A pocos minutos de las estaciones de Kings Cross y St. Pancras se alza Kings Place. Inaugurada en 2008, es la primera sala de conciertos levantada en Londres tras la finalización en 1982 del Barbican. Su impulsor y director Peter Millican ha conseguido crear en él un espléndido espacio para las artes excepcionalmente equipado, que está revitalizando la vida cultural y atrayendo nuevas oportunidades de negocio a esta zona al norte de la capital británica. Encarnado en un bello diseño arquitectónico de Dixon Jones, etéreo y luminoso, Kings Place aloja oficinas comerciales en sus plantas superiores (entre otros varios, las del diario The Guardian) con amplias instalaciones culturales en sus niveles inferiores, incluidas dos galerías de arte. En el ámbito musical, dispone de dos auditorios de excelente acústica, especialmente su Sala 1, sede del GMF Music Festival, así como de varias salas de ensayo, donde la fundación impartió sus seminarios.
Las sesiones comenzaban a las 9:30 de la mañana, y el grupo completo de estudiantes acudía a tres sesiones que se extendían hasta el mediodía. Comenzaba la mañana Stephen Keogh, que trabajaba con el grupo los conceptos de pulso rítmico y silencio, continuaba Guillermo Rozenthuler sobre la voz, la coordinación de cuerpo y mente, y el entrenamiento y la mejora de la escucha para finalizar con la clase de samba del percusionista Francesco Petreni, que enseñaba a los asistentes los distintos patrones rítmicos que se integran en este género, distribuyendo al grupo por secciones instrumentales e integrándolos en un bullicioso conjunto de samba con todos los instrumentos necesarios para construir un grupo uniforme al final de la sesión. Estos seminarios matinales tenían el objetivo de facilitar el autodescubrimiento personal, así como la interacción y la cohesión del grupo de estudiantes. A partir del mediodía, los participantes se separaban en seminarios por instrumento y, a media tarde, en combos con profesores como Barry Green, Bruce Barth, Kevin Dean o Perico Sambeat.
Jueves 28 de Marzo
En las noches, el certamen se vistió de largo con los conciertos de la sala principal. El concierto de apertura del jueves contaba con la presencia de tres formaciones, todo un desfile de figuras con distintas bases rítmicas que los asistentes pudieron disfrutar en distintas combinaciones a lo largo de las noches siguientes, observando las distintas interacciones entre los intérpretes, la esencia misma del jazz.
En la primera sesión, el contrabajista Arnie Somogyi ejerció de maestro de ceremonias e hizo las presentaciones de los grupos. El encargado de romper el hielo fue Barry Green. En su intervención descubrimos a un pianista de corte muy lírico, en la línea de Bill Evans, meticuloso y delicado en su sonido, ajeno a las estridencias, que venía respaldado por Jeremy Brown, muy cómodo en esta vertiente poética en la que el silencio y el espacio son herramientas fundamentales, y por Francesco Petreni en la batería, que se mostró tan comprometido en el cuidado de la melodía como sus compañeros. Dado lo limitado del tiempo en una velada de tres grupos, todas las intervenciones fueron tan concisas como eficientes, y tomó el relevo en el escenario el trío formado por Albert Sanz al piano, Arnie Somogyi al contrabajo –quien hubo de presentarse a sí mismo con buen humor- y Stephen Keogh a la batería. El trío abordó con desenvoltura un repertorio de standards donde Sanz hizo gala de buen gusto y capacidad de improvisación para conducir los temas por caminos arriesgados y sorprendentes, llevado en volandas por el impulso de Keogh y Somogyi. La nota de color latino la puso la voz del argentino Guillermo Rozenthuler, que salió a escena para hacer una sentida interpretación a ritmo de bolero del original de César Portillo de la Luz “Tú, mi delirio” que el público asistente agradeció con sus aplausos. El plato fuerte de la noche lo sirvieron el saxofonista Jean Toussaint y el trompetista Kevin Dean con un repertorio de swing sin concesiones en el que Toussaint derramaba sus solos ardientes, intensos y llenos de virtuosismo sobre el escenario para ser contestados con la elegancia, la clase y el sonido acariciante de Dean, un contrapeso ideal sobre el escenario, sin olvidar la magnífica aportación de Bruce Barth en su primera aparición con dos músicos a descubrir: Chris Hill en el contrabajo y Eddie Hick a la batería.
Terminadas las actuaciones oficiales, era el momento de la jam session en el Sala 2, que, coordinada por Barry Green, juntó en el escenario a algunos de los estudiantes del seminario con profesores como Arnie Somogyi, Albert Sanz, Bruce Barth o Perico Sambeat, que se dejó ver en la jam en la noche previa a su actuación.
