El matemático alemán Carl Friedrich Gauss (1777-1855) nacido en Brunswick y fallecido en Gotinga fue un niño prodigio. Pero si Gauss acabó recibiendo una educación refinada no fue gracias a su padre, sino a su madre. Gauss dudó entre estudiar filología y matemáticas. A principios de la primavera de 1796 optó por la segunda opción. Los matemáticos le están muy agradecidos, pues acabó convirtiéndose en uno de los más grandes de la historia. Sin duda en su decisión influyó el hecho de que aquel mismo día de primavera lograse construir, siguiendo las normas euclidianas, el polígono regular de diecisiete lados. Como matemático, Gauss lograría muchos más éxitos, aunque de ninguno estuvo tan orgulloso como de aquél. Tanto que quiso que se tallara sobre su tumba dicho polígono, a lo que el cantero se opuso argumentando la dificultad de la tarea y la escasa diferencia, apenas perceptible, entre éste y la circunferencia.
Miquel Albertí. La creatividad en matemáticas. Cómo funciona una mente maravillosa. RBA
Ilustra la entrada un retrato de Gauss pintado por Christian Albrecht Jensen.