- Fecha: 16 de enero de 2016
- Lugar: Jazzazza Jazz Club (Algezares, Murcia)
- Componentes:
Limehouse Hot Quartet
Juan Antonio Hurtado: guitarra.
Quico Pérez: guitarra.
Pedro Molina: contrabajo.
Fernando José Gómez: percusión.
La formación Limehouse Hot Quartet, presentó su primer proyecto dedicado a la música jazz manouche (gypsy jazz), en el escenario del club Jazzazza, arropada por un aforo completo y expectante ante el esperado concierto. La cita fue exitosa en muchos sentidos. Más de un año lleva el cuarteto preparándose para ofrecer un repertorio que tiene tanto de divertido, visceral y pasional como de arriesgado, si tenemos en cuenta el arduo trabajo que se requiere para poder tocar este estilo musical en cuestión, sobre todo cuando se trata de interpretar los temas más rápidos. La velocidad de ejecución en algunas composiciones requiere una gran perseverancia y labor previa, aquí no valen las medias tintas. Es precisamente eso lo que garantiza con fiabilidad el poder salir satisfecho, o no, después de escuchar un concierto de estas características.
Dos pases fueron necesarios para ofrecer los más de veinte temas que conformaban el repertorio, en el que predominaron los ritmos de swing medio y alto, excepto en algunas piezas a tiempo lento. “All Of Me”, “Douce Ambiance”, “Daphne”, “Wrap Your Troubles”, “Limehouse Blues”, “Blues For Ike” y “Swing Gitan”, fueron algunos de los temas con los que abarcaron la primera parte de la sesión, en la que pude percibir la buena interacción que fluía entre los músicos. Los dos guitarristas, Juan Hurtado y Quico Pérez, desvelaron una forma diferente de tocar, aunque naveguen en el mismo barco, siendo éste un matiz favorable que le da diversidad y enriquece el resultado sonoro y la expresión lingüística de las piezas musicales que interpretan. El contrabajista Pedro Molina y Fernando Gómez en la percusión, completaban el cuarteto aportando una base muy consistente y una labor incansable. Ambos tuvieron también sus momentos de improvisación. Las notas rápidas y a veces más imperceptibles decoraban los fraseos y llenaban de cromatismos las improvisaciones, agrupadas dentro de un todo musical mágico, revelando el secreto de una música rebosante de sentimiento pero también cargada de energía, realizada de manera impecable. Ni una sola guía o partitura sobre el escenario, excepto el setlist de los temas. Todo el repertorio está bien trabajado e interiorizado por cada músico en los ensayos, meses antes de la actuación.
La segunda parte se presentaba aún más emocionante si cabe. Pasados lo momentos iniciales de tensión, previos a cualquier estreno, el cuarteto comenzó con la pieza llamada “Out Of Nowhere” (Green/Heyman), expuesta y desarrollada en parte de forma magistral por Juan Hurtado que se lució en una improvisación extraordinaria. Las influencias de músicos como Django Reinhardt, Jimmy Raney, Joe Pass, Stan Getz, Charlie Parker o Chet Baker, entre otros, son notorias en el lenguaje jazzístico de este gran guitarrista. Con “Dark Eyes”, “Coquette”, “Nuages”, “Sweet Georgia Brown”, “Bistro Fada”, y “Swing 48”, dejaron muy alto el buen nivel en el que se encuentra la formación, convirtiendo su saber hacer en un disfrute de improvisaciones alternadas y a veces compartidas que mantenían atentos a una gran mayoría de los presentes en el local. Brillaron también los solos de Quico Pérez en varios de los temas propuestos como en “Nuages”, la conocida composición de Django, en el que dispuso de fraseos al más puro estilo. El concierto rozaba casi el final con “Minor Swing”, destacando la improvisación del contrabajista Pedro Molina, que por cierto estuvo formidable a pesar de su laborioso papel en el grupo, junto a Fernando Gómez, base clave de la banda que destaca por su percusión sólida y una excelente métrica. El grupo despidió su concierto con un bis a petición del público, el tema llamado “For Vic”, una alegre y vigorosa composición para un final apoteósico.
Tengo la sensación de haber escuchado uno de los mejores conciertos de los que he asistido en las últimas fechas. La combinación de los ritmos del swing y el jazz manouche con el lenguaje propio del estilo y los elementos del bebop forman un tándem muy interesante para el oído. Por fortuna, el dicho de que “nadie es profeta en su tierra” no siempre se cumple, aún más si lo que se profetiza está avalado por un riguroso, ejemplar y elegante ejercicio musical. En los próximos meses saldrá a la luz su primer disco. Mi enhorabuena por tan hermoso proyecto.
Texto: © José Antonio García López, 2016
Fotografías: © Rafa Márquez , 2016