Por Juan F. Trillo.
K Quintet, el grupo liderado por la pareja formada por Ksenia Parkhatskaya y David Duffy, lanza su primer disco, Something Else, un primer disco muy prometedor y que es de esperar les haga llegar a una audiencia cada vez más amplia. Parkhatskaya y Duffy ofrecen una música capaz de satisfacer a un amplio espectro de oyentes, compuesta por melodías clásicas que nos retrotraen a mediados del siglo pasado. Por otro lado, el grupo saca partido de toda la tecnología moderna a su disposición para conseguir “un sonido único y definido”, que evoca ese ambiente clásico del que hablábamos antes. Las sesiones de grabación se han realizado en Barcelona, en los estudios Vértigo, y resulta evidente que en ellas han puesto tanta energía como les ha sido posible.
K Quintet se formó en el verano pasado y el hecho de que ya tengan su primer álbum editado indica que van quemando etapas con rapidez, aunque sin duda a ello contribuye el que tanto Parkhatskaya como Duffy cuentan con una larga experiencia profesional. Es preciso mencionar, igualmente, que el grupo ofrece algo más que buena música jazz, algo inusual y que resulta ser una agradable sorpresa: la cantante es una excelente bailarina de danza moderna (profesional de la danza, en realidad) y el vídeo promocional deja constancia de ello. Para su producción Parkhatskaya ha recurrido al fotógrafo Marc Costa, quien ha elaborado una filmación minimalista en la que todo el protagonismo recae sobre las tres bailarinas (Aina Lanas, Marina Pravkina y la propia Parkhatskaya). No necesita más.
En la entrevista de Tomajazz, los líderes del grupo nos hablan sobre su trabajo y sobre su proceso de creación.
Tomajazz: Something Else, es un álbum que evidencia un trabajo meticuloso. Háblanos, por favor, del proceso de grabación.
Ksenia Parkhatskaya: Grabar la parte vocal fue una sorpresa emocionante para mí, porque era la primera vez que trabajaba en un estudio de grabación con músicos profesionales. Sé que para una cantante profesional no es nada especial, pero para mí fue algo muy emocionante, había mucha energía fluyendo y, por supuesto, una cierta presión sobre mí, pero me lo tomé como un juego, como una experiencia maravillosa.
La mayoría de los temas instrumentales fueron compuestos por David y algún otro los compusimos entre David y yo, en los que yo creaba algunos scats, frases y melodías que luego pudiera bailar. Es algo que hago a menudo. Cuando bailo, cuando estoy improvisando o cuando estoy dando clase puedo inventar en el momento líneas, riffs, frases… me encanta crearlas. Es algo que está muy relacionado con mi vida, con mi carrera de bailarina.
Así que, cuando grabábamos las partes instrumentales, era David quien realmente dirigía el proceso. Yo estaba en la cabina de grabación probando a bailar lo que escuchaba, porque en realidad la idea original al grabar este álbum era disponer de música para mis cursos de baile on-line. Una buena parte de mi enseñanza de baile y coreografía es a través de grabaciones de vídeo, pero hoy en día hay muchos problemas para hacerlo así debido a las restricciones de los derechos de autor. Si, por ejemplo, bailas algo con música de Oscar Peterson, van a bloquear tu vídeo en todas partes. Así que, ¿cómo se supone que una bailarina va a tener la oportunidad de crear coreografías?
Por eso me dije que ya era suficiente. Imparto muchas clases on-line de danza swing y de jazz y necesito una música con la cual me identifique, con que me sienta confortable, música que no sea bloqueada cuando la subo a internet. Ese fue el propósito inicial de estas grabaciones. David se ocupó de la composición, de dirigir a los músicos y del proceso de grabación. Yo me preocupaba de si funcionaba a la hora de bailarla y sugería cambios a partir de lo que sentía con mi propio cuerpo. De alguna manera estaba probando cómo respondía mi cuerpo a esta música.
Por supuesto, a los músicos les dimos indicaciones por adelantado, establecimos el ambiente que queríamos crear, les propusimos como referencias la música que habían hecho Ben Webster, Lester Young, Scott Peterson, Red Garland… Una playlist para que se hiciesen una idea de lo que estábamos buscando.
En cuanto a mí, por el momento, la danza es mi principal ocupación, pero mi actitud tanto hacia la danza como hacia la canción es de exploración y de experimentación. Yo diría que soy como una niña, con los ojos muy abiertos, que está descubriendo cosas y quiere probarlo todo.
Tomajazz: Resulta interesante que logre repartir sus energías creativas entre la canción y la danza, con tan buenos resultados en ambas, algo que desde luego no es frecuente. ¿Algún problema al cambiar de una a la otra?
