Entrevista en San Sebastián, el 29 de octubre del 2008, con Henry Threadgill tras su actuación con el grupo Zooid en el Teatro Victoria Eugenia. El encuentro tuvo lugar en el hall del hotel donde se hospedaba. Una hora después de dicho concierto la charla transcurrió frente a unos sandwiches y un José Dávila con mucho sueño, que abandonó la entrevista antes de su final, pero que sorprendió por el gran interés por escuchar a su líder.
Publicado originalmente en el número especial de Otoño – Invierno de 2009 de la revista Mas Jazz. Reproducido con permiso de la revista y de su autor: gracias a ambos.
HENRY THREADGILL: ¿Es eso un teléfono móvil?
JORGE LÓPEZ DE GUEREÑU: No, es una pequeña grabadora digital que voy a estrenar hoy. No utiliza cintas ni discos. Grabas y lo descargas en el ordenador. ¿No es increíble la tecnología?
HENRY THREADGILL: Me considero un dinosaurio: no me gusta nada la tecnología, sólo nos hace sus esclavos. No tengo móvil, hasta hace unos meses ni siquiera disponía de dirección de correo electrónico, y la verdad es que aunque la tengo ahora, apenas utilizo Internet. Tengo en casa un teléfono viejísimo que aún funciona bien, y si alguien me manda un fax, lo arranco de la máquina y lo leo donde quiero. Mi fax no se congestiona con virus (Dávila se ríe) como los ordenadores, ni me obliga a estar delante de una pantalla sin moverme.
JORGE LÓPEZ DE GUEREÑU: Sin embargo, su música no suena para nada como algo de otra época, sino como algo terriblemente actual, muy de este tiempo tan lleno de tecnología.
HENRY THREADGILL: La tecnología está ahí, pero no le hago mucho caso. Llega un momento en tu vida en el que tienes que saber elegir lo que quieres. Yo no quiero que nada me distraiga: ni la tecnología, ni el tráfico o la gente que no me interesa. Trabajo casi siempre fuera de casa, tocando, de gira, así que cuando estoy en casa no tengo ninguna gana de poder ser contactado. Además, tengo la sensación de que no está sucediendo nada realmente nuevo que sea importante, a pesar de todos estos supuestos avances. No me parece que los haya en la ciencia que sean realmente excitantes, sino que la tecnología avanza en la dirección que marca el mercado, y esa dirección tiene poco que ver con la que interesa realmente a la humanidad. Tampoco me parece que haya grandes avances en lo sociológico. A mí me sigue interesando más salir a dar una vuelta por el parque y mirar los árboles y escuchar los pájaros, contemplar a la gente.
JORGE LÓPEZ DE GUEREÑU: De hecho en la introducción de su concierto de hoy hay momentos, con su grupo acompañándole de una manera muy suave, en los que con su flauta parece estar rememorando ese tipo de situaciones, como si estuviese representando sus sensaciones rodeado de pájaros en un parque.
HENRY THREADGILL: Es que más que ver lo que ocurre en el mundo a través de la televisión prefiero observar a la gente a mi alrededor caminando, andando en bicicleta o en los coches, y espero que esto se refleje en mi música. Soy un estudioso de la vida.
JORGE LÓPEZ DE GUEREÑU: Esa actitud de observador es evidente en la que demuestra en las actuaciones con sus grupos; no veo muchos líderes tan atentos como lo está usted a lo que los miembros de sus bandas hacen en cada momento, reaccionando de manera tan clara a lo que ellos tocan.
HENRY THREADGILL: Bueno, yo…soy un compositor. Como compositor, tienes que crear un lienzo sobre el que pintar, y en ese soporte es donde cuentas lo que es la vida para ti, lo que te rodea. Digamos que te tienes que situar en un plano muy abstracto, y esa abstracción es lo que hace a mi música contemporánea. Aunque es cierto que a pesar de esa abstracción, siempre hay una conexión con lo que te rodea, con lo que ves en la gente a tu alrededor, gente conduciendo, mujeres bellas, gente hablando por el móvil…
JOSÉ DÁVILA: Mucha distracción, en cierto modo. (risas).
HENRY THREADGILL: Toda esa información la recoges y tratas de… hacer algo con ella. También estás influido por todas las noticias que ocurren en todo el mundo.
