No son jazz, no son del 2008… ¿y qué?

Antes de que finalice el mes de enero, una entrada en bun que va a servir para hacer un breve comentario sobre tres discos que no están relacionados con el jazz, pero que tenían que haber aparecido por aquí hace tiempo. No son de 2008, pero como musicófago empedernido esto no ha supuesto ningún problema para haber disfrutado con ellos de una manera especial. Allá van:

Este disco es una reedición remasterizada del doble CD original, a la que han añadido un DVD que incluye un concierto de más de una hora de duración y un documental. Carmen Linares es una de las mejores cantaoras que hay en la actualidad y ésta es una buena muestra de ello. La reedición ha estado disponible a precio no ya medio, sino de cuarto y mitad. En concreto, quien esto escribe lo compró por menos de diez euros en una cadena de hipermercados cuyo nombre no diré… salvo que paguen por la publicidad.

Antoine Brumel (circa 1460 – 1515). Missa Et ecce terrae motus

Ensemble Clément Janequin y Les Sacquboutiers de Toulouse. Dirigido por Dominique Visse.

Reedición en la serie económica (Musique d’abord) de Harmonia Mundi de esta misa para 12 voces de Antoine Brummel. Es una música del siglo XVI que impresiona especialmente por el tratamiento de las voces. Espero alguna vez poderlo ver en directo. Si en disco suena de ese modo, quién sabe cómo puede llegar a hacerlo en vivo, y qué puede llegar a hacer sentir a sus oyentes.

Para celebrar su 50 aniversario Harmonia Mundi seleccionó 50 piezas de lo más selecto de su catálogo, las recopiló en una elegante caja en edición limitada que incluía 29 CD, y la puso en las tiendas a precio especial. Allí estuvo… hasta que se agotó rápidamente. Algo que por otra parte no es nada extraño, dado el gran nivel de este sello.

Obviamente, ésta no es una obra que sea fácil escuchar de un tirón, ya que son más de 35 horas de música. Sin embargo, su contenido es un buffet libre de delicatessen sonoras que hacen que la escucha picoteando aquí y allá entre lo seleccionado sea toda una experiencia para los oidos. Sus contenidos van desde el canto bizantino (sublimes los siete minutos y medio con la libanesa sor Marie Keyrouz y «Prière de Marie-Magdeleine») o el canto gregoriano del siglo VIII de la «Messe de Saint Marcel» en poco más de 30 minutos, hasta compositores actuales como Arvo Pärt.