32 Festival Jazz Terrassa
- Fecha: 14 de marzo de 2013
- Lugar: Nova Jazz Cava (Terrassa)
- Componentes:
Joanne Brackeen: piano
Dietmar Fuhr: contrabajo
Dejan Terzic: batería - Comentario:
No deja de sorprender que casi 10 años después de su última actuación en Cataluña —en febrero de 2004, en un ciclo de piano solo en el Teatre Lliure de Barcelona—, la Nova Jazz Cava presentara un aspecto más bien desangelado. Es más, algunos solo recordaban haber visto a Joanne Brackeen a comienzos de los 80, en el antiguo Zeleste de la calle Platería —hoy Argenteria, en pleno barrio de la Rivera de la ciudad condal—, como sidewoman de Joe Henderson. Brackeen no es, en términos de popularidad, tan conocida como Roy Hargrove, Dave Holland o Jason Moran, por decir tres nombres que han desfilado por el certamen egarense en los últimos años, pero presenta un currículum tan o más excelso que el de las figuras aquí citadas, y una carrera en solitario con trabajos de primera categoría. El suyo es un discurso en cierto modo ortodoxo, de formas canónicas y melodías claras. Pero, permítanme el tópico, con una fuerte dosis de lirismo y elegancia, sobre todo en los temas a piano solo, que fueron sin duda lo mejor de la noche.
En compañía de una base rítmica más bien discreta, abrió la primera parte con un clásico de clásicos, “All The Things You Are”, pieza interpretada hasta el sopor en eventos de todo tipo, en especial en brasseries y jams de diverso pelaje. Pero, y perdonen si caigo de nuevo en el tópico, sonó diferente a manos de la pianista Brackeen. Fue una versión distinta de lo habitual, no por el arreglo o la estructura del tema, sino por la majestuosidad de un solo de piano tan torrencial como contenido, sin aspavientos ni trinos de más, marca de la casa de un estilo que se repitió a lo largo del recital. La fórmula, entre comillas, brackeeniana sirvió a un repertorio de estándares también archiconocidos: “Someday My Prince Will Come” y “Wave”, entre otros. El contraste se produjo en las piezas de autoría propia como “Cuban Exchange”, un latin de reciente composición.
Acompañaban a Joanne Brackeen el contrabajista Dietmar Fuhr y el baterista Dejan Terzic. El primero apuntaló con solidez el swing de cada pieza y ofreció una colección de solos más que notables. El segundo swingueó como es debido pero se mostró pobretón en cuanto a imaginación e incluso recursos, en especial en los temas de ritmo latino. En honor a la verdad, cabe decir que en el segundo pase Terzic arrancó con un brío a la altura del savoir faire de sus compañeros de escena. Su estilo mejoró de forma notoria, hasta el punto de rematar la jugada con un solo más que correcto.
Los piano solo, como indicábamos al inicio de este humilde escrito, fueron los pasajes más memorable del concierto. Tanto en la interpretación de “Body and Soul”, en el primer pase, como de “Lush Life”, en el segundo, Brackeen mostró su faceta más exploradora, de música magnética en la que, sin necesidad de recurrir al efectismo —tan noble en otros artistas, por otra parte— todas y cada una de las notas que ejecutaba eran como un regalo. Fue precisamente después de tan tamaña exhibición de buen gusto cuando encaró una recta final que concluyó con un bis a modo de blues. Se puede afirmar que Brackeen se metió al público en el bolsillo desde el primer minuto, pero sin duda recibió las ovaciones más sonoras después de cada interpretación en solitario. Sería un detalle, por pedir que no quede, que alguno de nuestros promotores hiciera posible una nueva visita de Joanne Brackeen, esta vez a piano solo. Quien sabe, con un poco de suerte incluso conseguíamos que el local se llenara hasta los topes. Sin duda se lo merecería tanto la artista como el, este año, heroico Festival Jazz Terrassa.
Texto: © Martí Farré, 2013
Fotografías: © Joan Cortès, 2013
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