Immanuel Wilkins Quartet (46 Festival de Jazz de Vitoria-Gasteiz 2023. Mendizorrotza, Vitoria. 2023-07-06) Por Antonio Torres (texto y fotos) y Pepe Mateos (fotos) [Concierto de Jazz]

Immanuel Wilkins Quartet

46 Festival de Jazz de Vitoria-Gasteiz 2023

Fecha: 6 de julio de 2023
Lugar: Polideportivo Mendizorrotza
Grupo:
Immanuel Wilkins: saxo alto
Micah Thomas: piano
Matt Brewer.: contrabajo
Kweku Sumbry: batería

Segundo día en Mendizorrotza del Festival de Jazz de Vitoria-Gasteiz, lluvia en el exterior, pero nada hacía presagiar que la mayor granizada en catorce años iba a caer sobre Vitoria unos minutos antes del comienzo de los conciertos. Veinte minutos de granizo, del tamaño de pelotas de golf, sobre el techo del polideportivo de Mendizorrotza, nos hicieron temer a los que estábamos ya dentro que el concierto podría peligrar. Afortunadamente la granizada paró y aunque los exteriores estaban complicados para acceder al polideportivo, pudo más el interés de los aficionados por estar presentes en lo que a priori, como así fue, era el día más atractivo del festival.

Brad Meldhau comenzó la jornada con su formación favorita, el trío, y además con músicos con los que cubre etapas de larga convivencia, en este momento el contrabajista Larry Grenadier y el batería Jeff Ballard. El concierto transcurrió por lo esperado. Música intimista ejecutada con perfección, donde no se percibe una nota de más, pero tampoco una nota de menos, en este caso composiciones del propio Meldhau con una intensidad muy medida que va conduciendo a un público que incrementa su entusiasmo conforme pasan los minutos. Concierto que se disfruta, que se hace corto y que termina con un tema ajeno al pianista, que supone un homenaje a uno de los grandes compositores de todos los tiempos, Cole Porter y su tema “From this moment on”.

Un concierto redondo al que se le pueden poner muy pocas pegas, salvo esa manía que tiene Brad Meldhau, que desgraciadamente se está extendiendo a otros artistas, de dejar fuera a los fotógrafos que hacen su trabajo dignamente, pero que no evita que salgan después imágenes y grabaciones variopintas que inundan las redes: en definitiva, no son nada más que ganas de querer poner puertas al campo y dejar fuera a profesionales que añaden valor al festival y a los artistas.

El segundo concierto del día, bendita costumbre que siguen manteniendo los festivales de San Sebastián y Vitoria, venía precedido por el interés despertado por el saxofonista Immanuel Wilkins, que con 25 años, ha logrado de la mano del prestigioso sello Blue Note (que ha posibilitado la publicación de sus dos trabajos como líder, Omega -2020- y The 7th Hand -2022), dejar la impresión de que estamos ante el nacimiento de una importante figura del jazz actual.

Su buena acogida en su primera actuación en España, en la Sala Berlín de Madrid, en marzo del pasado año, y otros conciertos en pequeñas salas europeas, han animado al sello discográfico a iniciar una nueva gira, esta vez más ambiciosa, en las que combina grandes festivales y clubs de jazz, espacios estos últimos, donde Wilkins se siente especialmente cómodo. El Festival de Jazz de Vitoria-Gasteiz es el único que hará este año en España, a lo que hay que añadir su presencia en la Sala Caracol de Madrid el próximo octubre.

La música de Immanuel Wilkins creó en el “Mendi” desde el minuto uno, una atmósfera muy especial, basada en la creación de soportes melódicos que se repiten y sobre los que navega el cuarteto, adoptando cada músico una posición de libre expresión, pero volviendo continuamente a la melodía de base. Aunque podemos identificar los elementos que han conformado el jazz desde sus orígenes, lo que oímos suena muy actual y yo diría también como muy nuevo. De manera hierática, sin concesiones de ningún tipo, Wilkins se lanza a fraseos inalcanzables con su saxo alto, que nos pueden recordar a Charlie Parker, pero más por la dificultad técnica que encierran que por el sonido que se deriva del instrumento, que nos acerca más al Coltrane de la última época, sonido que busca la trascendencia, una visión espiritual que persigue el joven músico de Filadelfia, muy unido a vivencias religiosas y que logra transmitir a un público pegado al asiento con un silencio respetuoso, que contrasta con la energía de la música que está recibiendo.

A destacar el soporte melódico, pero también de improvisación que genera el pianista Micah Thomas, inseparable de Wilkins desde que se conocieron en la Juillard y que juntos conforman el núcleo esencial del grupo; el batería y percusionista Kweku Sumbry, un creador insaciable de atmósferas rítmicas, y el contrabajista Matt Brewer que se añade al grupo en este tour. La traca final fue el tema “Lift”, casi treinta minutos de improvisación trepidantes, que quizás era demasiado para algunos aficionados, pero que demostraron cómo Wilkins expresa su propia forma de búsqueda de la esencia de la música que los grandes siempre buscaron.

Un éxito para los programadores del Festival de Jazz de Vitoria, y no el único.

Después de ese diluvio de sensaciones musicales salir a las calles de la ciudad con diez centímetros de hielo, en Julio, acentuaron otras, no musicales, de un tiempo nuevo lleno de incertidumbres y de certezas que muchos no quieren ver.