Ksenia Parkhatskaya: Es una pregunta interesante y es cierto que es difícil dedicarse al cien por cien a dos actividades tan distintas como son bailar y cantar. Pero afortunadamente para mí, hago danza jazz y eso hace que no sean en realidad tan diferentes. Es cierto que paso la mayor parte del tiempo bailando, pero para ello tengo que aprenderme las canciones a base de repetirlas una y otra vez. Para coreografiar tengo que conocer a la perfección esas canciones y a menudo termino cantándolas, porque necesito conocer las frases y entender todo el proceso musical, de manera que pueda transformar todo eso en movimiento. Necesito atrapar los ritmos y las melodías y las estructuras y sentirlas con mi cuerpo, por eso cuando estoy bailando, suelo cantar, especialmente cuando estoy improvisando.
Así que, bueno, estoy dedicándome a estas dos actividades, a cantar y a bailar, y aunque todavía no tengo una agenda de conciertos, sí que participo cantando ocasionalmente en alguna jam session o tal vez en un festival de danza swing. A veces incluso combino canción y danza en un mismo tema, podría concluir que ambas disciplinas forman parte de mi vida y de mí misma, que juntas constituyen un todo.
© Nuria Aguade
Tomajazz: El vídeo “Something Else” destaca estéticamente y damos por supuesto que usted ha preparado la coreografía, ¿ha sido así? ¿Cómo fue la filmación?
Ksenia Parkhatskaya: Sí, soy la coreógrafa y es algo de lo que me siento muy orgullosa, me hace sonreír de felicidad, porque, como ya he dicho este es un álbum que grabamos para tener una música propia con la que poder bailar. Sin embargo, hay algo interesante y es que no toda la música que incluye me hace desear bailar simplemente; una parte de ella me estimula a crear coreografías. Y es curioso porque en algunos casos, no soy capaz de ver los movimientos en un primer momento y tengo que escuchar la canción una y otra vez, me lleva algún tiempo crear la acción, por así decirlo. Necesito escuchar repetidamente un tema e imaginar lo que sentía cada músico, meterme en su piel y sentir lo que ellos sentían.
Para este vídeo invité a dos fenomenales bailarinas, Aina Lanas, de Barcelona, que es realmente épica. Es especialista en danza contemporánea y urban dance. Luego está Marina Pravkina, una bailarina de origen ruso que se ha especializado en danza jazz y bebop. Las dos incluyen el jazz en su repertorio y eso hace que el resultado sea tan eficaz, en conjunto, somos tres personalidades muy fuertes sobre un escenario al mismo tiempo, dependiendo unas de otras. Todo el proceso de coreografiado me llevó algún tiempo, porque quería dejar espacio para que cada una de ellas pudiese improvisar un poco. Pero luego todo fue muy rápido y contábamos con el fantástico fotógrafo Marc Costa encargándose de la filmación. También tuvimos que combinar cuidadosamente la iluminación y el cambio de vestuario.
En conjunto, fueron momentos maravillosos, como un movimiento circular en el que la música y la danza se inspiraban mutuamente. Filmamos toda la coreografía en unas ocho horas ininterrumpidas, con casi setenta tomas, un trabajo realmente intenso y muy exigente físicamente. ¡Cuando terminamos, necesitamos dos días para recuperarnos! Es algo muy intenso emocionalmente, porque tienes que darlo todo ante la cámara, así que estoy muy orgullosa de este trabajo.
Quisiera añadir, que, de los temas incluidos en el álbum, la mitad son composiciones propias y la otra mitad arreglos de temas clásicos.
Tomajazz: ¿Cuáles son sus planes para el futuro? ¿Es K-Quintet un proyecto a largo plazo?
Ksenia Parkhatskaya: Puedo decir que el futuro de K Quintet está asegurado al cien por cien y que vamos a seguir creando. Mi intención es formar un dúo estable con mi esposo David y ofrecer actuaciones regularmente, aunque es posible que no siempre haya cinco músicos en el grupo. Los dos estamos enamorados del jazz y el jazz forma parte de nuestras vidas. Hemos querido que la “K” figure en el nombre del grupo, ya que es la inicial de mi propio nombre, y nos gustaría que el sonido de esta letra se asocie de manera inmediata a la música jazz, igual que cuando mencionas la palabra “café”, realmente puedes olerlo. David y yo somos almas creativas, es algo que nos viene espontáneamente y, de hecho, ya estamos trabajando en nuestra próxima grabación, que se publicará en unos dos o tres meses. Será un EP y llevará por nombre Colors. Será un poco diferente de Something Else, porque se alejará del jazz clásico. Los temas estarán compuestos por David y por mí y en él participarán algunos artistas audiovisuales, como animadores y dibujantes 3D. Será un álbum arriesgado, en que experimentaremos con la intención de crear algo nuevo y fresco, algo así como una explosión de colores.
Tomajazz: Háblenos del proceso de composición de los temas de este disco y de las influencias que consideras más relevantes.
David Duffy: Para mí, el proceso de composición es una exploración en la cual me siento al piano y empiezo a buscar, es siempre una búsqueda. Es cierto que en este proyecto había ciertos parámetros que estaban definidos previamente, pues queríamos hacer una música que se ajustase a las necesidades de los bailarines, lo que significa introducir unos tempos determinados. En cuanto al estilo destacaría la música de Oscar Peterson, Ben Webster o Duke Ellington. Todos ellos tienen excelentes secciones rítmicas y es una música de jazz estupenda para ser bailada.
