A Jazz de Mar
- Fecha: 9 de julio de 2016. 22:00
- Lugar: Mollet d’en Perelló. Porto Colom (Mallorca)
- Formación:
- Marco Mezquida Trío
Marco Mezquida: piano
Marko Lohikari: contrabajo
Carlos Falanga: batería - Biel Ballester Trío
Biel Ballester: guitarra solista
Leo Hipaucha: guitarra rítmica
Oriol González: contrabajo
- Marco Mezquida Trío
Los pasados días 8 y 9 de julio de 2016, organizado por Carles Medina, Toni Puig y con el apoyo económico del Ajuntament de Felanitx, se celebró en la localidad mallorquina de Porto Colom la primera edición del festival “A Jazz de Mar”. Dos días para cuatro propuestas muy diferentes entre ellas pero con un denominador común: jazz de calidad. Tomajazz solo pudo asistir a una de las dos citas, concretamente la del segundo día, es decir, por orden de actuación Marco Mezquida Trío y Biel Ballester Trío. En la primera jornada actuaron Eva Fernández Cuarteto (Josep Munar, Llorenç Barcelo y Teo Salvà) y los Hard Bop Drivers (Pep Garau, Marko Lohikari, Miquel Àngel Rigo y Pep Lluís García).
Cuarenta minutos antes del inicio del primer concierto llego al Mollet d’en Perelló donde se celebra el festival con el puerto de Felanitx como paisaje… el mar… aroma mediterráneo. Y aunque en un inicio parece que será una velada con poco público, en cuestión de pocos minutos el ambiente crece (atención al dato), público de todas las edades. Y es que hay que mencionar que los organizadores del evento son, precisamente, dos jóvenes enamorados de la música (o eso me pareció). El ver, en un concierto de jazz, a chicos y chicas con veinti-pocos años con estas inquietudes es percibir su entusiasmo. Sentir el contagio y intentar hacerlo extensible. Veremos.
22:00 horas. Llega el momento de ver al trío de Marco Mezquida. Para un servidor la cuarta vez que voy a disfrutar del pianista, segunda vez con el mismo trío. Y lo que sucede en el escenario, en cada ocasión, pertenece a mundos paralelos. Historias que pueden empezar en un mismo camino pero que rápidamente se bifurcan, se intercalan, saltan, vuelan… el autor construye, en un trance infinito, lo que su interior le dicta a través de notas musicales… a través del amor que desprende tanto en el escenario como en persona. Marco Lohikari y Carlos Falanga funcionan, como siempre, a la perfección. Realizando un acompañamiento ejemplar pero siempre siendo algo más. Ejercitando improvisaciones de altura (aunque Falanga se excede en el tiempo restando ritmo en una ocasión concreta). Haciendo del trío un grupo compacto y que cada vez da más de sí. Sonaron temas como “Cantabille” o “Armando Rampas” del último disco del trío, algunas versiones como “Baiao Malandro” de Egberto Gismonti y sobre todo, la sorpresa de la noche fue la versión que realizaron de “Instant Crush” de Daft Punk, impresionante la transformación del tema sobre un ritmo en bucle del Carlos Falanga una demostración de lo que significa versionar un tema.
Hablé unos pocos minutos con Mezquida al final del concierto. Parecía pletórico. Muy contento. “Cada noche es diferente… hoy tenía claro que quería divertirme… esto es maravilloso… da igual si tienes 15 o 50 o 180 años, hay que disfrutar de los placeres de la vida sean cuando sean”. Tal vez sea un espejismo pero da la sensación de que últimamente está creciendo la afición a la música jazz. ¿Tal vez la gente empieza a olvidar los prejuicios? No lo sé… en todo caso, el concierto de Mezquida, como siempre, excelente.
Quince minutos de descanso y suben al escenario los tres integrantes del Biel Ballester Trío, y es que hablamos de uno de los máximos exponentes del jazz manouche /gipsy jazz de nuestro territorio (y mucho más allá). Para los que no lo sepan, hablamos de un estilo concreto de música jazz surgida en los años 30 gracias a al legendario guitarrista gitano Django Reinhardt. A partir de aquí, curiosos, a investigar.
Cabe decir que Ballester es de Porto Colom por lo que se dispone a actuar frente a su gente. Y en esta ocasión, me da la impresión de que sí es profeta en su tierra, aunque seguro que se podría matizar (o no). El mismo Ballester comenta que está nervioso por esta razón, aunque en realidad, no lo parece en absoluto. Antes de seguir con la crónica, unos veinte minutos antes de empezar el concierto sucedió una anécdota graciosa: un hombre con su hijo pequeño estaban frente al escenario mirando el cartel del evento donde aparece primero el nombre de Marco Mezquida Trío y justo debajo el de Biel Ballester Trío, entonces el hombre le comenta a su hijo “Mira, antes de Ballester actúan unos teloneros”.
Una vez en el escenario el trío de Ballester se muestra desde el inicio como un grupo compacto. Con los papeles muy definidos con lo bueno y lo malo que conlleva. En mi opinión, situándome ante un trío de estas características, me parece perfecto. Hablamos de una formación muy específica en el que quien realiza los solos de guitarra es Ballester (por eso es guitarra solista). ¿Tal vez el contrabajista podría tener más protagonismo a nivel solista? Tal vez, pero en el caso de Oriol González, me parece que realiza un trabajo excelente de acompañamiento. Bien potente, con gusto exquisito, el supuesto protagonismo lo tiene realmente el trío en sí. Y si hablamos de Leo Hipahucha, tal vez el músico que sea menos vistoso, debemos ser conscientes de que su papel es absolutamente vital para que el conjunto tenga la fuerza que emana. Puede parecer fácil desde fuera, pero hay que tener la maestría suficiente para ofrecer ritmo con vida. Elegancia rítmica.
Entre los temas que nos ofrece el trío, encontramos (como no podía ser de otra manera) composiciones de Django Reinhardt com “Minor Swing“, “Artillerie Lourde” o “Swing 48”; Temas propios como “On Mountains”, “Med Jungle” o “Per na Colo”, este último dedicado a su hermana que además está presente; o una versión de “Honeysuckle Rose” del muy olvidado Fats Waller. Precisamente reivindicado por Ballester antes de tocarlo de manera ejemplar.
Bienvenido sea este nuevo festival de jazz. Hecho con exquisito gusto en la elección de los músicos, en la elección del lugar, en el amor puesto en él… cuando se organiza algo desde dentro, puede que funcione o no funcione en materia de público, pero lo que está claro es que la música nos impregna. Crea afición. Y sí, seguramente hay una “moda” de jazz en verano. Qué le vamos a hacer… en todo caso, y como dice Marco Mezquida, hay que aprovechar las oportunidades que nos brinda la vida.
Texto: © Jesús Mateu Rosselló, 2016
Fotografías: © Ferran Pereyra, 2016
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