En los últimos años vengo experimentando la sensación de que estamos ante una etapa que será difícil de repetir (espero equivocarme) si hablamos de calidad musical concentrada en una sola ciudad. Claro que hay propuestas de gran calidad en otras ciudades de la geografía española, pero lo que recibo desde Barcelona empieza a ser alucinante. Aunque como todos sabéis, toda esta excelencia no se traslada en forma de público. Un problema eterno que nunca ha sido (ni será) motivo para que no surjan proyectos de gran calibre como el que hoy presentamos. Y es que el trío del que vamos a hablar se podría denominar tranquilamente como un supergrupo (aunque la palabra no es muy elegante) ya que hablamos de tres músicos para quitarse el sobrero: Marco Mezquida (piano) David Mengual (contrabajo) y el líder de la formación, Gonzalo del Val (batería). El disco: Koiné (Fresh Sound New Talent, 2016)
Y lo primero que uno piensa cuando se juntan tres músicos de gran calibre es que podría existir una batalla de egos. Un querer destacar por encima de los otros. Algo que sucede, sin duda, en ocasiones. Y entiendo que si sucede, se traslada a la música. Ojo, no digo que no existan excelentes discos en los que algunos salen eclipsados, pero el disco del que hoy vamos a hablar, no está en esta categoría, todo lo contrario. Existe desde el inicio aquella fusión de personalidades manteniendo cada una su esencia. Además, explicaba el mismo Gonzalo del Val en la entrevista que le realizaba Pachi Tapiz, que el conjunto grabó en este disco los últimos temas que venían tocando en los conciertos, y por lo que yo percibo, se nota la conexión. El trío consigue trasladar a la música su paz interior. La plenitud musical del que se encuentra en armonía.
Si hablamos individualmente, hay que decir que Marco Mezquida ya hace tiempo que es perfectamente reconocible. Hablo de seña de identidad, entonces, una melodía a su cargo, aunque se le pueda reconocer como autor al instante, nunca suena igual. Tiene el don de transformarlo todo en tiempo real sin que se desvirtúe su significado. Pudiendo viajar hasta el infinito en posibilidades pero dejando claro quién está al piano. Gonzalo del Val, al igual que Mezquida, es otro de los músicos hiperactivos de la escena. Sus múltiples colaboraciones como sideman son de vértigo. Por esto, dentro de su propio proyecto, destaca su planteamiento acorde a lo que surge entre los tres, en este caso, la búsqueda del matiz elegante, de la suavidad, la de ofrecer los golpes perfectos (no tienen que ser exactos) para la confección de la hermandad. Podríamos hablar tal vez de contención, aunque no exactamente, más bien se adapta a lo que surge in situ. David Mengual, otro de los solicitadísimos de la escena, ofrece, al igual que sus compañeros, un impecable trabajo al contrabajo. Siempre interviniendo desde la modestia pero dejando claro porque es uno de los mejores. Conviene realizar algunas escuchas prestando muchísima atención para disfrutar del trabajo del contrabajista. Sin alardes. Decantándose por la transmisión del interior.
Entre los temas de la sesión encontramos composiciones propias como la emotiva y para nada sentimental o edulcorada “Balada para Mauro” de Gonzalo del Val. Todo lo contrario. El homenaje al pianista Mauro Urriza, amigo personal de Del Val que fallecía en 2014, es un tema de gran altura. Que transcurre por senderos de veracidad. Con el respeto y admiración hacia un ser querido; Marco Mezquida aporta “Cantabile”, que además es una revisión. Me explico, esta composición ya se encuentra en el reciente segundo disco de su trío My Friend Marko. Algo que siempre es de agradecer. Lo comenté hace poco precisamente en la reseña de My Old Flame de Mezquida y Manel Fortià. Así que no me repito; “Kaixo Polita” de David Mengual cierra el disco. Un tema perfecto para una conclusión y es que el disco es un proyecto de estos en los que es casi imprescindible disfrutar de principio a fin. Contiene aquel componente invisible que no nos permite parar de escuchar hasta que suena la última nota… el último silencio… Aparte de los temas propios encontramos versiones como “I Got Plenty O’Nuttin” de George Gershwing o “Paradox” de Keith Jarrett, que como es habitual hablando de estos tres músicos, suenan con la personalidad propia del trío, perfectamente en consonancia con el resto del álbum.
Nueve temas que forman un todo. Un disco sobresaliente en todas sus vertientes. Da la impresión de que el disco se ha cocinado en un determinado ambiente de perfecta cooperación. De tranquilidad que se transmite en la música. Un disco en el que se dejan de lado posibles ejercicios virtuosos para ofrecer sentimientos en forma de notas musicales. Evidentemente sin desmerecer los proyectos que sí lo reclaman, pero Koiné ofrece otras posibilidades y los tres músicos se dejan el alma en ellas.
© Jesús Mateu Rosselló, 2016
Gonzalo del Val Trío: Koiné
Músicos: Marco Mezquida (piano) David Mengual (contrabajo) y Gonzalo del Val (batería)
Composiciones: “Cantabile” de Marco Mezquida; “I Got Plenty O’Nuttin” de George Gershwing; “Paradox” de Keith Jarrett; “Balada para Mauro” de Gonzalo del Val; “Koiné” de Gonzalo del Val, Marco Mezquida y David Mengual; “Inútil Pasagem” de A. C. Jobim; “A Garraf” de Gonzalo del Val; “Como que voz” de L. de Camoes y A. Oulman; “Kaixo Polita” de David Mengual.
Grabado los días 30 y 31 de mayo de 2015 en Pottoko Studio por Fredi Peláez. Foto y artwork por Carlos Pericás.
Publicado por Fresh Sound New Talent
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