38è Cicle de Jazz al Casino de Granollers
- Fecha: Viernes, 17 de mayo de 2013
- Lugar: El Casino de Granollers, Granollers, Barcelona
- Componentes:
José Alberto Medina: piano
Dick Oatts: saxo alto y soprano
Paco Weht: contrabajo
Mariano Steimberg: batería
Invitado
Claudio Marrero: saxo tenor en tres temas
Comentario:
Sexto concierto y antepenúltimo del “38è Cicle de Jazz al Casino”, en pleno meridiano primaveral, totalmente descontrolado, donde pasamos de la manga corta al polar, sin solución de continuidad, en constantes zigzag. Todo lo contrario del clima social, económico y político, cada vez más regresivo, como si se tratase de una moviola de sentido único. Así nos encontramos con una nueva ley, que se publicitaba, para el fomento del empleo que genera más desempleo y, se recomienda, desde la televisión pública estatal, el rezar para disminuir los efectos del paro, alrededor del 27%. Será aquel, el rezo, el motivo por el cual, el ministro de educación, el señor Wert, otorga a la asignatura de religión un mayor peso específico del que tenía y debería, para contento de la Conferencia Episcopal, la cual mantiene entre otras perlas, que la asignatura “debe conservar su auténtica dimensión evangelizadora de transmisión y de testimonio de fe”. Otro acontecimiento, rancio y fuera de lugar, fue el protagonizado por la delegada del gobierno español en Catalunya, que condecoró a excombatientes de la División Azul –miembros que lucharon con las tropas de Hitler-. Resumiendo, y en palabras del filósofo Josep Ramoneda, estamos ante “la restauración conservadora” (Ara, 19-05-13).
A este paso, el estado español se va a convertir en territorio abonado para todo tipo de propuestas regresivas, conservadoras y protectoras de las esencias más rancias. Terreno abonado, en el campo del jazz, para los predicados y predicadores más arcaicos del tipo “Lincoln Center” (“que dicen lo que es jazz y lo que no”, Ken Vandermark, El País, 9-03-13), con o sin Wynton Marsalis.
Quede claro que participo del criterio que el jazz es un auténtico y gran paraguas multicolor, y cuanto más diverso y amplio mucho mejor, desde lo más clásico a lo más contemporáneo, donde cada uno pueda elegir el que más le guste y apetezca, sin imposiciones ni disposiciones dictatoriales, sean académicas o de mercado.
En el auditorio del casino de Granollers, nos dimos cita algo más de cuarenta personas, nada ajenas al discurrir actual, para ser receptoras, nada pasivas, de la nueva propuesta del trío del pianista canario José Alberto Medina, residente en Catalunya desde hace más de una década, formación conocida por el acrónimo J·A·M·3. En esta ocasión presentaron su, ya, quinto trabajo discográfico, titulado Broten (del verbo brotar).
Para este proyecto han contado con la colaboración del maestro y saxofonista estadounidense Dick Oatts, de contrastada y dilatada trayectoria, visitante relativamente asiduo de los escenarios catalanes. Según contó Medina, con Oatts se conocieron hace algo más de dos años, cuando coincidieron en Tenerife para la grabación de Atlántida (2010), el primer disco de la Big Band de Canarias. En Granollers iniciaron la pequeña gira que los llevará a distintos escenarios de Barcelona (la actuación del Jamboree será grabada por RNE-Ràdio4), Terrassa, Madrid, Bilbao, Valencia y Girona.
La propuesta, al menos en directo, bebe de distintas fuentes, unas más próximas en el tiempo que otras. Las composiciones de Medina, de fragancias melódicas de recuerdo más europeo, se desenvolvían de forma sinuosa y de notable andar: “Travels”, “Top tantra”, “Broten”, tema de inicio tranquilo que pasa por un groove bien generoso parar retornar a su calma inicial, con Dick al soprano, o “Mr. Dick” –de claro homenaje al invitado de honor-. Las composiciones de Oatts, traían unas atmósferas que nos hicieron recordar a un post hard-bop bien elaborado, engrasado y musculado: “King Henry”, “Horten’s lament”, una balada de nocturnidad cinematográfica, y el bis “Simone’s dance”, un funk perfecto para finalizar la velada. Hay que añadir “Yesterdays”, único estándar de la noche.
En los tres temas de Oatts se sumó al cuartet, el joven saxofonista canario Claudio Marrero, que dejo buenas muestras de sus saberes y que se acomodó perfectamente a la dinámica del grupo sin desmerecimiento alguno ni alterar la marcha de la actuación. Saxofonista al que habrá que seguir la senda.
J·A·M·3 funciona como un todo orgánico, donde los cambios de dinámicas fluyen de forma natural, sin forzamiento alguno. Se nota la continuidad así como la progresión a lo largo de una buena década, constancia nada habitual en el mundo del jazz y que tan buenos resultados aporta. La integración y complicidad de Dick fue total, mostrando su maestría, muy especialmente en el saxo alto, lírico y emotivo o incisivo y visceral, según las circunstancias, y jaleador incansable de sus compañeros. Un auténtico maestro-amigo.
Texto y fotografías: © Joan Cortès, 2013