Dávila, que está visiblemente cansado, se retira a su habitación, tras despedirse.
JORGE LÓPEZ DE GUEREÑU: Cuando habla de lo contemporáneo, parece muy preocupado por el tiempo.
HENRY THREADGILL: No tengo tiempo para ver y escuchar todo aquello que otros hacen o han hecho. Tú eres pintor. No creo que tengas tiempo para ver todo aquello que Picasso y otros han hecho, de la misma manera que yo no lo tengo para escuchar todo aquello que otros tocan. Me gusta mucho lo que hacen otros compositores, pero…
JORGE LÓPEZ DE GUEREÑU: ¿Ha cambiado su percepción del tiempo a lo largo de éste, en su madurez?
HENRY THREADGILL: Por supuesto. Lo que más cambia la percepción del tiempo son los viajes. Cuando estás en otro país, la percepción del tiempo cambia. No es igual cuando estás en la India, que cuando viajo por Sudamérica o cualquier otro lugar.
JORGE LÓPEZ DE GUEREÑU: ¿Se refleja ésta diferencia de percepción en su música?
HENRY THREADGILL: Claro. Eso es muy interesante, como lo es la relación entre lo occidental y lo que no lo es. Mira a Matisse, cómo evoluciona lo que hace tras su contacto con la cultura del este. Me interesan también mucho la arquitectura y la ingeniería, en concreto los puentes, porque como la música, tienen una funcionalidad. Los puentes están definidos para el tránsito de la gente, pero dependen del material que se pueda utilizar para construirlos, del viento en el lugar donde se construyen, del agua que pasa bajo ellos, o de los terremotos que puedan sufrir… Aún así, con todas esas necesidades, pueden ser estéticamente muy diversos. Mi música es igual: hay muchos aspectos previos que debe cubrir, muchas cosas que tiene que contar, pero aún así, tengo que encontrar el marco perfecto para hacerlo, tengo que crear un molde del que salga algo.
JORGE LÓPEZ DE GUEREÑU: Puede que me ocurra porque soy un pintor: cuando usted se autodenomina como compositor, lo primero que me viene a la cabeza es la música llena de imágenes. Para mí es muy familiar su lenguaje, el hablar de música como si lo hiciésemos de pintura.
HENRY THREADGILL: Yo estudié pintura, y mucho de lo que aprendí sobre las proporciones lo aplico a la música. La composición no es tan diferente en nuestros casos. Los pintores y los músicos la abordamos de manera parecida.
JORGE LÓPEZ DE GUEREÑU: Entonces, cuando compone, ¿tiene una visión? ¿Ve realmente imágenes o pinta con sonidos? ¿Es algo así lo que sucede en su mente?
HENRY THREADGILL: Lo que compongo proviene de ideas y pensamientos muy abstractos, que constituyen una realidad en mi mente, que convierto en algo físico con el sonido.
JORGE LÓPEZ DE GUEREÑU: Esa capacidad siempre ha sido evidente en su música, pero especialmente desde su banda Very Very Circus. En su música realmente se visualiza perfectamente un mundo, el del circo, a través de sonidos muy contemporáneos que en principio no guardan una relación muy directa con ello. Esa capacidad, ¿es un don?
HENRY THREADGILL: Una parte es un don, y otra, mucho trabajo. El trabajo consiste en refinar el don. Tienes que trabajar en ello para conseguir algo aún más profundo. Mi manera de trabajar es siempre la misma: cuando empiezo, voy de nuevo al punto cero, al punto de origen; por decirlo de una manera que vas a entender muy bien, vuelvo al blanco del lienzo o del papel como punto de partida. Ahí, en el lienzo en blanco (en este caso, el pentagrama), ya tienes los colores y las proporciones, tienes que verlos. Aún a pesar de todo ese trabajo hecho antes, vuelvo a partir de cero, para llegar más allá. Cero me llevará a otro lugar…
JORGE LÓPEZ DE GUEREÑU: ¿Hay algún lugar que le interese especialmente ahora?
HENRY THREADGILL: Ahora mismo estoy releyendo el Ulises de Joyce y meditando mucho sobre los increíbles aspectos de su composición. La primera vez que lo leí lo hice para entenderlo. Ahora lo hago en términos de estudio de su composición.
