VII Festival de Jazz de Cádiz
- Patio Medieval de El Pópulo, Cádiz
- Miércoles 30 de julio, 23:00
- Gabacho Maroconnection
Hamid Moumen: voz, guimbri percusión
Jawad Jadli: voz, percusión marroquí y africana
Antonio Lizana: voz, saxo tenor
Charley Rose: voz, saxo alto
Willy Muñoz: teclados
Eric Oxandaburu: bajo
Vincent Thomas: batería y percusión
Este certamen gaditano, una de las apuestas con esta música más pujante de todo el sur peninsular, ofrece en su séptima edición un programa acorde con su ideario, que no es otro que apostar por creación joven española, andaluza y de la propia ciudad. Porque Cái es pese a su tamaño uno de los centros jazzísticos, junto con Málaga, más destacados en el panorama andaluz. De ahí que pese a no contar con ayudas públicas pero si un nutrido número de colaboradores, que son “empresas asociaciones y personas”, dijo una de sus responsables en la presentación del concierto, ha conseguido dar un salto cualitativo importante en cuento a sinergias y abriendo un espacio nuevo y cuantitativo en su oferta de talleres y conciertos: inicio judeogitano centroeuropeo, fusión afromarroquí y afrolatina con Monk en este espacio medieval, para el fin de semana en el Baluarte de la Candelaria jazz contemporáneo, main stream con Big Band y música brasileña.
Gabacho Maroconnection (GMC) es un grupo muy cercano a quien esto suscribe. He seguido y apoyado de cerca la imparable carrera del, posiblemente, fenómeno jazzístico del año. Aunque no todo el mundo piense que es jazz lo que hace, sí lo son la mayoría de los lugares y ciclos en los que han tocado casi por toda España y ahora en el extranjero (Italia y Francia). Vincent Thomas está al frente, presenta a GMC diciendo “somos un grupo de marroquíes, andaluces y franceses, y alguno de esos franceses viven aquí en Cái”. Es él. Conozco y cené esa misma noche con su mujer e hijo de menos de un añito. Están contentos de tener residencia en esta ciudad, pequeña, ya digo, pero amable y cálida para vivir. Así pues, el concierto de GMC es como jugar en casa pese a que los músicos provengan de lugares muy apartados. Y resultó todo un éxito. Lleno a rebosar este espacio del barrio de El Pópulo, incluida visita de la alcaldesa, me comentan, que espero que tomara buena nota para dar más apoyo el año que viene.
GMC es una fórmula infalible, perfectamente equilibrada y engrasada en cada instrumento, sólida en cada sección. Su éxito se debe a una cuestión básica que parecía que habíamos olvidado en el jazz y que en el Pópulo bastaba con mirar las caras de un público entregado y muy variado en condición y edad, para muchos de ellos podría ser incluso su primer concierto de jazz. La música de este grupo interracial, decía hablando del entusiasmo que genera, aúna conceptos como sofisticación y ritual, instrumentos tradicionales y electrónicos, segmentos aislados hechos de voces y cantos gnawas con percusión (crótalos y percusión), folclore, reggae y jazz (sobre todo en los solos improvisador por los metales). La combinación de todo esto, en unos temas que son más canciones perfectamente estructuradas que complejos desarrollos basados en creación libre, consiguen primero hacer bailar y segundo comunicar emociones positivas en unas melodías que cualquiera puede seguir y tararear.
Equilibrio, color e intensidad, el formato de GMC reúne todo un potencial expresivo perfectamente distribuido, que podría ser world music o jazz… Que tiene referentes a un lado y a otro, a Joe Zawinul y Avishai Cohen (International Vamp Band) de un lado y a Karim Ziad o Gnawa Diffusion y la música del sur de Essaouira de otro. A fin de cuentas, consiguieron hacer disfrutar a un público que no les dejaba marchar y al que ofrecieron algo nuevo en los bises que no está en su disco Bissara, una pieza que apunta a una nueva y estimulante dirección afrolatina.
Texto: © Jesús Gonzalo, 2014
Fotos: © Luis Alvarado Rodríguez, 2014
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