32º Festival de Jazz San Juan Evangelista. “Lo nuestro, compás y feeling”
- Fecha: 2 de noviembre de 2013.
- Lugar: Colegio Mayor San Juan Evangelista (Madrid)
- Grupo:
Jorge Pardo: saxos tenor, soprano y flauta travesera
Flavio Rodríguez: guitarra flamenca
José Manuel Ruiz Motos “Bandolero”: batería y percusión
Pablo Martín Caminero: contrabajo
David Pastor: trompeta
Comentario: Jorge Pardo fue el primer español en recibir el Premio al Mejor músico Europeo de Jazz. Lo hizo en el Théâtre du Châtelet de París el 15 de Enero 2013.
De esta guisa se presentó en el templo de la música creativa en Madrid y de España con una larga trayectoria que abarca casi medio siglo y que Jorge Pardo tuvo el honor de casi cerrar quién sabe si para siempre.
Dubitativo en la salida al escenario y decidido a la hora en encarar con su negra flauta travesera improvisaciones a capella entre las que incluyó La Danza del Fuego de M. Falla y el Bolero de M. Ravel, acompañado posteriormente por el percusionista “Bandolero”.
Tras los primeros aplausos, Jorge Pardo anunció la interpretación de “Zapatito” un tema perteneciente a su último trabajo en estudio Huellas (Manantial de Músicas 2012). Con el grupo ya al completo, Jorge Pardo se mostró tan intenso como preciso al saxo soprano curvo. Mientras David Pastor modula con soltura y gracia flamenca demostrando porque es uno de los mejores trompetistas de España.
Jazz que destila esencia de flamenco tocado con pasión carmesí tal y como antaño lo hicieran Pedro Iturralde o Miles Davis. Armonías y melodías con embrujo, el saxo tenor de Jorge Pardo es un cantaor que “llora lágrimas de talento” con la aportación de la doliente guitarra flamenca de Flavio Rodríguez. New age y jazz étnico con carisma, explosión de colores y sabores que en la piel de toro llamamos flamenco-jazz.
Y otra vez y mil, el tipo grande con trompeta “enorme” (David Pastor) se ofrece swingueante, intenso en el arrebato como un negro tocando por bulerías. “Bandolero” percutiendo frescura, naturalidad y sabia espontaneidad como si brotara agua de un manantial tanto a mano desnuda como a baqueta dura.
No siente “miedo escénico” ni temor a enfrentarse a sí mismo, Pablo Martín Caminero es capaz de lanzarse al ruedo con su contrabajo de torero. Sus dotes técnicas son innegables ¡Valiente! le gritaron desde el patio de butacas. Mejor aún, al final: ¡Bravo!
¡Qué osadía Jorge, la tuya! ¡Qué desparpajo”! ¡Qué Arte! ¡Qué frescura y vitalidad! ¡Qué hondura de sentimiento! Si por sonar, hasta la flauta te suena a misticismo esotérico que hubiera firmado el mismísimo Paul Horn en Inside the Great Pyramid.
Mil texturas y combinaciones de mestizaje, alma flamenca, cuerpo de jazz. Un viaje alrededor del mundo (World Music), aromas de jazmín y azucena que dejan huellas.
Huellas y Huellas que dejan vacio un escenario y un patio de butacas que durante décadas estuvo repleto de sonidos eternos y cuya magia aquí se detiene… ¿Para siempre?
Texto: © Enrique Farelo, 2013
Fotografía: © Sergio Cabanillas, 2013
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