Viernes 29 de marzo
La noche del viernes Perico Sambeat inauguró la velada doble. Magníficamente rodeado por Barry Green al piano, Chris Hill al contrabajo y Stephen Keogh a la batería, el saxofonista valenciano comenzó con la melodía optimista de “Mirall”, donde ya se hizo notar la tremenda pegada y el pulso firme de Chris Hill. Siguió la introducción de saxo, envuelta en una improvisación colectiva, a Nereida (Elastic, 2012), tema a ritmo de vals que sostuvo el riff que tocaba la mano izquierda de Green, mientras Keogh empujaba con fuerza a Sambeat en su solo, que jugaba con el ritmo y los silencios, con una espléndida réplica por el piano. Quedó sola la voz del alto para presentar la balada “I Wish I Knew”, donde los asistentes pudieron disfrutar de la intervención en solitario del contrabajista, construida cuidando la melodía y alternándola con arpegios vertiginosos, antes de que el protagonista pusiera fin al tema como comenzó, con la voz del saxo desnuda sobre el escenario. Tras la calma, llegó una tempestad de swing con “Impasse”, donde Sambeat despachó un solo incendiario que fue correspondido por el piano y después por un Stephen Keogh pletórico, cosechando las tres intervenciones los aplausos espontáneos del público. Agradeciendo al respetable su asistencia, el protagonista arrancó “Bugalú”, una composición de aire entre callejero y bluesy que sirvió de fondo a las presentaciones de los miembros del cuarteto y puso punto y final a una magnífica actuación.
Tras el descanso, pisó el escenario la vocalista Claire Martin, que arrancó con la composición “Do Wrong Shoes” de Donald Fagen un repertorio impregnado de blues, un género en el que Martin no sólo se encuentra como pez en el agua, sino que entrega momentos intensos. Siguió “Meaning Of The Blues”, una composición de Bobby Troup que la protagonista grabó en Secret Love (Linn Records, 2004) en la que Bruce Barth pintó la desesperación con su piano y Jeremy Brown adornó con un solo lleno de melodía, premiado con los aplausos del público. El espectáculo continuó con un arreglo en cinco por cuatro de “Estate” con la letra inglesa de Joel Siegel y con “Too Much In Love To Care”, tema de aire latino que da título al último trabajo de Martin. La banda pisó el acelerador con “Lover, Come Back To Me”, donde Eddie Hick hizo una auténtica disertación de ritmo trepidante con escobillas, sobre el que Bruce Barth protagonizó un gran solo, que tuvo la réplica en la voz de Claire Martin quien, llena de swing, jugó magistralmente con el tempo en su intervención.
Después de la descarga, la protagonista llamó a escena a Libor Šmoldas para interpretar “I Keep Coming Back To Joe’s”. El guitarrista checo se convirtió en protagonista desplegando su magia, con un solo de construcción meticulosa y deliciosamente melódico, jugando en ocasiones a tocar detrás del tempo, algo que se repitió en “River Of Dreams”, donde Bruce Barth le cedió el acompañamiento de la voz y de nuevo protagonizó un solo que levantó los aplausos del público. Con tal respuesta, la cantante detuvo al guitarrista en su salida del escenario para pedirle que se quedara para interpretar un acelerado “But Not For Me”, donde regaló a la audiencia un solo espléndido que demostraba que su talento se extiende también a la velocidad, antes de despedirse del escenario entre aplausos. Llegó el momento para la intimidad y las emociones. En el escenario, Bruce Barth convirtió “A Time For Love” en una fantasía al piano, y Martin su voz en un susurro al cantar la letra de Paul Francis Webster, plena de sensibilidad y belleza. Tras este momento de intensidad, el cuarteto encaró el final de su actuación con el blues festivo “Never Make Your Move Too Soon” para finalizar con “I Thaught About You” de Chester Babcock (alias Jimmy Van Heusen).
Tras el concierto arrancó la jam, que en esta ocasión contó con la presencia, entre otros, de Bruce Barth y Eddie Hick junto a los alumnos del seminario. En esta ocasión también pudimos descubrir el talento de un saxofonista valenciano cuyo nombre a buen seguro empezará a sonar con frecuencia en los círculos jazzísticos de nuestro país: Victor Jiménez.
