- Fecha: Miércoles, 13 de setiembre de 2017
- Lugar: Auditori l’Atlàntida
- Grupo:
Gemma Abrié & Miquel Àngel Cordero
Gemma Abrié, voz, contrabajo y percusión
Miquel Àngel Cordero, contrabajo y coro - Lugar: Auditori l’Atlàntida
- Grupo:
Marco Mezquida
Marco Mezquida, piano y elementos de percusión - Lugar: Jazz Cava
- Grupo:
Duot & Andy Moor
Albert Cirera, saxo tenor y soprano
Ramon Prats, batería
Andy Moor, guitarra, cepillo y walkman
Comentario:
En la edición número 29 de MMVV –Mercat de Música Viva de Vic- hemos podido escuchar, a lo largo de tres días, una serie de propuestas jazzísticas de distinto calaje, en consonancia con la diversidad del actual mosaico de este género musical, de amplio, tolerante, e incluso impertinente, etiquetaje.
Como bien especifica su nombre se trata de un mercado (Mercat). Con un público heterogéneo, formado por un buen número de programadores, periodistas y público, interesados en los proyectos o en descubrir nuevas propuestas, no en vano los precios son muy económicos, tres euros por actuación o incluso gratuitos.
La duración de las actuaciones estaba estrictamente limitada a 45 minutos, en contadísimas ocasiones pudimos escuchar un corto bis. Destacar el perfecto cumplimiento de los horarios anunciados, así como la cercanía de los cinco escenarios por los que nos desplazamos, el Teatro y el auditorio de “l’Atlàntida”, las dos carpas y la Jazz Cava.
Abrimos nuestra andadura con la actuación del dueto formado por Gemma Abrié y Miguel Ángel Cordero, un dueto singular de contrabajos, donde Abrié también canta, de forma clara, precisa y acariciadora. En algunas ocasiones también se acompañó con pequeños instrumentos de percusión.
Ofrecieron una media docena de canciones, de repertorio diverso y ecléctico, algunas de ellas recogidas en el único disco de ambos Double BasSing (2014). Iniciaron el concierto con una exquisita versión de “Oración del remanso” y lo cerraron con el tema de Stevie Wonder “Have a talk with God”, entre ellas “Conrades de l’Exili” (Pere Quart/Lluis Llach), “Les bordes d’Artamont”, tema de Abrié a partir de un poema de Josep Tarragó o “Canción de cuna para dormir a un negrito” de Xavier Montsalvatge. Un repertorio cantado en catalán, castellano e inglés.
Destacar el perfecto engranaje y compenetración entre ambos, a pesar, es una impresión personal, de no aparentar sentirse suficientemente cómodos con el minutaje que tenían para mostrar su proyecto. Nos quedamos con las ganas de escuchar su notable versión “Avec le temps” de Léo Ferré.
Un pequeño receso para volver al mismo escenario y confrontarnos con un nuevo piano solo de Marco Mezquida (que por suerte ya rondan la media docena).
Cada piano solo implica un viaje sonoro y mental distinto, deviene una nueva aventura de grado diferente y a su vez imprevisible.
En esta ocasión plasmó un panorama sumamente melódico, con repetitivas, envolventes y atmosféricas resonancias. Jugó con el teclado y con las interioridades de su instrumento, con las campanitas colgantes, la pandereta y otros objetos percutidos por las cuerdas del piano.
Nos ofreció, en la tanda del bis, una versión sui géneris, una agradable deconstrucción del clásico “All of me”, que va convirtiéndose en una especie de estándar particular.
Su actuación, como ya es habitual de máxima entrega y de altísimo nivel, no nos llegó a pellizcar como lo había hecho en sus dos anteriores andaduras a piano solo en la misma localidad (2011 y 2014), ambas en la Jazz Cava. Dos auténticas joyas retenidas en nuestra memoria. Aquellas correspondieron a un festival y esta a un mercado, con un concepto de público/espacio/formato bien distinto.
Mezquida es tan excelente músico como hábil lector del público que tiene enfrente, con el que va a compartir su proyecto. Un proyecto ampliamente abierto y coherente, que engancha a un público bien diverso, con un dominio de diferentes lenguajes acrisolados de forma unitaria, desde el mundo de la clásica hasta el free, pasando por el jazz, el flamenco u otras músicas más populares. Capaz de ensamblar las técnicas tradicionales con las extendidas como si de una sola se tratara.
Cerramos la primera jornada con los saxos de Albert Cirera, la batería de Ramon Prats, o sea Duot, con la guitarra, visualmente rodada y añeja, de Andy Moor.
Nos ofrecieron una actuación desenfrenada de principio a fin, con auténticas descargas eléctricas de altísimo voltaje, a juego con el free, el jazz y el rock, de contundencia punk.
En un marco totalmente idóneo para su proyecto como es el pequeño espacio de la Jazz Cava de Vic, de muros anchos y contundentes, donde los tres púgiles se encontraban notablemente acomodados, siendo, en algunos momentos, bien jaleados por los presentes, contagiados estos por la dinámica y chispas que salían del escenario.
Con un Moor que tanto golpeaba, de forma cuidadosa, la cabeza de su guitarra con el suelo del escenario como con el muro lateral, o, en el pequeño bis, fregaba las seis cuerdas de su instrumento con un “walkman”, la cinta rodando, para dejarnos unas pinceladas sonoras de corte oriental engarzadas con el magma generado con sus compañeros.
Tres músicos entregados que plasmaron, muy posiblemente, a velocidad de vértigo, una de sus actuaciones más afiladas y cortantes.
Tomajazz. Texto y fotografías: © Joan Cortès, 2017