Así que, yo sabía que las melodías y los arreglos tenían que servir para esta función, es decir, para bailar. Esto suponía una limitación considerable, pero me pareció estupendo, porque es algo que ayuda a un compositor, ya que, si tienes todas las opciones disponibles, a veces no sabes muy bien qué escribir.
Al mismo tiempo, he estado preparando una pieza para una película, así que ha sido un período en el que he estado bastante ocupado. Reservamos el estudio de grabación en agosto y en unos diez o doce días tenía listas la mayoría de las melodías. Solo hizo falta llevarlas al estudio y materializarlas con el resto de los músicos.
Tomajazz: A menudo se ha etiquetado la música de K Quintet como “bebop”, pero tal vez se aproxime más hacia el “cool”. ¿Cuál es su opinión?
David Duffy: No sé muy bien de dónde procede esa idea de que nuestra música es bebop o quién lo mencionó por primera vez. Yo no diría que es particularmente bebop y me parece que sí es cierto lo que mencionas, en términos de cool jazz. Ciertamente, buscábamos un sonido suave, especialmente en los que interviene la trompeta y aquí mencionaría a Harry Sweets Edison como referencia musical. Queríamos evitar sonidos estridentes y desgarrados y buscábamos algo más dulce en su lugar; ciertamente no bebop.
Dicho esto, por lo general no le doy mucha importancia a los estilos o géneros, aunque si a la gente le gusta hacerlo, no hay problema. Sin embargo, en cuanto a mí, como he dicho, me siento al piano y escribo melodías con las que disfruto, que me estimulan. Si luego las etiquetan de esta o aquella manera, por mí está bien.
Tomajazz: Los temas vocales interpretados por Ksenia Parkhatskaya se ajustan muy bien a su voz. ¿Tienen pensado desarrollar su carrera como cantante o va a ser algo ocasional?
David Duffy: Estamos decididos a desarrollar su carrera como cantante. Cuando la conocí, su actividad principal era obviamente la danza y pensé que eso era todo, pero luego, en cierto momento, descubrí la voz tan maravillosa que tiene para el jazz y fue una auténtica sorpresa. Es algo que Ksenia lleva dentro y que siempre he querido que hiciésemos juntos, porque nos resulta muy fácil trabajar en equipo. Trabajar con tu pareja es muy agradable y hace que las cosas resulten más fáciles.
En un principio no teníamos pensado colaborar en la composición de los nuevos temas e iba a ser yo quien escribiese una música que se ajustase a los movimientos de la danza. Pero entonces llegó ella y empezó a improvisar a partir de lo que yo iba componiendo, a desarrollar su propia voz y ha sido maravilloso explorar más en esta línea. Es algo que vamos a seguir haciendo en el futuro, sin duda.
Tomajazz: ¿Cómo ve el futuro de K Quintet, a largo plazo?
David Duffy: Realmente tenemos intención de continuar haciendo música. Estamos preparando nuestro segundo álbum, que está casi terminado y que publicaremos hacia octubre, después de sacar algunos sencillos durante el verano. Estamos trabajando en la animación para el vídeo de uno de los temas, que debería estar listo para el mes de junio y, además, hay otra idea bastante importante para una canción llamada “Fear”, que tendrá una gran producción de vídeo. Esperamos poder materializar estos proyectos cuando la cuarentena termine y si todo va bien, estarán listos hacia septiembre u octubre, como he dicho.
Con todo esto en la mente, también miramos hacia la preparación de los directos, de los conciertos, que nos gustaría que fuesen una experiencia audiovisual, algo en lo que ya tengo una cierta experiencia. A medio plazo, nuestra intención es continuar produciendo música en la línea de Something Else, un jazz del tipo straight ahead, porque es algo que nos gusta. Pero, por otro lado, también haremos algo más expansivo, enfocado hacia el pop. Ksenia y yo esperamos seguir creando música juntos durante muchos años.
Texto: © Juan F. Trillo, 2020 / https://siunleonhablase.wordpress.com/ – https://www.facebook.com/jan.tilkut
Fotografías promocionales, salvo las indicadas en cada fotografía
Grupo: K Quintet
Título: Something Else.
Fecha de publición: 2020.
Grabado en: Vértigo Studios, Barcelona.
Voces: Ksenia Parkhatskaya.
Músicos: David Duffy, bajo; Gabriel Armagant, saxo tenor, Juna Mar Saque, trompeta, Carlos Sarduy Dimet, trompeta (1, 4, 7), Marc Martín Torrent, piano; Xavi Hinojosa, batería, Jake Klamburg, batería (1, 4, 7).
Bailarinas: Ksenia Parkhatskaya, Aina Lanas y Marina Pravkina.
Cámara y producción: Marc Costa.
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