotundo solo del saxo tenor (sin amplificación a lo largo del concierto, igual que la batería) que inicia un mantra sonoro a partir de cual se une el resto de sus compañeros, sucediendo una dinámica alternancia de improvisaciones; en “Perla Morena”, Turner realiza un solo improvisado con bastante intensidad y larga duración para ir creando un ambiente que propicia, otro dueto amplio entre la batería y el contrabajo, que se rompe con un Turner improvisando a toda velocidad, siempre abriendo nuevo caminos a sus compañeros que se muestran como unos trabajadores incansables. La línea de “Super Sister” está marcada por fuerte colaboración entre el batería y el contrabajo y el saxo acomete la pieza de forma más lírica y con varias improvisaciones que culminan en un éxtasis sonoro. Otro de los mejores momentos lo protagonizó la pieza “Lone”, una balada en la que los tres músicos interpretan su propia versión de esta pieza en la misma clave rítmica.
En la fase final del concierto, la lucidez de Jeff Ballard le lleva a interpretar un solo muy largo e intenso, los fraseos de Turner empiezan a volar y la suma del contrabajista crea un cuadro sonoro multicolor. Para terminar un tema lento en el que el trío vuelve a sorprender, generándose un dúo de saxo y batería siempre a compás, y Mark Turner propone un lento fraseo hasta el final. Desde Nueva York a Madrid, Fly establece una conexión directa, intensa y sorprendente.
Texto: © Carlos Lara, 2016
Fotografías: © Sergio Cabanillas, 2016