44º Festival Getxo Jazz
- Fecha: 4 de julio de 2021. 13:00
- Lugar: Muxikebarri, Getxo (Vizcaya)
- Grupo:
Michelangelo Scandroglio Quintet
Michelangelo Scandroglio, contrabajo.
Paolo Petreca, trompeta.
Nicola Caminiti, saxo alto.
Emanuele Filippi, piano.
Luca Caruso, batería.
El viejo dicho de “dejar lo mejor para el final”, se cumplió en el caso de este Concurso de Grupos del 44º Festival Internacional de Jazz de Getxo, aunque fuese de forma inintencionada, al ser su concierto el que cerraba el certamen. El quinteto liderado por el joven (veinticuatro años) italiano Scandroglio logró alzarse con un merecido Primer Premio, en dura competencia con la banda de Víctor Jiménez & Friends, que le disputaron hasta el último momento el galardón y que, curiosamente, fueron quienes abrieron el festival.
Por otro lado, esta no es la primera vez que el quinteto de Scandroglio resulta ganador de un concurso jazzístico, pues ya antes lo había logrado en el Jazz Bass de Riga, Letonia; en el Tomorrow’s Jazz, de Veneto, Italia; y en el Umbría Jazz. Todos ellos saben, por tanto, cómo afrontar un desafío de estas características y yo diría que su “arma secreta” es preparar cuidadosamente su actuación, medir cada tema y la intervención de cada miembro del grupo para que el resultado ofrezca un sólido espectáculo musical.
Se trata del viejo consejo —tantas veces olvidado— de gustarle al jurado y al público, en lugar de intentar “ser nosotros mismos”. En efecto, en su actuación de concurso hubo poco espacio para la improvisación, pero a cambio disfrutamos de unos temas bien estructurados, en los que cada músico sabía perfectamente cuándo tenía que entrar y cuándo salir.
La duración de los temas que interpretaron fue también muy adecuada, mostrando la suficiente variedad de contenido como para agradar a los oyentes, pero sin esos inacabables solos que pueden, en ocasiones, hacer que el público termine echando vistazos a hurtadillas al reloj.
Por supuesto todos ellos tuvieron su tiempo de “expresión personal”, pero en todos los casos fueron intervalos muy razonables, que encajaban bien dentro de la estructura del tema que estaban interpretando en ese momento. A destacar las conclusiones o cierres de las composiciones, para los que Scandroglio parece tener una sensibilidad especialmente acertada.
En el aspecto negativo, cabe mencionar que, en ciertos momentos, los músicos “ahogaban” a quien se suponía que debían apoyar, algo que le sucedió, por ejemplo, en más de una ocasión al saxo Nicola Caminiti.
Por otro lado, la sala Ereaga, del auditorio Musikene de Getxo, Bizkaia, tiene unas características muy concretas y, si bien la acústica es excelente, el espacio de que disponen los intérpretes no es demasiado amplio. Pero es que, para agravar las cosas, todos ellos —y esto fue algo común para todas las bandas del Festival— se agrupan en unos pocos metros, tal vez intentando que nadie destaque más que los demás, lo que provoca que los micrófonos de cada uno de ellos recojan el sonido de los instrumentos de quienes están a su lado. Resultado: una escalada de decibelios, en la que se mezclan a veces piano, batería y metales sin que el técnico de sonido pueda hacer nada para separarlos. El mejor ejemplo lo vimos en Luca Caruso, el percusionista, cuando se dejaba llevar por la emoción y tapaba a sus compañeros casi por completo, algo que por fortuna no sucedió más que ocasionalmente.
En resumen, una muy buena banda de muy buenos músicos jóvenes, que solo necesitan pulir un par de aspectos para subir a la categoría de las mejores formaciones europeas.
Texto: © Juan F. Trillo, 2021 / https://siunleonhablase.wordpress.com/ – https://www.facebook.com/jan.tilkut
Fotografías: Pedro Urresti Barandiarán © Festival de Jazz de Getxo, 2021