Les rencontres d’Arles / 22ème Jazz À Junas
- Fecha: julio de 2015
- Lugar: Arles, Junas, Francia
Comentario:
La revista “The New York City Jazz Records, de periodicidad mensual, editada con tinta de la vieja escuela, la cual te deja los dedos bien oscurecidos, suele citar “Nueva York cada noche es un festival de jazz”. Salvando las distancias, podríamos decir que en la República Francesa, en periodo estival, cada día hay, como mínimo, un festival de jazz. Desde los más tradicionales a los más contemporáneos, desde los de gran formato y dispendio económico a los más modestos, y no por ello menos interesantes.
Nos desplazamos, por tercer año consecutivo, al Festival de Jazz de Junas (entre Nimes y Montpellier), que celebraba su 22ª edición, con prácticamente los mismos componentes que lo iniciaron, formado por dos asalariados y un gran equipo -por tamaño, entrega y capacidad de gestión- de “bénévoles” (voluntarios).
Previamente asistimos a otro festival, en esta ocasión de fotografía (campo al que Tomajazz le dedica su generoso espacio), a la 46ª edición de los “Rencontres d’Arles”, con 35 exposiciones. Un festival que, prácticamente, en su totalidad te permite ir caminando de un espacio expositivo a otro, permitiéndote disfrutar de las calles, callejuelas y edificios de esta impresionante e histórica ciudad.
De esta edición de “Les Rencontres de la Photographie” destacaría especialmente tres exposiciones, todas ellas con claro predominio del blanco y negro. Un blanco y negro de exquisito acabado. “Une collection” una extensa selección de obras de la “Maison Européenne de la Photographie”, que debido a su magnitud se exhibió en dos salas diferentes, “Oser la Photographie / 50 ans dune collection d’avant-garde à Arles” del “Mussée Réattu” y “Congo” de Alex Majoli y Paolo Pellegrin, expuesta en el “Parcs des Ateliers”.
Mención aparte, y a su vez relacionada con la cabecera de esta casa, merece un comentario la extensa exposición “Total records” (también en el “Parc des Ateliers”), con portadas de discos de 33 rpm, entre otras, de Blue Note, de la época monocromática, con la reproducción de la foto original, su reencuadre posterior y la caratula final del álbum (Sonny Rollins, Thelonious Monk, John Coltrane, Ornetre Coleman, …)
También estaban expuestas algunas de las portadas del sello muniqués ECM, que desde sus albores siempre ha mimado como nadie las imágenes y los acabados de sus producciones discográficas (ver el recomendable Tocando el horizonte. La música de ECM -Global Rhythm, 2008-, así como su catálogo en papel del 2009), creando una enseña visual propia e inmediatamente reconocible.
En la misma exposición se podían ver las imágenes de Tutu de Miles Davis. Fotografías realizadas por uno de los grandes maestros del género, Irving Penn, del cual, en la primera exposición citada, se podía disfrutar de algunos de sus excelentes y exquisitos trabajos en blanco y negro, entre ellos, distintas tomas con posiciones diferentes de los dedos de Miles para el disco.
A pesar de las reiteradas referencias realizadas al blanco y negro, uno no comulga con los fieles penitentes de que el jazz ha de estar fotografiado en tal, ni que este sea más artístico que el color. Concepciones que no dejan de ser meros tópicos, quizás válidas para discusiones bizantinas de sobremesa, más allá de ciertos intereses comerciales.
Después del festival fotográfico, y sin pausa, pasamos al festival de Jazz de la pequeña población de Junas (de unos mil habitantes). En esta edición, la organización presentó una nueva selección de fotografías de gran formato, en b/n, expuestas en dos calles y en el interior del Temple (de confesión protestante). Quince fotografías correspondientes a músicos que han participado en distintas ediciones del festival.
Desde la edición del año anterior, todas calles mantienen un doble rotulado, el segundo con el nombre y una pequeña fotografía de un músico que ha pasado por el festival. Como muestra y a su vez homenaje incluimos la fotografía con la placa de uno de los pianistas más interesantes del jazz, John Taylor, desgraciadamente fallecido pocos días antes, como consecuencia de un ataque cardíaco en un escenario francés, cuando estaba tocando como miembro del cuarteto “Nouvelle Vague” de Stephane Kerecki.
John y Stephan habían actuado, a dúo, en Junas, hacía justo un par de años, en el espacio del Temple. Ambos editaron en el 2011 la pequeña joya titulada Patience, dos años después, y en solitario, John publicó otra exquisitez, In Two Minds (CamJazz).
El dúo actuó en la misma edición y espacio donde Daniel Humair, baterista y pintor, había inaugurado los vitrales que había diseñado expresamente por encargo del Festival.
Texto y fotografías: © Joan Cortès, 2015