JORGE LÓPEZ DE GUEREÑU: Pero no porque intente hacer algo basado en ese libro, como una ópera musical o algo parecido, supongo…
HENRY THREADGILL: No. Me interesa más el substrato más profundo de la obra. Entender su estructura, que es muy parecida en términos abstractos a lo que persigo como compositor. Cómo conecta todos los aspectos, como un pintor conectando los lados izquierdo y derecho del cerebro. Ahí está todo lo que me interesa, más que en mucha de la música que se crea. Hoy día me interesa mucho más algo tan lejano de lo que hago como la migración de las ranas, que la música que me rodea.
JORGE LÓPEZ DE GUEREÑU: Eso es fácil de decir para alguien como usted, que siempre ha tenido un lenguaje personal en el que expresarse. Usted no necesita hablar de post free jazz o de cualquier otra etiqueta, porque siempre ha sido usted mismo y ha sabido hacia donde se dirigía…
HENRY THREADGILL: No, nunca me han interesado las etiquetas, menos aún ahora, cuando están desapareciendo hasta las de los discos.
JORGE LÓPEZ DE GUEREÑU: ¿Tiene alguna idea de hacia donde se dirige la música?
HENRY THREADGILL: No, ni siquiera sé hacia donde voy yo mismo. Espero que la gente joven haga algo realmente nuevo y maravilloso, que yo no sea capaz de hacer.
JORGE LÓPEZ DE GUEREÑU: ¿Por eso se rodea siempre de nuevos y jóvenes músicos, como Dávila, Kavee, Ellman y Takeishi en su Zooid?
HENRY THREADGILL: Claro. Espero que estos jóvenes me cuenten algo con su música sobre sus ideas revolucionarias, algo de lo que yo no tenga ninguna idea. Al final, los compositores nos vemos siempre en esa situación en la que se encontraba Ellington, forzado a escribir algo distinto para esos músicos que tenían que tocar su música. Me gusta componer no para cualquier grupo sino para éste, en el que conozco a cada uno de sus miembros y lo que pueden hacer, y a pesar de ello, que improvisen y de repente me encuentre diciéndome a mi mismo: “oh, nunca pensé en eso hasta ahora…” Yo les doy la oportunidad, y a partir de ahí, que sean creativos.
JORGE LÓPEZ DE GUEREÑU: Empezó a trabajar con esta banda, Zooid, más o menos al mismo tiempo que realizó sus últimas grabaciones, en el 2001. ¿No ha grabado de nuevo desde entonces?
HENRY THREADGILL: ¿Para quién? Ya ni siquiera existen las compañías discográficas. Las grandes, como Blue Note (aunque aún esté ahí su nombre), han desaparecido, y las pequeñas también se han visto afectadas por la era del ordenador. Ahora, cualquiera puede grabar un disco, y esto afecta a la calidad de lo que se publica. No quiero ser arrogante, pero cuando se graba un disco se está dejando un legado. Se debería estar haciendo arte, cosa que por desgracia, ya no hace mucha gente cuando graba. Yo tengo una misión espiritual en la vida. No hago esto para ganar dinero, hago algo espiritual. Hago música para cambiar a la gente. Quiero que la gente se sienta mejor cuando escuche mi música. Si toco y no consigo que la gente sienta y piense algo diferente cuando lo hago, he fracasado. Eso es lo que quiero hacer en la vida, algo espiritual,. Es lo que creo que la música debería ser: algo espiritual. Para eso estoy aquí, quiero llegar a la gente.
JORGE LÓPEZ DE GUEREÑU: Bueno, pues tengo que decirle que desde luego, a todos los que estábamos hoy en el teatro realmente nos ha llegado.
HENRY THREADGILL: Bueno, cuando la gente me aplaude como hoy, no es agradecimiento lo que siento, porque no se trata realmente de mi, sino felicidad: se trata de mi público, el que me escucha es el que realmente me interesa. Si le ha llegado mi música, no si yo la he tocado bien o mal. Puede sonar grandilocuente, pero estoy haciendo música para la humanidad. Eso es exactamente lo que hago.
Entrevista e ilustraciones: © Jorge López de Guereñu, 2010
Publicado originalmente en Tomajazz en mayo de 2010.
2 comentarios