Sábado 30 de marzo
Con casi la totalidad de las entradas vendidas, y abierto el acceso al piso superior de la Sala 1, el vocalista, pianista y compositor Pete Churchill fue el responsable de inaugurar las actuaciones nocturnas del sábado, bien arropado por el contrabajo de Flo Moore y la batería de Francesco Petreni. La guinda la puso, como solista invitado, la trompeta del canadiense Kevin Dean. El cuarteto inició su viaje por el cancionero americano con un “Trav’lin Light” de caminar más ligero de lo habitual para seguir con Duke Ellington y su “Do Nothing Till You Hear From Me”, interpretado a ritmo festivo de marching band de Nueva Orleans donde Petreni protagonizó un magnífico solo demostrando que en ocasiones los silencios son tan importantes como las notas tocadas. La balada “I’m Through With Love”, que hizo famosa Marilyn Monroe en Con Faldas Y A Lo Loco, permitió a Kevin Dean dar una lección de estilo y sentimiento en su solo. El cuarteto pisó el acelerador con “The Mascarade Is Over”, donde se vivieron momentos intensos de intercambio entre Churchill y Petreni, primero de batería con la voz, y posteriormente con el piano. Con tablas y buen humor, el anfitrión de esta primera parte se justificó para interpretar su propia versión de “I Keep Coming Back To Joe’s” donde la trompeta de Dean volvió a regalar un gran solo a los asistentes. A continuación, el cuarteto abordó “Young And Foolish” –‘por fin tengo edad para presentar este tema’, en palabras de Churchill-, y cerró su intervención con “I Was A Little Too Lonely” de Jay Livingstone y Ray Evans que hizo popular Nat King Cole.
Con gran expectación en la sala, hizo su entrada Bobby Watson y sus International All Stars, que atacaron con decisión “Cousin Mary” de John Coltrane, donde el trío rítmico, consagrado con el paso de las jornadas como el ‘dream team’ del festival, funcionó como una máquina de swing, caliente, perfecta e imparable, comandada por Bruce Barth y sustentada por el contundente pulso del tándem Keogh-Hill. Con semejantes cimientos, a Watson sólo le restaba disfrutar y dirigir el espectáculo a su antojo, pues sus compañeros se adaptaban al instante a sus evoluciones. El de Kansas City presentó a continuación “Time Will Tell”, pieza que grabó con Art Blakey y los Jazz Messengers tres semanas después de entrar en la banda, en 1977, tema que se fue desvaneciendo con una improvisación colectiva hasta convertirse en la balada “These Foolish Things”, donde el saxo alto del protagonista tuvo su espacio totalmente en solitario en una bellísima coda.
En ese momento, Watson llamó a escena a otro ex-Messenger: Jean Toussaint. Con la formación ampliada, llegó la apoteosis final de la mano de Charlie Parker con “Now Is The Time”, donde la sabiduría y el sentimiento de Watson se entrelazó con el sonido impetuoso y visceral de Toussaint, poco antes de que Barth despachara un magnífico solo y empezaran los cruces de intervenciones dos a dos, primero saxo alto y batería para tomar el relevo el piano y el contrabajo de un Chris Hill en estado de gracia. Entre los insistentes aplausos del público, la banda se retiró para regresar instantes después y culminar la fiesta con “Jeannine” de Duke Pearson, un cierre de lujo para una actuación de las que dejan huella en la memoria.
Domingo 31 de marzo
El domingo, tras la actuación de Scott Hamilton, profesorado y alumnos del Seminario GMF se reunieron en el club Pizza Express para celebrar una jam session por la que llegaron a pasar, entre otros, Pete Churchill, Eddie Hick, Libor Šmoldas, Bobby Watson, Bruce Barth, Perico Sambeat, Kevin Dean, Jeremy Brown y Stephen Keogh. Aunque el lunes 1 de Abril el ciclo de conciertos finalizó con la actuación de los alumnos del seminario, esta jam supuso para quien les escribe el final de una experiencia inolvidable, gozando cada noche del jazz de la mano de GMF, en el magnífico marco de Kings Place.
La próxima cita: GMF International Jazz Workshop Europe 2013 en Saarwellingen, Alemania
Hace pocos días que Global Music Foundation ha anunciado en su página de Facebook el programa formativo de su Seminario Internacional en Saarwellingen, Alemania, que se celebrará del 9 al 15 de Agosto de este año 2013. Entre los profesores confirmados están Bruce Barth (EE.UU.), Jean Toussaint (Reino Unido), Mark Hodgson (Reino Unido), Tina May (Reino Unido), Gilad Atzmon (Reino Unido), Libor Šmoldas (República Checa), Eddie Hick (Reino Unido), Guillermo Rozenthuler (Reino Unido/Argentina), Claus Kirsh (Alemania), Jeremy Brown (Reino Unido) y Francesco Petreni (Italia). He aquí un resumen audiovisual de la experiencia de su anterior edición en 2012:
Agradecimientos: Stephen Keogh & GMF, Kings Place.
© Texto y fotografías: Sergio Cabanillas, 2013.